Mutua Madrid Open

Irene logra su mejor set en la Caja Mágica

Mutua Madrileña incorpora a cuatro personas con síndrome de Down entre sus azafatas del torneo de tenis para su integración laboral

Desde acompañar a clientes VIP a sus asientos hasta repartir papeletas para una rifa solidaria, pasando por juegos infantiles, los cuatro discapacitados contratados por Mutua Madrileña llevan trabajando como uno más estos diez días en el torneo que hoy termina en la Caja Mágica
Desde acompañar a clientes VIP a sus asientos hasta repartir papeletas para una rifa solidaria, pasando por juegos infantiles, los cuatro discapacitados contratados por Mutua Madrileña llevan trabajando como uno más estos diez días en el torneo que hoy termina en la Caja Mágicalarazon

Madrid- A Irene no la intimida ni la cantidad de gente que había estos días por la Caja Mágica, ni los niños haciendo preguntas sobre juegos, ni tener que acompañar a algún cliente VIP a su asiento; ni siquiera se cansa después de estar cinco horas de pie y trabajando de un lado para otro. Es, simplemente, una más de los 40 empleados que trabajan estos días para Mutua Madrileña en el recinto deportivo del barrio de San Fermín, que alberga hasta hoy el torneo Masters de Tenis. Durante los diez días que ha durado el campeonato, Mutua ha «colocado» a cuatro jóvenes con síndrome de Down, que, como Irene, han trabajado codo con codo con el resto de sus compañeros para atender al público que ha acudido a ver los partidos. Han realizado labores de acompañamiento a los invitados de Mutua desde su llegada al recinto y hasta su palco; han organizdo juegos para niños en todos los stands que la empresa de seguros tiene en la Caja Mágica; han vendido boletos para una rifa por la que, por un euro, participas en el sorteo de una raqueta firmada por Federer, o han tratado de convencer a los asistentes de la importancia de comprar, por sólo cinco euros, un «sombrero solidario», cuya recaudación se destinará a construir una pista de tenis en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. Se trata de la primera experiencia laboral de Irene, de 24 años, que vive en un piso tutelado, tiene intención de casarse el año que viene y adora el teatro y bailar. «Trabajo desde las tres de la tarde hasta las ocho de la noche y no me canso», comenta orgullosa. «Vienen muy motivados y es una oportunidad fantástica para ver cómo se desenvuelven», explica Laura Sánchez, de la Fundación Síndrome de Down y que se encarga estos días de vigilar un poco a Irene y al resto de los chicos discapacitados. A Noelia, la compañera de Irene que está por las mañanas, hasta le ha dado tiempo de enamorarse de Rafa Nadal mientras entrenaba y de hacerse una foro con él. «Dice que le quiere», comentan entre risas sus compañeros.

La iniciativa de Mutua, principal patrocinador del torneo –por algo se llama Mutua Madrid Open 2013– es sólo una más de las que desarrolla dentro de la estrategia Responsabilidad Social. Convencidos de que «la mejor integración se consigue con la formación», no sólo trabajan con la Fundación Síndrome de Down, a quienes apoyan económicamente y con su programa de voluntarios. Para promover la integración de este colectivo, la Fundación Mutua Madrileña ha destinado 40.000 euros en el último año a la cátedra Familia y Discapacidad, que la Fundación Síndrome de Down y la Universidad Pontificia de Comillas han creado para formar a personas con discapacidad intelectual.