Ayuntamiento de Madrid
Carmena suelta lastre
La crisis de Gobierno rompe el equilibrio de fuerzas de Ahora Madrid y allana el diseño de una candidatura sin Ganemos ni «desleales». Con la salida de Sánchez Mato, la alcaldesa se deshace del ala crítica y da forma a un Gobierno con ediles independientes y en el que Podemos gana peso
La crisis de Gobierno rompe el equilibrio de fuerzas de Ahora Madrid y allana el diseño de una candidatura sin Ganemos ni «desleales». Con la salida de Sánchez Mato, la alcaldesa se deshace del ala crítica y da forma a un Gobierno con ediles independientes y en el que Podemos gana peso.
En el día después de la tormenta desatada en el Ayuntamiento de Madrid por el cese de Carlos Sánchez Mato como delegado de Economía, la alcaldesa descartó que se produzcan dimisiones en su equipo como forma de protesta: «No, no lo creo», señaló en una entrevista radiofónica. También cerró la puerta a que las circunstancias le lleven a firmar nuevas destituciones: «No, no, tratamos de reorganizar y de repensar». Frente a un horizonte sin dimisiones ni ceses, Manuela Carmena se verá obligada a afrontar el año y medio que resta de legislatura con los mismos veinte concejales con los que aterrizó en Cibeles en junio de 2015. Casi la mitad de ellos –un total de nueve, encuadrados en Ganemos, Izquierda Unida y Madrid 129– se han mostrado públicamente en contra del cese del ya ex delegado de Economía y han hecho más patente que nunca la división profunda que separa a las distintas sensibilidades que conviven en Ahora Madrid.
La crisis que ha estallado esta semana en Cibeles no debe, sin embargo, vincularse únicamente al rechazo de Sánchez Mato y de otros cinco concejales a apoyar el Plan Económico Financiero pactado entre la alcaldesa y el Ministerio de Hacienda para devolver a la capital a la senda de cumplimiento de la regla de gasto. De hecho, las tensiones internas que atenazan a Ahora Madrid se han disparado hasta su máximo nivel precisamente en el momento en el que las entidades y partidos que dieron forma a la candidatura ciudadana comienzan a tomar posiciones de cara a las elecciones municipales de 2019.
En Podemos, la estrategia pasa por reforzar el papel de Manuela Carmena así como por limitar la influencia y el peso que el resto de actores de Ahora Madrid –fundamentalmente los más críticos– tengan en la futura candidatura. Nada más llegar a la Alcaldía, Carmena se esforzó en varias de sus intervenciones públicas en desvincularse de la formación dirigida por Pablo Iglesias. Dos años y medio después, el día a día de la gestión municipal ha cambiado su percepción. Sólo los independientes –su mano derecha, Marta Higueras, y el segundo teniente de alcalde, Nacho Murgui– y los concejales de Podemos han demostrado ser verdaderamente leales a la alcaldesa. Y eso, tal y como reconocen en el partido morado, debe tener su reflejo en una eventual lista electoral encabezada de nuevo por la regidora.
Carmena insistió ayer en que Ahora Madrid nació como «una candidatura formada con muchas sensibilidades», pero sin que hubiera «ninguna estructura de partidos políticos». El mensaje de la alcaldesa, en el que ya insistió el lunes nada más cesar a Sánchez Mato, está fundamentalmente dirigido hacia Izquierda Unida. La alcaldesa no entendió que la dirección local de IU le planteara, casi sin margen de reacción, la celebración de una consulta a las bases de Ahora Madrid sobre el Plan Económico.
La tesis defendida por Carmena pone el acento en la necesidad de que los partidos pierdan peso en las decisiones centrales del Gobierno municipal. La idea de ese ayuntamiento «despolitizado» contrasta, sin embargo, con la realidad de un Podemos más fuerte que nunca en Cibeles. Buena prueba de ello será la imagen que hoy dejará la primera reunión de la Junta de Gobierno sin Sánchez Mato. Javier Barbero (Madrid 129) es en estos momentos el único delegado de la corriente crítica con cierto peso en Ejecutivo de la ciudad al estar al frente del área de Salud, Seguridad y Emergencias. Ni Mauricio Valiente (miembro de IU) como tercer teniente de alcalde pero sin área de Gobierno a su cargo, ni Celia Mayer (Madrid 129) como delegada de Políticas de Género –área que representa el 0,29% del total del presupuesto– tienen capacidad ni influencia en la gestión como para protagonizar un desafío similar al perpetrado por Sánchez Mato.
En la configuración inicial del Gobierno de Carmena, la corriente crítica, integrada entonces por Ganemos e IU, sumó varias de las áreas de Gobierno más relevantes: la de Economía con Sánchez Mato al frente y la de Cultura con Guillermo Zapata como delegado. Tras la crisis del lunes, el equilibrio entre corrientes fue enterrado para siempre. Podemos controla la portavocía con Rita Maestre como cara visible del consistorio; las iniciativas de participación y transparencia en la concejalía de Pablo Soto; todo el desarrollo urbanístico y grandes proyectos como Gran Vía y Plaza de España a través de la concejalía del «pablista» Jose Manuel Calvo; y ahora también la parcela económica, en manos del ex de IU Jorge García Castaño. La alcaldesa pilota personalmente la política cultural mientras que en manos de dos independientes de su total confianzan quedan las áreas de Equidad y de Coordinación Territorial. La delegada de Medio Ambiente, Inés Sabanés (Equo) forma parte de su núcleo duro. Este escenario margina por completo a los concejales críticos, fundamentalmente relegados a la presidencia de los distritos.
La hoja de ruta para «podemizar» el camino que debe transitar Ahora Madrid hasta las municipales, tuvo la semana pasada un hito fundamental: la elección del ex Jemad Julio Rodríguez como secretario general de Podemos Madrid. Tanto él como su antecesor, Jesús Montero, han insistido en las últimas semanas en hacer orbitar las bazas electorales para 2019 en torno al liderazgo de Carmena. Ese camino exige dos movimientos. El primero consiste en dar libertad a la alcaldesa para incluir a más personas de su confianza en los puestos de la lista con opciones de obtener un acta de concejal: «Va a incluir personas de confianza y válidas en esa lista. Nosotros estamos siempre por conseguir un Ahora Madrid fuerte», reconoció Julio Rodríguez en una entrevista en LA RAZÓN. El segundo movimiento previsto por Podemos contempla «depurar» la lista: «Esperamos que un número que podía ser un tercio de los concejales de Madrid den un paso al lado y faciliten un relevo para incorporar nuevas energías», señaló Jesús Montero poco antes de dar el relevo a Rodríguez.
El cese de Sánchez Mato –avalado en público por Pablo Iglesias– allana esta estrategia de Podemos de limitar la influencia de los críticos y depurar una candidatura sobre la que se lleva meses trabajando pese a que su protagonista, al menos públicamente, sigue deshojando la margarita.
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