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Líneas rojas para dar el «sí»
Carmona condiciona la investidura de Carmena a que se comprometa a cumplir sus propuestas estrella
Del «no voy a pactar con Podemos» a negar la opción a la fuerza más votada tras el 24-M, Antonio Miguel Carmona juega desde hace quince días con qué puede pedir a los Reyes Magos o, en este caso, a las alcaldables para darles las llaves del Palacio de Cibeles. Cada día los socialistas madrileños obvian el estrepitoso fracaso en el Ayuntamiento, donde el PSOE ha perdido nada menos que 6 concejales, para esgrimir su papel clave para sustentar la Alcaldía de Esperanza Aguirre o Manuela Carmena. En su lugar, han ido desgranando las cuestiones que quieren hacer cumplir al gobierno que respalden, que todo apuntan llevará los colores de Ahora Madrid, aunque el socialista aseguró ayer que estas exigencias son «para cualquier investidura».
Su última petición es la de poner en marcha un plan de choque para la limpieza de Madrid durante los primeros seis meses de legislatura en el que se incluiría una auditoría de las empresas de limpieza, control ciudadano de la calidad de su trabajo y una nueva ordenanza del sector. Antes, habían reclamado que la futura alcaldesa ponga en marcha la oficina antifraude –que es una de las propuestas estrella del programa electoral de Carmona–, la puesta en marcha de un plan de empleo, la apertura de los comedores escolares en verano para que los niños en situación de pobreza puedan acudir fuera del curso escolar y, al mismo tiempo, elaborar una batería de medidas contra la pobreza infantil, y la creación de un nuevo convenio colectivo para los funcionarios municipales.
Todo ello bajo la máxima de que en la investidura no votarán a personas sino a proyectos y por ello lo importante es que acepten los requisitos que imponen. Sin embargo, lo cierto es que nadie confía completamente en que los socialistas se conformen con apoyar un gobierno en minoría y no vayan a exigir, por ejemplo, el control de la vicealcaldía o alguna concejalía clave. De hecho, a esto apeló la candidata del PP, Esperanza Aguirre, dispuesta a ceder incluso el baston de mando consistorial y su asiento en la corporación municipal para obtener el respaldo de los nueve concejales del PSOE. Tras el no rotundo de Carmona y después de que Manuela Carmena se comporte ya como alcaldesa anticipando reuniones de cara a su acción de gobierno, los socialistas han variado su estratategia y ya añaden la incertidumbre a lo que en principio era una lista de exigencias que parecía presentaban a la candidata de Ahora Madrid, que llegó a decir tras su primera reunión con el PSOE que estaba «tranquila» respecto a su investidura.
Quizás para no dar la sensación de que están entregados al pacto con el partido instrumental de Ganemos y Podemos, la número 4 de la lista del PSM al Ayuntamiento de Madrid, Mercedes González, aseguró esta semana que «nadie puede dar por sentado nuestro voto». Sin embargo y a diferencia del candidato del PSOE en la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo que, al menos de cara a la galería, no está negociando con Podemos una investidura por encima de la lista más votada de Cristina Cifuentes; Antonio Carmona sí se ha sentado a buscar acuerdos con Ahora Madrid, pese a que la lista más votada fue la de Esperanza Aguirre. De hecho, Mercedes González reconoció que en una semana de contactos multilaterales «no se ha producido ningún avance significativo en las conversaciones que mantenemos con todos los grupos políticos». Es decir, que al respecto del apoyo de los socialistas, Aguirre sigue con el «no» y Carmena «tranquila».
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