Arqueología
Febrero, fecha límite para encontrar a Cervantes
Los expertos que buscan al escritor creen que le hallarán en las prospecciones que inician hoy en el convento Las Trinitarias
Si nos guiamos por las sensaciones de los expertos que desde hace meses, buscan los restos de Cervantes en el convento de las Trinitarias, el misterio en torno al lugar en el que descansa el escritor se resolverá en menos de dos semanas. Ha llegado el momento de que el equipo de arqueólogos y antropólogos que capitanea el especialista en Medicina Forense Francisco Etxeberria analice la treintena de nichos que se ocultan tras la pared norte de la cripta subterránea del templo. «Es un espacio bastante grande –de 56 metros cuadrados– y sería extraño pensar que los restos no estuvieran en un lugar creado precisamente para ello», subrayó ayer Etxeberria durante la presentación de la segunda fase de búsqueda que, tras los trabajos de acondicionamiento del pasado fin de semana, comienza hoy.
Un esqueleto de varón de 69 años con cifosis, un cráneo con seis dientes –«mal acondicionados y peor puestos» dejó escrito el propio Cervantes– y con el antebrazo y con la mano izquierda esclerosadas. Un perfil bioantropológico tan definido como el del «manco de Lepanto» ayudará a discriminar los restos que no encajen en esta descripción. Las partículas de plomo procedentes de los arcabuzazos que recibió en plena batalla podrían cerrar aún más el círculo. La hoja de ruta de los investigadores señala que el primer punto de la cripta en el que, tras estudiar las inscripciones funerarias, analicen el interior de los nichos será la zona izquierda de la pared, la más dañada. Paralelamente, se estudiará el interior de los enterramientos descubiertos la semana pasada en el suelo de la cripta. Se trata de entre cuatro y ocho sepulturas ubicadas bajo baldosas de barro que podrían ser compatibles con la época que concierne a la investigación. «Cuando bajamos hace unos meses a la cripta, no pudimos ver el suelo porque había unas maderas que lo cubrían y unas estanterías utilizadas por las religiosas. Tras la limpieza completa, vimos este enlosado y tenemos la certeza de que son sepulturas porque en el interior de una de ellas vimos restos humanos», explicó la osteoarqueóloga Almudena García Rubio sobre este nuevo descubrimiento, en el que podrán actuar gracias al permiso obtenido esta misma semana. Tras estos primeros puntos se procederá al análisis, a través de una cámara endoscópica, del resto de nichos, que ya han sido numerados por los técnicos del 1 al 36 aunque no tienen constancia de que los tres situados en la fila superior, en la zona abovedada, contengan restos humanos. Aquellos que encajen con el perfil de Cervantes se analizarán in situ en las tres mesas de laboratorio ya instaladas en la cripta. «El criterio es salir de ahí sin dudas de qué es lo que hay», dejó claro la investigadora García Rubio. Si la búsqueda en la cripta no da frutos, la investigación afrontaría una tercera fase en la que, tras la pertinente renovación de los permisos por parte del Arzobispado y de la Dirección General de Patrimonio, se analizaría los otros «puntos calientes» detectados por el georradar de Luis Avial. Estos otros enterramientos están situados bajo el suelo de la iglesia de las Trinitarias. Una de estas sepulturas se encuentra a pocos metros del techo de la cripta y para acceder a ella está prevista, llegado el caso, la ayuda del alpinista Asier Izagirre.
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