Más incertidumbre tras dos años de bloqueo de la Cebada y su mercado

Los vecinos del Distrito Centro de Madrid han sido convocados este martes en el mercado de La Cebada a una asamblea informativa sobre el plan de renovación del propio espacio de reunión y sobre el proyecto de un nuevo polideportivo en la zona. Sin embargo, los congregados se han mostrado decepcionados con los resultados de una cita que se presentaba esclarecedora, pero que ha acabado por estar marcada por el ruido y la confusión. El concejal responsable del distrito ha asegurado que es el mejor momento para poner en marcha el proyecto, pero todas las informaciones presentadas han sido demasiado ambiguas.

La reunión ha comenzado con una breve exposición de Juan Carlos Lasheras Merino, Director General de Planeamiento y Gestión Urbanística del Ayuntamiento de Madrid, en la que ha descrito vagamente el estado de las cosas, el por qué y el para qué, las motivaciones y los objetivos de esta futura transformación de La Cebada. Así, ha señalado que lo fundamental es conseguir que el resultado de la reforma sea un espacio común, un patrimonio público fruto de un proyecto ciudadano -lo que descarta cualquier tipo de propuesta privada, como lo era la que se barajó en legislaturas anteriores sobre la construcción de un centro comercial-.

Entonces han comenzado las propuestas que, en la mayoría de los casos, se han convertido en claras muestras de desilusión ante la falta de concreción de los dos representantes del Ayuntamiento de Madrid: «Al menos, delimiten los plazos», ha reclamado un vecino. Y es que, lo más cerca que han estado de ello los dos políticos ha sido definir dos fases: una para la elaboración de un programa de necesidades y la apertura de un concurso urbanístico y otra en la que hacer efectiva la idea ganadora -que tal y como Jorge García Castaño ha asegurado, tendrá lugar el próximo año-.

En general, los vecinos parecen estar de acuerdo en mantener el edificio del mercado por su historia y significación, pero poco más. Y lo cierto es que todos han demostrado empuje y buena disposición, pero en el ambiente se podía percibir la incertidumbre. Quizás porque Madrid y los procesos asamblearios aún no están hechos el uno para el otro, o quizás porque muchos quieren participar pero necesitan sentirse respaldados por una voluntad política que -aunque debe de estar- hoy no se ha hecho notar.