Comunidad de Madrid
El CGPJ archivará la denuncia contra el juez que denegó la extracción de órganos de Belén
El magistrado replicó que la operación se inició sin la autorización necesaria
Madrid- La Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial prevé archivar hoy las diligencias informativas abiertas a raíz de la queja presentada por la Organización Médica Colegial contra el juez de Madrid Carlos Valle, quien denegó la extracción de órganos de la joven Belén Langdon, destinados a donantes que estaban a la espera de recibir un riñón y un hígado, al estar en ese momento bajo investigación judicial las circunstancias de su fallecimiento en la fiesta de Halloween, en el recinto del Madrid Arena, la noche del pasado 30 de octubre, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes del Consejo. En concreto, el juez Carlos Valle, quien se encontraba de guardia, negó su autorización para «no interferir ni frustrar la averiguación de lo acontecido ni poner en riesgo eventuales prácticas de prueba que en el futuro pudieran solicitarse», pese a que el forense ya había dado su visto bueno.
En la propuesta del Servicio de Inspección se considera que la decisión que adoptó el magistrado es una cuestión jurisdiccional, por lo que fue adoptada en el ámbito de sus competencias y, en el supuesto de no estar conforme con ella, era susceptible del recurso correspondiente. Por ello, la Inspección concluye que esa decisión en ningún momento puede ser merecedora de incoar un expediente disciplinario al juez. La Organización Médica Colegial presentó una queja ante el CGPJ en relación a la suspensión del trasplante de órganos de la joven Belén Langdon, en la que pedía al órgano de gobierno de los jueces y magistrados que investigase las circunstancias que rodearon esos hechos, «a fin de depurar responsabilidades, tomándose en consecuencia las medidas necesarias que eviten el injusto acontecido en el caso expuesto».
En su escrito de queja, la corporación señalaba que la negativa del juez a permitir la extracción de los órganos de la joven fallecido suponía «un absoluto desprecio público y notorio a la vida humana, prevaleciendo la muerte a la vida de las personas posibles receptoras» de los mismos.
«Atrevimiento» por la denuncia
Por su parte, el magistrado, en las alegaciones que remitió al Consejo, expresaba su «estupefacción» por el «atrevimiento» de denunciar al encargado de decidir «cuándo procedía o no la extracción de órganos» y que, por tanto, «actuaba correctamente» dentro de sus competencias «y de acuerdo a la Ley, denegando» la misma cuando ya se había comenzado a extirparlos. Una denuncia que, aseguraba al respecto el magistrado con estupor, se producía por unos médicos que habían comenzado esa operación sin contar con la preceptiva y obligatoria autorización judicial.
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