Violencia callejera
El Ayuntamiento de Móstoles niega la «agresión racista» en el autobús
Los sindicatos de Policía Municipal defienden que la actuación se realizó «conforme a derecho».
Los sindicatos de Policía Municipal defienden que la actuación se realizó «conforme a derecho».
La presunta agresión racista que tanto dio que hablar los dos últimos días podría no haber sido tal. En una nota emitida por el Ayuntamiento de Móstoles, los sindicatos con representación en la Policía Municipal desmintieron la supuesta actuación desmesurada de los agentes contra Jennifer, una mujer de Guinea Ecuatorial que se vio obligada a abandonar un autobús junto a un varón, supuestamente su hermano, y su hijo de cuatro años por el exceso de aforo en la estación de autobuses de Móstoles el pasado cinco de enero por la tarde.
Los sindicatos Comisiones Obreras, CPPM, CSIF, UPM y UGT afirmaron que los agentes acudieron al lugar de los hechos previo requerimiento del conductor, y señalaron a su vez que la expulsión de la mujer del autobús, el supuesto hermano de ésta y el menor se realizó «conforme a derecho». Además añaden que el suceso se encuentra en sede judicial y que en ningún caso la intervención respondió a un acto «racista, machista o similar», como denunció SOS Racismo.
Las mismas fuentes indicaron que los Policías se vieron obligados a echar a estas personas del autobús después de más de media hora de discusión. Los agentes trataron de convencer a Jennifer, que se negaba a bajarse del autobús con destino a su casa, situada en el pueblo de Camarena en Toledo. El conductor no podía continuar la marcha debido a que el Reglamento prohíbe que cualquier persona pueda ir de pie en un trayecto. Asimismo, los sindicatos señalaron que en la parada donde se desarrolló el incidente había «muchas más personas» que entendieron los motivos y se tuvieron que bajar del vehículo.
Por su parte, Jennifer relató que había comprado previamente el billete de ida y vuelta para ella y su hijo. Cuando pretendía coger el autobús de las 20:15 que venía desde la estación de Mendez Álvaro comprobó que su aforo estaba completo, y entonces se negó a bajar del mismo. Según su versión, el conductor la «amenazó» al no proceder y no le ofreció «ninguna otra opción», ni la devolución del billete. En estas, el autobusero de la empresa Samar llamó a la Policía Municipal que se personó en la parada. Los hechos fueron grabados por otra pasajera,–que previamente había increpado a los agentes– con su teléfono móvil y, posteriormente, difundidos por las redes sociales. En el video, se ve cómo la mujer se cae por las escaleras al suelo en un intento de resistirse a los agentes. Una vez fuera, se observa cómo los policías, unos ocho, forcejean con el hermano y posteriormente tratan de reducir a la mujer, ya que ésta se enfrenta a los agentes intentando volver a acceder al autobús. La web Esracismo.com, denunció que los agentes llegaron a separar a Jennifer de su hijo para obligarla a bajar.
Desde los sindicatos policiales se anunció que «se va a estudiar emprender acciones legales» contra Esracismo por «injurias y calumnias» debido a la utilización del video así como contra la mujer autora del mismo «por el uso que ha hecho de las imágenes».
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