Ahora Madrid
Los concejales de Carmena, en la okupación del Museo Ambasz
El colectivo okupa Gobernadora tomó ayer el edificio municipal, situado en el 39 de la calle del Gobernador, tras una manifestación a la que acudieron varios ediles de Ahora Madrid. El Ayuntamiento evitó ayer condenar la usurpación
El colectivo okupa Gobernadora tomó ayer el edificio municipal, situado en el 39 de la calle del Gobernador, tras una manifestación a la que acudieron varios ediles de Ahora Madrid. El Ayuntamiento evitó ayer condenar la usurpación.
Si hay un asunto que provoca terremotos en el equipo de Gobierno de Manuela Carmena es el de la okupación. Procedentes de los colectivos okupas, varios concejales de Ahora Madrid han defendido, participado activamente y hasta abandonado el Pleno municipal cuando se ha tratado la «causa» okupa. Desde la controvertida cesión de inmuebles del Ayuntamiento a entidades sociales, que no fue del todo del agrado de muchos de estos colectivos, –pese a que otros sí se acogieron a las normas impuestas por Cibeles para ello–, hasta las presiones a la alcaldesa para que no se efectuasen desalojos –La Dragona en el cementerio de La Almudena– o recalificaciones –el solar del Patio Maravillas–, el enfrentamiento entre los ediles pro-okupas y el círculo más cercano a la alcaldesa, que el pasado mes de marzo afirmó en un desayuno en el Ritz que «no podemos tener un Madrid tercermundista de okupas», es total.
Pero ayer se dio un paso más que ha dejado en evidencia el descontrol de la ex jueza sobre su propio equipo de Gobierno la misma semana en que se ha sabido que dos de sus concejales denunciaron a sus espaldas el acuerdo del Open de Madrid: la okupación de un edificio municipal. Tras una manifestación bajo el lema «Madrid no se vende», convocada por colectivos okupas como el Patio Maravillas, así como otras organizaciones como Ecologistas en Acción y la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), entre otros, varios manifestantes se dirigieron al número 39 de la calle Gobernador, donde irrumpieron en el inmueble que hace esquina con el Paseo del Prado, propiedad del consistorio madrileño y cuyo fin es convertirse en el Museo Ambasz.
Una «okupación» que aplaudió en Twitter la concejala de Arganzuela y Usera Rommy Arce –que estuvo en la manifestación previa junto con su compañero del grupo municipal y edil de Salamanca y Moratalaz Pablo Carmona–, aunque no se la vio frente al inmueble. En cambio, los también manifestantes y diputados de Podemos en la Asamblea de Madrid, Isabel Serra, y el parlamento europeo, Miguel Urban, sí permanecieron junto a la entrada para respaldar la usurpación del edificio ante la llegada de la Policía Nacional. Un apoyo explícito que ya trajo complicaciones a los cargos públicos tanto municipales –Guillermo Zapata, Carlos Sánchez-Mato, Celia Mayer y Montserrat Galcerán– y de la Asamblea –Pablo Padilla–que, el pasado noviembre, apoyaron la efímera okupación y desalojo posterior del número 24 de la calle San Mateo en una concentración ilegal en la plaza del 2 de Mayo.
Esta vez, el respaldo a la usurpación de un inmueble es aún más grave, dado que se trata de un edificio propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Es decir, la concejala-presidenta de los distritos de Arganzuela y Usera se ha mostrado favorable a que se okupe ilegalmente un inmueble de la administración que gobierna. Y, a todo esto, la respuesta del consistorio madrileño fue la siguiente: «desde el Ayuntamiento de Madrid no se hace ningún tipo de comunicación al respecto». Al ser los titulares del edificio, debe ser el Gobierno municipal quien inste el desalojo inmediato ante la Justicia.
Cuando los concejales de Carmena acudieron la concentración para respaldar la okupación en San Mateo, la alcaldesa enmarcó su presencia en el derecho a la libertad de expresión y consideró que participaron «a título personal», si bien les recordó que forman parte del Gobierno y, por lo tanto votan en las Juntas y en los plenos en los que se tratan las actuaciones de los okupas. Sin embargo, desde entonces, cada vez son más agrios los desencuentros entre los ediles partidarios de las okupaciones y la regidora. De hecho, la fractura entre las distintas facciones que forman Ahora Madrid –Podemos, Ganemos (los más críticos), Equo e Izquierda Unida, entre otros–, es cada vez mayor. Recientemente, hubo una reunión del grupo en la que Carmena exigió que no se evidenciaran ante los medios de comunicación las distintas opiniones dentro del equipo de Gobierno.
Una llamada al orden que no ha sido eficaz ya que en las últimas dos semanas ha habido «pulsos» a la alcaldesa por parte de varios ediles. En el pasado pleno municipal de abril, cuatro concejales de Ahora Madrid se ausentaron para no votar una moción de su propio grupo para convertir en apartamentos turísticos el edificio de la calle Divino Pastor, 9, que fue durante meses sede del Patio Maravillas, y que ya retiraron del orden del día del pleno de enero. Igualmente, los ediles Celia Mayer y Carlos Sánchez-Mato, presentaron hace unos días una denuncia ante la Fiscalía respecto al acuerdo suscrito entre el Ayuntamiento de Madrid y los organizadores del Madrid Open de Tenis, sin advertir de ello a Carmena, que tuvo que reconocer en público que no fue informada.
El día que el Patio Maravillas cumplió su amenaza contra Ana Botella
A finales de mayo de 2015, cuando Manuela Carmena ya vislumbraba el acuerdo de investidura con el PSOE que la convertiría en alcaldesa de la capital, el Patio Maravillas, uno de los colectivos okupas del que posteriormente salieron varios concejales de Ahora Madrid, okupó el edificio de la calle Gobernador que ayer volvió a invadir otro colectivo recién creado para la ocasión. En aquel momento, la okupación de los del Maravillas suponía el cumplimiento de una amenaza al Ayuntamiento de Madrid gobernado entonces por Ana Botella, a quien exigían la cesión de un inmueble de «al menos» 3.000 metros cuadrados de superficie para albergar sus actividades. Ante la orden de desalojo que pesaba sobre su entonces sede en la calle Pez, el Patio hizo un primer intento de okupación en la plaza del 2 de mayo y advirtieron a la regidora de que si no les cedía otro edificio, okuparían un espacio municipal. La amenaza se cumplió el 27 de mayo, aunque fue abortada en apenas unas horas por la Policía Nacional ya que el consistorio madrileño denunció de inmediato la usurpación del futuro museo Ambasz. Con los «suyos» en el gobierno municipal, el Patio Maravillas confió en una solución primero a su desalojo, que sí se ejecutó y también fueron expulsados del edificio en Divino Pastor que okuparon después y de la efímera entrada en la calle San Mateo. Después, esperaron la cesión de un inmueble, en la calle Alberto Aguilera, que Carmena finalmente dio a la Casa de México. Desencantados, el Patio se ha convertido en uno de los principales críticos a la gestión de Ahora Madrid.
✕
Accede a tu cuenta para comentar