Educación
La inclinada balanza del rector Carrillo
En tres años, Carrillo ha levantado un monumento a las Brigadas Internacionales y ha impedido el acceso a la Policía en dos ocasiones en defensa de los antisistema. Su decisión de cerrar la capilla de Geografía contrasta con la permisividad hacia los grupos radicales de izquierda con diversos locales en los Campus
«No debería haber capillas en las universidades públicas». Fue el ex rector de la Universidad Complutense Carlos Berzosa el que pronunció esta frase en 2011, aunque perfectamente podría haberla firmado esta semana su sucesor en el cargo, el catedrático de Matemáticas José Carrillo. La polémica en torno a la existencia de lugares de oración para los alumnos y profesores católicos se ha reavivado desde que, el lunes, el decano de la Facultad de Geografía e Historia, Luis Enrique Otero, ordenara el cierre de la capilla ubicada en este edificio y cambiara la cerradura de la noche a la mañana. Justificó el decano esta decisión en la necesidad de contar con nuevos espacios docentes para adaptarse a lo que contempla la normativa de Bolonia, aunque, tal y como informó este diario, la propia Junta de Facultad –en la que está integrado el equipo decanal– reconoció en 2012 que a partir de septiembre del curso 2014-2015, la necesidad de nuevas aulas, en virtud de la convivencia de los grados y de las licenciaturas a extinguir, dejaría de ser un problema.
Aunque más allá de la polémica concreta en torno a esta capilla –el conflicto podría quedar resuelto este mismo lunes si la UCM acepta alguna de las alternativas propuestas por el Arzobispado–, el cierre de este espacio ha vuelto a poner de manifiesto el doble rasero del actual equipo de Gobierno. En marzo de 2011, tres meses antes de que se produjera el relevo de Carrillo por Berzosa, medio centenar de integrantes de la asociación estudiantil Contrapoder asaltaron la capilla situada en el campus de Somosaguas de la Complutense. «Arderéis como en el 36» fue una de las pintadas que quedaron en la fachada de la capilla como recuerdo de la protesta. Berzosa reflexionó entonces por primera vez en alto en torno la necesidad de eliminar los espacios reservados a la comunidad católica en los campus de la UCM, al tiempo que defendía el derecho de las asociaciones estudiantiles –también el de los colectivos de ultraizquierda, como Contrapoder– de disponer de espacios para desarrollar su actividad.
Y aunque las autoridades de la Complutense siguen apuntando a la necesidad de nuevas clases para justificar el traslado de la capilla –«hay una realidad que es que hay una capilla inmensa donde no va nadie y hemos ofrecido un sitio más pequeño» apuntaba este viernes el propio Carrillo–, lo cierto es que no han puesto el mismo celo a la hora de escrutar el uso de los decenas de locales de los que disponen las distintas asociaciones. Sólo en las registradas en La Casa del Estudiante, hay 89 asociaciones, repartidas en 22 facultades. El grueso de estos colectivos se ubica dentro de un espectro ideológico claramente de izquierdas. Es el caso de asociaciones como Contrapoder, La Caverna de Filosofía, Primero de Mayo, Tiempos Modernos o Hypatia. Ocupan locales en las facultades, aunque, tal y como han puesto de manifiesto esta semana algunos de los colectivos que se oponen al cierre de la capilla, el rectorado nunca ha planteado la necesidad de reubicarles para dar cabida a nuevos espacios docentes.
Este doble rasero se ha convertido en una de las líneas maestras de la gestión de los últimos dos rectores. Entre los ejemplos en torno al marcado perfil ideológico que Carrillo ha querido dar a su mandato como máximo responsable universitario destaca la instalación en el campus de un monumento de homenaje a las Brigadas Internacionales. El monolito, a pesar de no contar con las licencias necesarias y de haber sido declarado ilegal hasta en dos ocasiones por la Justicia, continúa en pie. «No entiendo por qué este tema levanta tanta polvareda. Se trata de un monumento normal que conmemora el 75º aniversario de la creación de las Brigadas Internacionales que defendieron durante la Guerra Civil al entonces legítimo gobierno de la República», subrayó el rector en 2013 tras conocer que el TSJM volvía a exigirle la retirada del monolito. En estos tres años de mandato, han sido muchas las voces que han recriminado a Carrillo su permisividad hacia los grupos radicales instalados en la universidad. Este mismo año, los responsables de una violenta barricada con motivo de las jornadas de protesta universitaria contra la LOMCE, se cobijaron de la Policía en la Facultad de Geografía. Su decano, Luis Enrique Otero, impidió entonces la entrada en el edificio a los agentes del orden. El pasado mes de noviembre grupos de extrema izquierda atacaron el local del foro Francisco de Vitoria. Agredieron a cinco de sus miembros y destrozaron su sede, pero la Policía no pudo entrar al no contar con la autorización de Carrillo. Los bedeles había recibido la orden de no permitir su entrada.
La ideologización de su mandato le ha mantenido también en permanente conflicto con el Gobierno de la Comunidad de Madrid, lo que sin embargo no ha sido obstáculo para que hasta en dos ocasiones en el último año haya solicitado la asistencia económica de la Consejería de Educación.
Los colectivos que no molestan a Carrillo
Contrapoder
- Entre otras acciones, en marzo de 2011, asaltaron la capilla situada en el campus de Somosaguas. «Arderéis como en 1936» fue una de las pintadas que realizaron en la fachada de la sala de oración.
Izquierda Progresista
- Inscrita en la Facultad de Políticas, entre sus actividades de este curso destacó la organización de la conferencia que pronunció Alejandro Cao de Benos, portavoz del régimen comunista de Corea del Norte.
Primero de Mayo
- Se autodefinen, en su página web, como republicanos, anticapitalistas y contrarios a las políticas neoliberales del Gobierno de España y de la Comunidad de Madrid. «Todo ello», añaden, «bajo una perspectiva laica, republicana y popular».
La Caverna
- Adscrita a la Facultad de Filosofía emitió, junto a otras asociaciones, un comunicado conjunto en el que reclamaban un referéndum en torno a la república. En su perfil de Facebook, esta asociación comparaba los méritos del nuevo monarca con los de un perro para hacerse merecedor de la Jefatura del Estado.
Carrillo ya propuso hace un año salas multiconfesionales
Cuando Carlos Berzosa abandonó en 2011 el cargo de rector fue relevado por el que había sido su mano derecha. Y como tal, José Carrillo asumió como propias algunas de las ideas de su predecesor. Fue el caso de instalar el monolito de homenaje a las Brigadas Internacionales. Y fue el caso, también, del progresivo cierre de las capillas. Aunque esta semana el propio Carrillo negara que la polémica obedezca a una cuestión ideológica, hace apenas un año Carrillo ya planteó cambiar las capillas por salas multiconfesionales –en ningún caso se ha barajado abrir espacios para musulmanes–. «Uno puede rezar perfectamente en un centro donde otros rezan a otro dios al mismo tiempo», aseguró entonces.
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