Papel
Danh Vo fragmenta la historia
El artista vietnamita expone en el Palacio de Cristal «Destierra a los sin rostro/ Premia tu gracia», obra en la que mezcla el pasado con su vida personal
Más de seiscientos huesos de mamut colgados del techo del Palacio de Cristal, convertido en una gigantesca vitrina arqueológica. Repartidos por la sala, como si de un móvil se tratase. Pero sin chocarse, sin sonar. Entre medias de este esqueleto reinventado se sitúan una imagen del primer paseo espacial, un cartón de vino y unas letras pintadas en el suelo que rezan en inglés algo así como «dejar de saber o de decir o de ver o ser su propio». Y un cristo de marfil del siglo XVII, que da armonía a la muestra. El material hace que los huesos milenarios y la talla de Jesús enlacen entre sí. Eso y su pasado remoto. Aunque también tienen distancias, la figura ha sido moldeada por la mano humana, que además de dotarle de una historia propia, le ha otorgado un carácter religioso que muestra las creencias del autor, Danh Vo –al igual que otra de las piezas, una virgen con un niño en brazos–. El resto de los elementos sólo buscan darle el toque de estar por casa, lo cotidiano.
Así es el arte de este vietnamita que, hasta el 28 de marzo, presenta «Destierra a los sin rostro/ Premia tu gracia» –título de la exposición que ha sacado de la canción de Nico «Afraid»–. Caótico de primeras, pero con sentido y mucha historia por detrás. Y sin pretender crear dogmas. Busca nuevos significados, tantos como personas, porque Vo no cree en «lógicas dominanates». «Interpretamos los signos según nuestro modo de ver y nuestra historia particular. Eso es algo que nadie puede controlar. Para mí lo bello es establecer esa comunicación extraña y difícil con el espectador», comentó durante la presentación.
La novedad viene de la confrontación que propone sobre el lugar del arte y la relación entre éste y la historia, la cual reconstruye a base de cruzarla con la suya propia: su familia fue una de las miles que malvivieron después de la victoria del partido comunista en su país. Hasta que su padre, al más puro estilo Robinson Crusoe, construyó una barca que les llevase hasta EE UU. Un ambicioso sueño americano más que se truncó a mitad de camino. Imposible. Pero entonces apareció una fragata danesa que los sacó de la mitad del océano para llevarlos a tierras nórdicas y empezar de nuevo con otra cultura y diferentes tradiciones.
Todo esto, tras sus oportunos pasos por Alemania y EE UU, ha marcado a Vo e impregnado su obra de dos elementos que siempre tiene presentes, como son el colonialismo y la emigración, entrelazando lo propio y lo general con un objetivo definido: «Generar un sistema expositivo propio que sirva para cuestionar el propio sistema museístico desde dentro, así como la teatralidad y el academicismo de la instalación contemporánea», explica Borja Villel –director del Reina Sofía–. Así llega a mezclar las múltiples culturas que le han ido formando, cogiendo un poco de aquí y otro poco de allá. Como si de una polinización se tratase. Parafraseando a Picasso, Danh Vo describe su manera de trabajar con la frase «yo no busco, encuentro». Con lo que intenta explicar su sintonización con objetos, documentos, arte y demás materiales de distintas épocas que le llevan a establecer esas conexiones que abran nuevas dimensiones.
Humor en clave militar
Los Jardines del Palacio de Bellavista de Cibeles albergan hoy, con motivo de la festividad del 12 de octubre, la antología de las colaboraciones del humorista gráfico José Manuel Esteban para el boletín de Tierra del Estado Mayor del Ejército. Desde las 12:00 hasta las 15:00 horas podrán verse las viñetas de Esteban que recogen con humor y de forma gráfica algunos aspectos de la vida del Ejército, sus victorias, problemas y características y que se publican periódicamente en el periódico del Ejército de Tierra.
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