Festivales de Música

Paraíso, mucho más que un festival

Organizadores y asistentes hacen balance de lo que ha significado la primera edición de este festival tan singular

Festival Paraíso
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Organizadores y asistentes hacen balance de lo que ha significado la primera edición de este festival tan singular

«Un festival debe aportar una experiencia que vaya más allá de la música». Así habla el director de Paraíso, un nuevo evento de música electrónica que fomenta el consumo sostenible de recursos energéticos y el ecologismo.

Música, gastronomía, arte y creatividad se fusionan en esta iniciativa cultural que hace unas semanas firmó su primera edición, en la que acogió a más de 18.000 personas de distintas procedencias. Este festival, situado en la Ciudad Universitaria de la capital se ha fundado bajo la distinción de espacio libre de acoso, en el que se persigue la convivencia multicultural. Uno de los lemas de esta primera edición es «piensa en global y actúa en local», la manera en la que la organización cree que se alcanzará un cuidado eficaz del medio ambiente y de los recursos naturales.

El espacio contó con numerosos puntos de reciclaje, camisetas promocionales de algodón ecológico e iniciativas de voluntariado ambiental, un festival concienciado con el ecosistema, en el que hasta sus panfletos promocionales se podían plantar, como nos aseguró uno de sus asistentes.

Dentro del recinto se podía acceder a distintas áreas de ocio, como las dedicadas a los videojuegos, a la gastronomía o al descanso. Dentro del área gastronómica se podían encontrar opciones de todo tipo, desde comida exótica hasta vegana.

En el espacio VIP de El Paracaidista coincidimos con el actor Antonio Pagudo, quien aseguró que «cada vez estamos más comprometidos con estas causas y por lo tanto surgirán más festivales de este estilo y habrá más compromiso social.

Durante sus dos jornadas, el viernes y el sábado, por los tres escenarios de Paraíso pasaron un total de 38 DJ´s y grupos. Este trío de plataformas representaron atmósferas únicas pero compatibles al mismo tiempo. En dichas actuaciones destacó la gran apuesta por el diseño. «Instinto salvaje», así se llama el proyecto de diseño dirigido por Sara Kieninger y Lucas Ortiz materializado en la instalación lumínica que presenta el nombre de este festival en mayúsculas y que reacciona a los pasos de baile del público.