Ayuntamiento de Madrid
Ocho de los radares que más multan están en la M-30
Los velocímetros del anillo de circunvalación registran el 68% de las denuncias por exceso de velocidad de la capital. El del túnel de la Avenida de Portugal, con casi 50.000 multas, es el que más recauda
Los velocímetros del anillo de circunvalación registran el 68% de las denuncias por exceso de velocidad de la capital. El del túnel de la Avenida de Portugal, con casi 50.000 multas, es el que más recauda
En muchas ocasiones cuesta levantar el pie del acelerador. Siempre con la prudencia y cautela que conducir requiere, sí es cierto que existen vías en las que los conductores perciben que el límite de velocidad no es el adecuado y tienen la sensación de ir más despacio de lo que se podría, bien porque el tráfico no es excesivo, la carretera está bien iluminada y pavimentada O cuenta con una visibilidad adecuada para por ejemplo, circular a los 120 kilómetros por hora estipulados en lugar de los 90 que el Ayuntamiento de Madrid establece en la M-30. Pero no se deje llevar por el placer de conducir, pise de vez en cuando el freno y sobre todo, esté atento a las señales de regulación de velocidad, ya que en el periodo comprendido de enero a octubre del 2015 los radares de la Policía Municipal de Madrid han formulado 319.846 denuncias, lo que supone un importe de 38.423.800 euros por sobrepasar los límites de velocidad establecidos, según revela el estudio realizado por la organización de defensa de los conductores Automovilistas Europeos Asociados (AEA), o lo que es lo mismo, «una media de una multa por minuto», según detalla a LA RAZÓN su presidente, Mario Arnaldo.
De este informe se desvela que el 55 por ciento de las infracciones se producen por no respetar el límite de velocidad de 70 kilómetros por hora, restricción que coincide con la que está vigente en los túneles de la M-30. Aquí el mayor exceso de velocidad detectado ha sido en este subterráneo, justamente bajo el Paseo de Pontones, a un conductor que circulaba a 139 kilómetros por hora. Este tipo de radar también actúa en el kilómetro 4 de la carretera de Badajoz, en O’Donnell, Avenida de América en el kilómetro 4,6 y, otra vez, en los túneles de la M-30, justamente en los kilómetros 14,200 y 16,530.
Bajo esta restricción se han producido en estos diez meses un total de 178.308 denuncias, de las que, tal y como afirma Mario Arnaldo: «Son por excesos de velocidad mínimos, que no llegan a superar ni el 10 por ciento del límite permitido».
Centrándonos en los datos ofrecidos por la organización, se deduce que del total de las denuncias en estos tramos, tan sólo 65 son de más de 500 euros y un coste de 6 puntos en el carnet de conducir, mientras que 174.037 tienen un cargo de 100 que «pagándolo en un plazo de tiempo se reduce a la mitad» y no conllevan pérdida de puntos.
En total, la recaudación de los radares fijos situados en las zonas limitadas a 70 alcanza una suma de 18.718.000 euros.
«El 90 por ciento se producen en los túneles porque tienen un límite de velocidad que no es creíble para el conductor», asegura Arnaldo, quien manifiesta también su sorpresa «al percatarnos de que año tras año se siguen produciendo las denuncias en los mismos sitios, lo que demuestra que la política de seguridad vial del Consistorio no es efectiva ni educadora».
Otro de los puntos calientes y donde más precauciones tienen que extremar los conductores es, de nuevo, a lo largo de todo el perímetro de la M-30 que alcanza 95.157, denuncias de las cuales tan sólo 27 corresponden a la máxima penalización de 500 euros y seis puntos. En este tramo, el mayor exceso de velocidad detectado ha sido de 158 kilómetros por hora en la entrada de la A-1 en el punto 0,5 de la carretera de Castilla. Bajo esta limitación sorprende la enorme diferencia entre la multa más baja y la siguiente que se sitúa en 300 euros y dos puntos en el permiso y de la que se contabilizan 1.153 denuncias.
La tercera posición de los límites de velocidad que más quebraderos de cabeza provocan en los conductores la ocupan aquellos radares que están limitados a 50 kilómetros por hora. A esta restricción pertenece el túnel de Costa Rica, «uno de los subterráneos más conocidos por los conductores, porque la mitad de los madrileños han perdido ahí parte de sus puntos», asegura Arnaldo, y añade que esto se debe «a que los que pasan por ahí, en su mayoría, vienen de la M-30, que es un tramo de 90 y se encuentran que tienen que reducir, sin previo aviso, la velocidad a 40 kilómetros por hora. Este radar también actúa en la Cuesta del Sagrado Corazón, en Avenida del Mediterráneo, Avenida de Mayorazgo, Paseo de la Castellana, Calle Josefa Valcárcel y en Avenida de los Poblados, zonas en las que ha registrado 33.415 denuncias y un total de 7.227.800 euros recaudados.
Los radares de la capital que más multas recaudan se corresponden al subterráneo de la M-30 a la altura de la Avenida de Portugal, con un total de 49.918 denuncias y 5.118.700 euros, «lo que supone el 15 por ciento del total de denuncias», añade el presidente de AEA. El número dos de este ranking es para la A-5 a la altura de Batán (kilómetro 4) con 42.137 multas y 4.335.700 euros y como apunta Arnaldo: «El 13 por ciento de las denuncias». Estos dos puntos son, junto con el túnel de Costa Rica, los tramos que más denuncias acumulan año tras año.
Arnaldo manifiesta que los límites de velocidad establecidos «se han convertido en una vía de peaje para los conductores, porque no se corresponde con las características de la vía» y añade que una solución viable «sería utilizar otros recursos urbanísticos como las bandas en el pavimento».
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