Madrid
La alcaldesa pondrá límite al número de loteros ambulantes en Sol
El concejal de Centro quiere dejar en 25 el número de puestos callejeros autorizados ante la creciente acumulación en el Kilómetro Cero en Navidad. Las quejas de los más veteranos y las aglomeraciones han motivado la necesidad de una normativa. Sólo queda determinar cuál será el criterio de selección
El concejal de Centro quiere dejar en 25 el número de puestos callejeros autorizados ante la creciente acumulación en el Kilómetro Cero en Navidad.
En los últimos años, los problemas en torno a las condiciones en las que trabajan los loteros callejeros de la Puerta del Sol, sobre todo en estas fechas, se han agravado. El crecimiento se ha descontrolado y sólo una parte tiene la autorización que les permite vender en la vía pública. Las quejas vienen, por un lado, de los vendedores que sí tienen los permisos en regla y, por otro, de los propietarios de los locales fijos de lotería, que les critican por «competencia desleal».
Según David Erguido –el concejal de Centro de Ana Botella que redactó una normativa para regular a los loteros que finalmente no se llegó a aprobar–, «el pasado año se llegaron a contabilizar 110 puestos de vendedores ambulantes de lotería en Sol». Según sus cálculos, la plaza tiene una capacidad de absorción únicamente de 25 puestos, una cifra que Erguido calculó teniendo en cuenta el tráfico de personas, los accesos y bocas de Metro, entre otros aspectos a tener en cuenta para garantizar la seguridad.
La pasada legislatura, cuando el Gobierno municipal de Botella quiso plantar cara a la situación, se acababa de aplicar la regulación para los músicos callejeros, que levantó una gran polémica –el Ayuntamiento decidió realizar audiciones para regular la actividad de músicos ambulantes y hacer una selección para conceder las licencias que les permitieran tocar en la calle–. Esto hizo que desde Cibeles se prefiriera dejar madurar la ordenación de los loteros, que terminó «durmiendo el sueño de los justos». Pero el problema continúa. Consciente de ello, el actual Gobierno municipal confirma su determinación de llevar a cabo su regulación para el próximo año. Para los de Ahora Madrid, la cifra de 25 licencias, que estableció el equipo de Ana Botella el pasado año, «es una cantidad adecuada para conceder si se quiere cuidar el espacio urbano, mantener un tráfico de personas fluido y evitar masificaciones», explica García Castaño.
El edil de Centro confiesa que lo más delicado es dar con el sistema de selección de vendedores: «Aún no hemos determinado cuál será el método de adjudicación de estos 25 permisos. No queremos tomar medidas precipitadas que perjudicaran a este negocio tradicional, por lo que hemos decidido que será a partir del próximo año cuando llevemos a cabo la regulación. Nos daremos un año para establecer un criterio para conceder los permisos. Queremos escuchar a todas las partes, incluido Loterías del Estado, que tiene un importante papel en esta historia».
Los problemas de regulación de los vendedores callejeros de décimos tienen su origen en los años 60. Hasta ese momento, Loterías del Estado repartía el «carné de lotero», que permitía a sus propietarios vender cupones en la vía pública. Sin embargo, las regulaciones posteriores no reconocieron la legitimidad de estos documentos, dejando los carnés de vendedor ambulante, y con ello a los propios vendedores, en un limbo legal. Loterías del Estado dejó de adjudicar los carnés y la actividad callejera quedó en manos de los ayuntamientos, a quienes les corresponde conceder licencias de ocupación de vía pública. El problema es cuando hay aglomeraciones, como las de Sol en Navidad.
Muchos de estos puntos de venta trabajan todo el año, pero el periodo en el que más dinero ganan comienza ahora. Lo explica la lotera callejera Lucía Santiago Ramos: «Vendemos los boletos a pie de calle a 22 euros, pero 20 son para el Estado, así que obtenemos 2 euros por cada décimo». El resto del año consiguen un margen de beneficio que ronda los 50 céntimos por papeleta, pero se queja de que la competencia no para de crecer «sin ningún control». Mónica lleva en el negocio desde 1992 y confiesa que hay enfrenta-mientos a diario entre aquellos loteros ambulantes que tienen licencia y los que no: «En ocasiones ha habido episodios violentos y hemos tenido que acudir incluso a juicios por haber sufrido amenazas», asegura.
Otro de los problemas es, como indica Mónica, que «muchas personas vienen de otras ciudades y creen que pueden instalarse en Sol a vender boletos en Navidad sin permiso». Hubo un año que se vendían cupones robados de las administraciones y que luego tuvieron que ser anulados por Hacienda. «Eso nos hace daño a todos», afirman los vendedores más veteranos de la plaza, que añaden que son los primeros interesados en que se regule su situación.
La hora más de luces, una buena noticia
Tanto los loteros como los comerciantes de Sol y alrededores miran con impaciencia al calendario esperanzados y confiados en que el paso del tiempo juega a su favor. Afirman que el buen tiempo que se está registrando este año no les ayuda, porque lo que anima las ventas es el ambiente navideño y para que en Madrid comience a sentirse la llegada de la Navidad hace falta que el termómetro baje aún unos cuantos grados más.
Pero lo que realmente ayuda a que lo turistas y madrileños se contagien del espíritu navideño de las compras son las lueces de las calles y los mercadillos. En un principio, la intención del Ayuntamiento de Madrid era retrasar al menos una semana el encendido de las bombillas navideñas, pero tras una reunión mantenida con los comerciantes, la alcaldesa Manuela Carmena no sólo decidió encender como todos los años el último fin de semana de noviembre, sino que, además, las mantendrá encendidas una hora más de lo habitual.
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