
Videos
El 15-M se apaga en Sol
Apenas 5.000 personas, 25.000 menos que en 2012, se congregaron en el segundo aniversario del movimiento

MADRID- Se cumplen dos años del nacimiento de uno de los movimientos sociales más importantes de los últimos años, pero poco queda ya de esa sensación del «poder del pueblo» que se vivió en la Puerta del Sol en 2011, colapsada por miles y miles de ciudadanos protestando contra políticos y banqueros pocos días antes de las elecciones autonómicas y locales. Aunque ahora quizá hay más razones que entonces para salir a la calle (la crisis se ha agravado y con ello el desempleo y el drama de los desahucios), el 15-M ha perdido fuelle y se notó ayer en el escaso poder de convocatoria de la «gran manifestación», el acto central de todas las acciones de este «Mayo Global» que los «indignados» han preparado bajo el lema «De la indignación a la rebelión: escrache al sistema». Algo más de 5.000 personas, segun fuentes policiales, acudieron a las ocho de la tarde a la Puerta del Sol, donde estaban citados para protagonizar el conocido «grito mudo», es decir, el minuto de silencio previo al cual se desarrollarían las «ágoras». El año pasado el primer cumpleaños de los «indignados» reunió a 30.000 personas, según las mismas fuentes, pero ayer los manifestantes venían, en su mayoría, de alguna de las tres marchas que habían salido desde el sur, oeste o simpatizantes de otras comunidades y las rutas confluyeron en Sol sobre las siete de la tarde con ciudadanos cargados de banderas republicanas, pancartas con habituales mensajes como el «No nos representan» y cánticos como el «¡Sí se puede! ¡Pero no quieren!», «Terrorismo es no llegar a fin de mes» o «El próximo parado, que sea un diputado». A las 20:01 el aplauso cerrado terminó con la concentración «oficial». Los convocantes informaron por micrófono de la celebración de las asambleas que se iban a celebrar a continuación y uno de los «míticos» del movimiento de hace dos años cantó un romancero «revolucionario».
La escasa participación ciudadana de ayer contrasta con un año lleno de protestas y en el que se han creado muchos colectivos reivindicativos («mareas verdes» por la Educación, «mareas blancas» por la Sanidad», Plataforma de Afectados por la Hipoteca, escraches...), pero ayer no todos acudieron a Sol. Otro de los motivos de esta división interna del movimiento y razón por la que han perdido apoyo social es por la «radicalización» de su mensaje («de la indignación a la rebelión») razón por la que muchos colectivos han preferido desmarcarse de las convocatorias. Afortunadamente, el ala más radical de los «indignados» ayer se quedó en casa y no fue necesaria –hasta el cierre de esta edición– la intervención policial para evitar disturbios. El dispositivo policial, de más de un millar de agentes (unos 800 de la UIP) que tuvieron que proteger Sol y el Congreso, apenas fue necesario. Apenas unos centenares de personas seguían anoche en el Kilómetro Cero. Se prevé que, al igual que el año pasado, Cristina Cifuentes no permita ni asomar una tienda de campaña por allí. Otro cambio radical de lo ocurrido hace dos años. Gobernaba en Moncloa el PSOE y la Delegación del Gobierno en Madrid, dirigida entonces por Dolores Carrión, fue más que permisiva con la «indignación» de unos jóvenes que pasaron mes y medio acampados en el lugar más céntrico del país bajo la mirada atónita de comerciantes, vecinos e incluso de los propios policías, que tenían orden de permanecer vigilantes pero sin actuar, a pesar del continuado rosario de infracciones a distintas leyes que los activistas cometieron todo ese tiempo. De todo eso quedó la costumbre de celebrar asambleas –ahora «ágoras»– en los barrios, ya no multitudinarias y de no comunicar a Delegación sus concentraciones. En definitiva, la escena de ayer de Sol apenas parecía un esbozo de esas imágenes que dieron la vuelta al mundo y que muchos desde Europa englobaron dentro de la «Primavera Árabe».
✕
Accede a tu cuenta para comentar