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Hästens, el «ferrari» de las camas celebra su tercer aniversario de Madrid

La empresa sueca festejó un cumpleaños más de la apertura de su tienda en Serrano 4, un espacio en el que se descubre que el sueño no es una necesidad, sino un auténtico placer.

Los invitados descubrieron el proceso de producción
Los invitados descubrieron el proceso de producciónlarazon

La empresa sueca festejó un cumpleaños más de la apertura de su tienda en Serrano 4, un espacio en el que se descubre que el sueño no es una necesidad, sino un auténtico placer.

El caballo es un símbolo de fuerza, libertad y naturaleza. Algunas marcas de lujo, quizá por eso, han escogido este animal como logo. En el sector del automóvil se encuentra el ejemplo de Ferrari; en el del textil, Ralph Lauren, y en la industria del sueño, Hästens. La elección del caballo en esta empresa sueca es un recuerdo al pasado, ya que cuando inició su andadura en 1852 se dedicaba a elaborar sillas para montarlos.

Ese negocio funcionaba cuando aún los coches eran un medio de transporte minoritario, al alcance de muy pocos. Sin embargo, los automóviles comenzaron a generalizarse y los caballos dejaron de ser fundamentales para el traslado. En ese momento, en Hästens decidieron reorientar la compañía. De fabricar sillas de montar pasaron a producir camas y todo lo relacionado con el sueño. Eso sí, siempre bajo la máxima de asegurar la comodidad del cliente. La evidencia de que lo han logrado es la expansión continúa de la compañía, presente en 38 países, entre ellos España, donde celebraron el tercer aniversario de la apertura de su tienda en la calle Serrano, número 4.

La encargada de Relaciones Públicas de la empresa, Sanja Tegeltija, afirma que el éxito reside en que «el objetivo de Hästens es que todo el mundo debe tener la oportunidad de dormir bien». Palabras que subrayan el director general para España, Andorra y Portugal, José Castillo Aguiar, y el «Member of the Board», Mikael Brandt, para quien la principal diferencia de la empresa sueca con otras compañías del mismo sector es «la preocupación por las personas y el descanso. Por eso trabajamos con materiales naturales y nuestras camas están hechas artesanalmente».

Primera Calidad

Los principales componentes de las camas Hästens son la lana, el algodón, y la crin de caballo. Productos de primera calidad por los que vale la pena invertir si se quiere disfrutar de profundos descansos. Estos materiales no son unificados en una cama de cualquier manera. Están hechas «al mínimo detalle», manifiesta Sanja Tegeltija. Tanto que se tarda alrededor de 330 horas en elaborar la que, de momento, es la joya de la corona, la Vividus.

Otro será, pronto, el que ocupe su lugar. Como explica Mikael Brandt, «cada modelo tiene su innovación gracias a que los renovamos cada dos años. Así siempre aprendemos y vamos avanzando». Esta auto exigencia de la empresa por realizar las mejores camas es algo que procede de la mentalidad sueca, destaca Tegeltija: «Es típico en nuestro país estar siempre cohibidos por la calidad de todo lo que hacemos». Esa seriedad a la hora de trabajar en los países nórdicos es de sobra conocida en todo el mundo. Por ello, en España, por ejemplo, se mira al norte de Europa siempre de reojo, con cierta envidia.

Ellos no esconden el secreto de esa imagen tan positiva de las empresas nórdicas como Hästens. Brandt resalta que la clave es que «los empleados de la fábrica comienzas allí jóvenes, así desde el principio demuestran un compomiso con la calidad de lo que producen y una fidelidad al proceso de construcción». Todos, desde los artesanos hasta los miembros de la dirección, enfocan la misma meta y se sienten, según Brandt, «como en una compañía familiar».

Quinta generación

De hecho, eso es Hästens. Ya son cinco generaciones las que han pasado por los mandos de la empresa desde su inauguración en 1852. A pesar de que el futuro es el terreno de cultivo de la empresa, nunca han querido dejar atrás sus raíces, alguna vez de forma bastante literal. Brandt cuenta que hace poco intentaron «comprar a un particular una cama Hästens fabricada en 1927».

Se quedó en eso, en una tentativa. Al dueño le gusta tanto su cama, aunque ya tenga casi un siglo, que no la quiso vender y aún la usa. Ello reafirma la resistencia de los productos de Hästens, en los que se invierte para toda la vida. Una vez tenga una cama construída por esta empresa en su habitación, sólo falta tirarse sobre ella, meterse bajo las sábanas y, sin notarlo, el sueño comenzará a galopar. Así indica el logo de Hästens sin mentiras ni medias tintas, como marca la personalidad sueca de la compañía.