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La Gran Vía, recorrida euro a euro
Casi 300 días después, y con detalles aún por pulir, la avenida madrileña por excelencia tendrá hoy su presentación oficial. La ampliación de las aceras es la gran apuesta de un proyecto que ha costado alrededor de 9,3 millones.
Casi 300 días después, y con detalles aún por pulir, la avenida madrileña por excelencia tendrá hoy su presentación oficial. La ampliación de las aceras es la gran apuesta de un proyecto que ha costado alrededor de 9,3 millones.
La Gran Vía de las grandes aceras, de las calzadas reducidas, de los semáforos «retro», de los perales chinos, de los bancos de madera modulables y, cómo no, de Madrid Central, se estrena oficialmente hoy, desafiando a una de las fechas que más tránsito de personas y vehículos soporta a lo largo de todo el año: el «Black Friday». En un día en el que las etiquetas de los precios son vistas con lupa, repasamos los costes de unos trabajos que comenzaron el pasado 9 de marzo y que han terminado –o al menos así debería ser– en las últimas horas, para fortuna sobre todo de los comerciantes –que aseguran haber sufrido pérdidas de hasta un 40%– y vecinos que los han sufrido durante 287 días.
El presupuesto final ascendió a 9,3 millones de euros, impuestos incluidos. Así, los 1,3 kilómetros y los 51.000 m2 a reformar han costado alrededor de 182 euros el metro cuadrado. Los firmes y pavimentos, con 2,2 millones, y el alumbrado público, con 1,02, han sido las principales apuestas de un proyecto que tendrá su verdadero examen a partir de las restricciones al tráfico a partir del próximo 30 de noviembre.
95 semáforos
826.905euros
Los semáforos esféricos y de aire «retro» han sido tanto alabados como criticados. Y entre las críticas, no han sido tanto por razones estéticas como por el hecho de que no se trate de dispositivos inclusivos e igualitarios, como los que se instalaron con motivo del WorldPride 2017 y que finalmente se han quedado en varios distritos de la capital. Contando con la obra civil y la implantación, el coste total de la semaforización supera los 826.000 euros.
105 perales chinos
23.570 euros
Es una de las grandes novedades: los perales chinos, conocidos científicamente como Pyrus Calleryana. De origen asiático, se trata de una especie muy resistente ante enfermedades o plagas, pero más vulnerable al temporal. El Ayuntamiento informó de la plantación de 89, si bien están presupuestados 105, a un precio de 224 euros el ejemplar. No serán los únicos: están previstos más de 20 árboles de especies más autóctonas en las plazas de Callao, Metrópolis y Red de San Luis. En total, serán 106.000 euros empleados en jardinería.
Ampliar las aceras entre 2,6 y 3,4 metros
2.254.758,90 euros
Si hay un eslogan del Ayuntamiento en torno a la nueva Gran Vía, sería: «El peatón gana espacio». Y así es: 5.400 m2 más de aceras, que se han visto ampliadas entre 2,6 y 3,4 metros. Se trata de los trabajos que más problemas han causado –especialmente entre los comerciantes de la zona– y también los que más han abarcado del total del presupuesto: un 34,65%, hasta los 2,2 millones de euros. Por contra, reducir las calzadas, que pasan a tener dos carriles por sentido– uno para vehículos privados y otro para transporte público–, ha resultado bastante más económico: menos de 200.000 euros.
228 farolas led
1.023.000 euros
El alumbrado público es el segundo apartado más costoso de todo el presupuesto: 1,02 millones, lo que supone un 15,73% del total. El elemento más destacado es la implantación de 228 farolas LED de última generación, que tendrán un diseño también específico para la ocasión y que, según el Ayuntamiento, permitirán un notable ahorro energético. Con todo, las luces LED que podrían verse reducidas en la Gran Vía son las de las pantallas de los escaparates: la ordenanza de contaminación lumínica establece su cierre a las 22:00 horas.
70 papeleras
31.500 euros
Quizá por aquello de las numerosas quejas contra la suciedad de la capital –a las que habría que añadir las protestas de los vecinos durante las obras de la Gran Vía, que protestaron por la acumulación de desperdicios en la zona–, el Ayuntamiento ha decidido reforzar el mobiliario urbano también con vistas a atajar el problema. En total, se instalan 70 papeleras, al precio de 450 euros la unidad, y cuyo coste total estará en torno a los 31.500 euros. El tiempo dirá si los madrileños hacen uso de ellas.
33 aparcabicis
10.090 euros
Los ciclistas tendrán que conformarse finalmente con un ciclocarril –y por tanto con los riesgos que entraña convivir con los coches–, en lugar del carril bici completo que varias asociaciones reclamaban a un Consistorio que ha hecho de las dos ruedas una de las banderas de su legislatura. Lo que no faltarán a los aventurados usuarios que se adentren en la avenida son aparcabicis. En principio, están presupuestados un total de 70, a un coste de 114,15 cada uno, lo que conllevará un gasto total superior a los 10.000 euros.
33 bancos de madera
26.400 euros
Esperanza Aguirre ha sido una de las madrileñas que, durante estos días, ha estrenado uno de los 33 bancos de madera modulables –permiten al viandante acomodarse en perpendicular o incluso recostado– repartidos a lo largo de la avenida. Cada uno de ellos ha costado alrededor de 800 euros. A éstos hay que añadir 110 bancos de granito, valoradas cada uno entre 476 y 579 euros. Éstos harían las veces también de bolardos de seguridad, ya que impedirían a cualquier vehículo abordar la acera.
3 fuentes de granito
13.500 euros
Sí, los viandantes podrán refrescar –sobre todo en verano, cuando la sombra escasea ante la amplitud de la avenida– gracias a uno de los elementos que hasta ahora permanecían inéditos en la Gran Vía: fuentes de agua potable. En total habrá tres, serán de granito, contarán con los criterios de accesibilidad y cada unidad está valorada en 4.500 euros. Es uno de los elementos estrella del renovado mobiliario urbano, cuya reforma total ha tenido un coste superior a los 830.000 euros, siendo así la cuarta partida más costosa.
Bicis en farolas y macetas de ceniceros
Horas antes de la inauguración, todavía se estaban ultimando los detalles de la nueva avenida. De hecho, los operarios se empleaban contrarreloj para finalizar las labores de adoquinado, posiblemente las que han absorbido más tiempo en todo el proceso. Este era uno de los muchos detalles que llamaban la atención tanto de los viandantes como de los comerciantes de la zona en los momentos previos al estreno. También destacaba el hecho de que no hubiera todavía rastro de los 33 aparcabicis prometidos –y presupuestados– por el Consistorio, de forma que eran visibles las bicicletas encadenadas a las farolas. Además, los nuevos maceteros, como los que se encuentran situados frente al Casino de Gran Vía, eran utilizados como improvisados ceniceros.
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