Política

Sucesos

Los 30 minutos de motín en los que 15 agentes temieron por sus vidas

Fue una batalla librada con bancos y extintores, en la que los agentes resistieron varias acometidas

Aagentes de la Policía Nacional, en el momento en que irrumpen en el CIE de Aluche, minutos después de empezar el motín/POLICÍA
Aagentes de la Policía Nacional, en el momento en que irrumpen en el CIE de Aluche, minutos después de empezar el motín/POLICÍAlarazon

Los motines en el CIE de Aluche van camino de convertirse en una peligrosa rutina. «Cada tres o cuatro meses sucede algo así», afirman fuentes policiales. El último de ellos, el registrado el pasado viernes. Un intento de fuga que no fue espontáneo: estaba perfectamente planeado desde hacía tiempo. El saldo final fue de 11 policías heridos –la mayoría leves, mientras que dos fueron hospitalizados por una brecha en la cabeza y una fractura en la mano–, un interno con lesiones leves –sufrió una brecha en la cabeza y fue trasladado al Gómez Ulla– y una enfermera que fue atendida por una crisis de ansiedad.

Según fuentes policiales, los amotinados, un grupo superior a 15 inmigrantes, la mayoría de ellos de nacionalidad argelina, procedió con su plan pasadas las 21:00 horas. Aprovechando el reparto de medicación, flanquearon las puertas de seguridad utilizando los bancos como arietes, con el objetivo de escapar por la zona del locutorio.

En el momento de los hechos, se encontraban 15 funcionarios. Igual que los inmigrantes, hicieron uso de los escasos bancos que había disponibles para bloquear las puertas e impedirles el paso. Los internos se hicieron con los extintores, que utilizaron para intentar abrirse paso. Una enorme nube de polvo se adueñó del lugar y afectó por igual a policías y reclusos, lo que les afectaba a la visión y a la respiración. El locutorio no era la única salida que buscaban los amotinados: también intentaron abrirse paso a través del patio interior y la comisaría de Latina.

Los agentes opusieron la suficiente resistencia como para evitar que ninguno de los inmigrantes pudiera salir del CIE. Sin embargo, las fuerzas comenzaron a flaquear. Fue providencial la aparición de los Z, así como del Grupo Operativo de Respuesta de Latina y de la Unidad de Prevención y Reacción, que recibieron el aviso de que lo estaba ocurriendo en Aluche. Una vez que se presentaron en el recinto, la situación se controló casi de manera inmediata. En total, todo el motín duró alrededor de media hora. Tiempo más que suficiente como para que los funcionarios del CIE «temieran por sus vidas».

Sindicatos policiales ya habían avisado con anterioridad de la arriesgada y precaria situación que se vive en este centro, en el que al concentrar tantos inmigrantes de la misma nacionalidad acaban formándose guetos organizados. Además, habían denunciado la escasez tanto de agentes como de medios materiales, lo que ha provocado, por ejemplo que apenas una decena de policías tenga que asegurar la integridad de unos 180 internos.