Infraestructuras

Carmena quiere limitar los hoteles en el centro

Urbanismo estudia una fórmula para «evitar su proliferación». Descarta aplicar la moratoria de Colau en Barcelona, pero admite que «controlará la concesión de licencias de viviendas turísticas y hoteles» en distintos barrios.

Carmena presentó ayer las iniciativas municipales para el WorldPride de junio
Carmena presentó ayer las iniciativas municipales para el WorldPride de juniolarazon

Urbanismo estudia una fórmula para «evitar su proliferación». Descarta aplicar la moratoria de Colau en Barcelona, pero admite que «controlará la concesión de licencias de viviendas turísticas y hoteles» en distintos barrios.

El Ayuntamiento de Madrid considera que ha llegado la hora de actuar ante la proliferación de hoteles y apartamentos turísticos en el centro de la ciudad. El escenario de saturación no es comparable al de Barcelona –según el diagnóstico del propio consistorio–, pero el delegado de Desarrollo Urbano del Ejecutivo de Ahora Madrid, José Manuel Calvo, avanzó ayer que elevará una consulta a la Comisión de Interpretación del Plan General de Ordenación Urbana para que ésta aclare al consistorio los instrumentos que puede poner en marcha para frenar los espacios hoteleros. Calvo señaló tres problemas en este ámbito: los cambios de uso de residencial a hotelero, de oficinas a hospedaje así como el fuerte incremento en el número de las viviendas turísticas.

El objetivo de la consulta que realizará el Gobierno de Ahora Madrid tiene como fin último la elaboración de una instrucción que evite, precisamente, esta proliferación de cambios de uso, que «desequilibran la ciudad y genera inseguridad en la ciudad, entre los vecinos y empresarios». Ante las preguntas del grupo municipal del PP, el responsable urbanístico del Ejecutivo de Carmena negó que entre sus planes esté la aplicación de una moratoria para la apertura de nuevos hoteles en la línea de lo que hizo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, poco después de su llegada al cargo: «La moratoria no ha resuelto los problemas en Barcelona», precisó Calvo antes de recordar que este instrumento ya había sido impulsado por un «partido hermano» al PP como CiU. No habrá en principio moratoria, pero el delegado dejó claro que sí pondrán encima de la mesa alguna medida en esta dirección: «Si hay una situación de colapso habrá que trabajar para evitar que eso se siga produciendo».

El acuerdo con el PSOE

El anuncio realizado ayer para limitar estos cambios de uso y, por tanto, la apertura de nuevos hoteles llega apenas unas semansa después de que Ahora Madrid y el PSOE pactaran medidas en este ámbito. En concreto, en el acuerdo político que acompaña al pacto de presupuestos para este año, ambos grupos municipales señalaron la necesidad de que «a lo largo de 2017 se controlará la concesión de licencias de viviendas turísticas y hoteles en los barrios de Sol y Cortes del distrito Centro; en el de Rejas de San Blas y en el distrito de Barajas».

El concejal del PP en materia urbanística, José Luis Martínez Almeida, recordó a este respecto al concejal del Gobierno municipal que la concesión de licencias no es algo que pueda someterse a la «arbitrariedad o discrecionalidad» de ningún responsable político: «La concesión de licencias es un acto reglado». El concejal popular también insistió en señalar que detrás de la medida anunciada ayer por Calvo está la moratoria, con el objetivo de contentar a la portavoz del PSOE, Mercedes González, a la que calificó como «La Pasionaria del urbanismo».

Un 24% más de plazas

Al margen del enfrentamiento político, el anuncio de un posible freno a la apertura de hoteles en la capital llega después de que el pasado año el Gobierno de Carmena ya sugieriera en varias ocasiones su intención de limitar la concentración de espacios hoteleros y turísticos en el distrito Centro. En agosto del pasado año, el consistorio ya anunció la apertura de un expediente a más de 150 apartamentos turísticos.

Para aportar luz a este problema de saturación, el área de Desarrollo Urbano Sostenible presentó el pasado mes de enero un informe sobre «La oferta de alojamiento turístico en Madrid». Según este estudio, la capital contaba en 2015 con 81.765 plazas hoteleras, lo que supone un incremento respecto a los datos de 2006 de un 24% en las plazas aunque sólo de un 7% en los establcimientos. Esas plazas corresponden a un total de 54.134 habitaciones, repartidas de la siguiente forma: 38.243 en hoteles, 6.448 en apartamentos turísticos, 5.451 en hostales, 3.483 en pensiones y 509 en albergues.

Aunque sin una situación de colapso, el mayor problema de concentración de este tipo de negocios se da en el centro de la ciudad, con un 34% de las habitaciones: 18.500, de las que sólo en los barrios de Cortes y Sol se encuentran más de 4.700. Otras 2.500 habitaciones están ubicadas en otros dos de los barrios, en concreto, Palacio y Universidad.

Los otros dos distritos señalados como problemáticos por el acuerdo suscrito entre Ahora Madrid y PSOE son San Blas y Barajas. Aquí se concentra el 18% de las habitaciones, la inmensa mayoría vinculadas con el turismo de ferias y congresos dada su cercanía a Ifema y al aeropuerto.

El espejo de Colau

Entre los ayuntamiento del cambio, el de Barcelona, a cuyo frente está Ada Colau, es, sin duda, el que más ha limitado la actividad hotelera desde su llegada al poder. Hace sólo unas semanas, en el pleno ordinario de enero, el consistorio de la capital catalana aprobó el plan para regular los alojamientos turísticos de la ciudad, que prevé reducir esta actividad en algunos barrios del centro, en una votación nominal. La alcaldesa Colau cerró 2016 con multas de hasta 600.000 euros a Airbnb y HomeAway, que se sumaron a otras sanciones que están compañías ya habían recibido. Meses antes, había aprobado una polémica moratoria para la concesión de licencias de hoteles, hostales y viviendas turísticas. La alcaldesa justificó esta paralización en la necesidad de crear «un proceso de reflexión pausado y ordenado» sobre el modelo turístico de la ciudad. La moratoria se tradujo en la paralización inmediata de 30 proyectos de hoteles que estaban en marcha en la ciudad condal. Pralelamente, el consistorio puso en marcha una campaña para detectar las viviendas turísticas ilegales. La primera inspección desembocó en el cierre inmediato de 256 pisos.