Ahora Madrid

Carmena pone a Mayer al frente del IV centenario de la Plaza Mayor

Organizará los eventos conmemorativos tras las polémicas fiestas de Reyes y Carnaval

La concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer
La concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayerlarazon

Organizará los eventos conmemorativos tras las polémicas fiestas de Reyes y Carnaval

La concejala de Cultura y Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer, estará al frente de la comisión del IV Centenario de la Plaza Mayor, que se celebra el próximo año. Pese a las polémicas en las que ha estado involucrada, Mayer será la encargada de liderar el organismo que presentará las iniciativas para organizar eventos en torno a la efeméride, propondrá la aprobación de un programa de actividades y recabará la colaboración de otras administraciones y de entidades públicas y privadas.

La concejala lleva desde comienzos de año envuelta en distintas polémicas desde que la organización de la Cabalgata de los Reyes Magos fuese especialmente criticada por el aspecto «low cost» de sus Majestades de Oriente y de los grupos teatrales que participaron en el desfile –uno de cuyos integrantes criticó públicamente la representación y desveló en directo en televisión el misterio de la noche de Reyes–. Igualmente, desterró de las calles de Madrid todos los belenes abiertos al público como el de la Plaza Mayor y el de la Puerta de Alcalá.

A continuación, ordenó retirar varios vestigios de la Guerra Civil que no incumplían con la Ley de Memoria Histórica y antes de que existiese un dictamen o informe que avalara su retirada. Tuvo que devolver a su lugar las placas y monumentos retirados y la alcaldesa, Manuela Carmena, le retiró las competencias sobre la cuestión, que pasaron a depender directamente del coordinador de la Alcaldía, Luis Cueto. Mayer repitió metida de pata en el Pleno municipal con el listado de calles franquistas que debían cambiar de nombre por incumplir con la Memoria, que estaba plagado de errores y equivocaciones históricas que ahora el nuevo comisionado dirigido por Francisca Sauquillo ha tenido que rectificar sin acabar de acertar del todo.

Pero la polémica más grave en la que se ha visto envuelta la edil de Cultura, que hizo que el PSOE tuviese que retratarse en su colaboración absoluta con Ahora Madrid ante la propuesta de reprobación de Mayer que llevaron al pleno PP y C’s, tuvo lugar cuando durante la celebración del Carnaval se programó una representación de títeres en la vía pública en horario infantil cuyo contenido era para adultos. Los titiriteros mostraron la violación de una monja, el ahorcamiento de un juez y un cartel que rezaba «gora alka-eta», que provocó que los agentes de Policía que acudieron al lugar de la representación ante las quejas de los espectadores les detuviesen por un supuesto delito de exaltación del terrorismo. Además, durante el desfile de Carnaval que tuvo lugar en la calle Bravo Murillo se lanzaron insultos y expresiones soeces frente a un público mayormente infantil.

En la comisión, cuyo vicepresidente es el concejal de Centro, Jorge García Castaño, también habrá representantes de la empresa pública Madrid Destino, del Ministerio de Educación y Cultura, de la Comunidad de Madrid y de las asociaciones de vecinos de Sol y del Barrio de las Letras y de Amigos del Cuarto Centenario de la Plaza Mayor, además de miembros de la Real Academia de las Bellas Artes, de la de Historia y del Instituto de Estudios Madrileños. La primera teniente de alcalde, Marta Higueras, firmó ayer el decreto de creación de la comisión conmemorativa del IV Centenario de la Plaza Mayor, en el que se regula su composición y funcionamiento como órgano colegiado de seguimiento, asesoramiento, coordinación y control en la programación y el desarrollo de los plantes y actividades de apoyo a la celebración. Sus miembros no recibirán remuneración y se reunirán cada dos meses.

Discípulo de Juan de Herrera

La Plaza Mayor comenzó a formarse en tiempos de Juan II. Se la denominó Plaza del Arrabal. Ya en 1494 comenzó a regularizarse siguiendo las disposiciones de los Reyes Católicos para el modo en que debían establecerse las tiendas. A comienzos del siglo XVI era tan ruinoso el aspecto de la vieja plaza que Felipe III determinó la construcción de una nueva, digna de la dinastía de los Austrias. Se encomendó la obra al arquitecto Juan Gómez de Mora, discípulo de Juan de Herrera, que la comenzó en 1617 y la terminó en dos años por 200.000 ducados. En su parte septentrional se construyó la Real Casa de la Panadería y enfrente se levantó la Casa de la Carnicería.