Sucesos

Declarado culpable el guardia civil que disparó a un marroquí en la A-3

El acusado alegó que creyó que era un terrorista islamista que se iba a inmolar porque invocó a Alá tras el incidente de tráfico.

Declarado culpable el guardia civil que disparó a un marroquí en la A-3
Declarado culpable el guardia civil que disparó a un marroquí en la A-3larazon

El acusado alegó que creyó que era un terrorista islamista que se iba a inmolar porque invocó a Alá tras el incidente de tráfico.

Han apreciado que padecía un trastorno psíquico grave pero, aún así, los nueve miembros que conformaban el jurado popular encargado de enjuiciar a Ángel Luis Viana Jiménez –el guardia civil que tiroteó a Younes Slinanni, un ciudadano marroquí de 39 años en la A-3 en abril de 2016–, lo ha declarado culpable de asesinato. Ahora el tribunal establecerá la condena pertinente, si bien la Fiscalía ha solicitado una condena de 21 años de prisión por un asesinato con agravante por alevosía y ensañamiento, así como la una atenuante leve por un brote psicótico.

Los hechos ocurrieron la mañana del 25 de abril de 2016 en la A-3, a la altura de Fuentidueña de Tajo. El guardia civil tuvo un «pique» al volante con Younes, que conducía un Opel Zafira. Ángel Luis disparó desde el coche y, una vez que el vehículo de la víctima se empotró y trató de huir, le disparó por la espalda en múltiples ocasiones y, una vez que cayó al suelo, volvió a hacerlo en la sien para rematarle.

El agente reconoció en el juicio ser el autor del asesinato, pero expuso que lo hizo convencido de que era un terrorista y de que había invocado a Alá. Ésta ha sido la línea de defensa de su abogado a lo largo del juicio. El letrado asegura que su cliente actuó así porque «estaba convencido de que era un peligroso terrorista islamista y, preso de pánico, hizo un acto heroico y le pegó un tiro en la sien porque pensó que iba a inmolarse» con un cinturón de explosivos amarrado a la cintura ya que, en el momento del encontronazo de tráfico «le desafió con la mirada», relató. Además, el hermano del acusado, «que también era guardia civil y al que idolatraba», murió hace casi siete años. Además, una semana antes de los hechos lo dejó con su pareja y se fue a dormir a casa de su hermano. «Todos los recuerdos en su vivienda y esta ruptura le produjo delirios», apuntó. A esto habría que añadirle el consumo habitual de hachís y la «sensación grave de la amenaza por el terrorismo islámico en Europa». Pero ni la Fiscalía, ni finalmente el jurado popular, han creído su versión.