Preacuerdo para acabar con la huelga de limpieza en Madrid

Las empresas que gestionan el servicio de limpieza viaria y los sindicatos han alcanzado esta madrugada un preacuerdo sobre las condiciones laborales que regirán el convenio colectivo, pacto condicionado al resultado de la reunión sobre el ERE planteado por tres concesionarias que tendrá lugar este sábado.

Patronal y sindicatos han llegado esta madrugada a un acuerdo sobre el nuevo convenio colectivo en el sector de la limpieza viaria de Madrid que se traduce en la congelación de los salarios durante los próximos cinco años, un pacto que abre la posibilidad de que hoy se cierre la huelga en el sector.

El acuerdo fue anunciado alrededor de las 2.30 horas de esta noche y ha sido una negociación "complicada", según han reconocido los sindicatos, que se han declarado "satisfechos"con el resultado del pulso con las concesionarias.

Los representantes sindicales han destacado el ambiente "distendido"de la reunión, que se ha prolongado durante más de siete horas.

Poco después del acuerdo, vehículos de la empresa pública Tragsa han comenzado a salir de las cocheras de la Plaza de Legazpi a partir de las 4 de esta madrugada para cumplir los servicios mínimos de limpieza en las calles de Madrid.

El presidente de Aselip -Asociación de Empresas de Limpieza Pública-, Francisco Jardón, se ha mostrado "moderadamente satisfecho"con el resultado del acuerdo y ha recalcado que aún no sabe "absolutamente nada"acerca del ERE que ha motiva la huelga de limpieza en la capital, que se negociará mañana.

No obstante, responsables sindicales han indicado que, tras el acuerdo sobre el convenio, "todo"hace pensar que hoy habrá pacto sobre el ERE y a continuación se podrá convocar en asamblea a los trabajadores para dar por finalizada la huelga.

Los representantes sindicales han advertido esta noche de que no tolerarán "que se produzcan despidos"y mantienen que esta es una línea roja para la negociación.

"Si hay ERE, seguiremos con la huelga", ha afirmado contundentemente Francisco Javier Palacios, portavoz de CGT.

Ninguna de las partes conocía al final de la negociación si finalmente la empresa Tragsa comenzaría a limpiar las calles madrileñas, previsto para hoy a las 04.00 de la mañana, aunque los sindicatos lo consideraban "poco probable".

A las 11.30 de esta mañana se celebrará en la Inspección de Trabajo de Madrid la reunión en la que se abordará el ERE.

De anularse, los trabajadores de limpieza se reunirían por la tarde para aprobar el nuevo convenio colectivo y anunciar que el fin de la huelga.

Según los portavoces sindicatos, para el mismo sábado por la noche volverían a sus puestos de trabajo.

Durante la reunión sobre los ERE que tuvo lugar en la jornada de ayer, las empresas concesionarias ofertaron reducir hasta 296 el número de despidos incluidos en los expedientes de regulación de empleo (ERE) anunciados -más de 1.100-, pero los sindicatos mantuvieron su rechazo a todo despido.

El Ayuntamiento de Madrid encargó ayer a la empresa pública Tragsa que asumiera los servicios mínimos de la huelga, una vez cumplido el plazo otorgado por la alcaldesa Ana Botella a empresas y trabajadores y después de presentar ante el Juzgado de Guardia de Plaza de Castilla una denuncia por el incumplimiento de los servicios mínimos y "delitos"relacionados con la huelga.

El principio del fin de las hostilidades comenzó a fraguarse a media tarde. Las empresas concesionarias del servicio de limpieza viaria presentaron una nueva oferta a los líderes sindicales. Las adjudicatarias modificaron en este último documento las condiciones salariales y laborales con el objetivo de firmar la paz en torno al convenio colectivo. Los sindicatos respondieron con una contraoferta. Pasadas las 23:30 de la noche, los sindicatos reconocían su confianza en que las empresas adjudicatarias aceptaran esta contraoferta. El presidente de Aselip, Francisco Jardón, detalló a los medios de comunicación que la nueva hoja de ruta presentada por las empresas se «acercaba» a las posiciones que habían defendido los representantes de los trabajadores del sector. Éstos, por su parte, subrayaron que, aunque las posturas aún están distantes, se está produciendo una negociación «de verdad». Las pistas que llegaban con cuentagotas desde ambas partes hacían vislumbrar una pequeña esperanza. «Se está avanzando», subrayaba el representante de UGT de limpieza viaria, Juan Carlos del Río. Sobre la postura de la patronal, Jardón quiso dejar claro que las empresas no tienen ningún interés en prolongar el conflicto durante más días, lo que les ha llevado a intentar romper «el atasco» en la negociación. Para ello, aseguró Jardón, se eliminó la oferta inicial. «Esto seguro que es un acercamiento de posturas, es mucho más cercana a las peticiones que nos hacían ellos a la oferta inicial». El documento entregado a los responsables sindicales de la negociación había sido consensuado entre los representantes de las empresas adjudicatarias. Hoy hay prevista otra reunión con la inspección de trabajo y las partes implicadas en la negociación ya que es el último día del plazo fijado por la reforma laboral para las conversaciones.

Escépticos

Los sindicatos acudieron escépticos a la reunión con la patronal, que comenzó 30 minutos antes del plazo límite marcado por Botella, pero conforme han avanzado las horas la patronal ha considerado "muy posible"llegar a un acuerdo con los sindicatos que por el momento no se ha producido.

Durante la jornada de ayer, las empresas concesionarias han ofertado reducir hasta 296 el número de despidos incluidos en los expedientes de regulación de empleo (ERE) anunciados -más de 1.100-, pero los sindicatos han mantenido su rechazo a todo despido.

Mientras proseguían las negociaciones, el Ayuntamiento de Madrid ha encargado a la empresa pública Tragsa que asuma los servicios mínimos de la huelga, después de presentar ante el Juzgado de Guardia de Plaza de Castilla una denuncia por el incumplimiento de los servicios mínimos y "delitos"relacionados con la huelga.

Entre los hechos recogidos en el escrito se incluyen prendimientos de hogueras, daños en el mobiliario urbano y volcados de papeleras y contenedores, entre otros daños, cuyo coste según el Ayuntamiento asciende a más de 573.000 euros.

El letrado del Ayuntamiento denuncia igualmente coacciones a los trabajadores que discrepaban con la huelga y su continuación.

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Diego Sanjuanbenito, ha avanzado que Tragsa comenzará a trabajar en la madrugada del sábado y que sus trabajadores contarán con escolta y acompañamiento de la policía municipal.

Su misión será colaborar hasta cumplir los servicios mínimos, ha aseverado Sanjuabenito, por lo que la actividad de la empresa pública no "interferirá"en la huelga.

La actividad se mantendrá hasta que se alcance un acuerdo que cierre el conflicto abierto a raíz de la huelga que, en opinión del delegado, "no ha seguido un cauce legal"y ha estado en "una línea más bien salvaje".

La encomienda de tarea asumida por Tragsa ha sido denunciada por el sindicato CCOO, que ha presentado una denuncia de urgencia ante la Inspección de Trabajo para que verifique si ha contratado a operarios para cubrir servicios mínimos a través de empresas de trabajo temporal (ETT).

Además, los secretarios generales de CCOO y UGT de Madrid, Jaime Cedrún y José Ricardo Martínez, han avisado de que denunciarán la asunción de los servicios mínimos por parte de Tragsa al entender que la encomienda vulnera el derecho constitucional a la huelga y es "ilegal".

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha defendido hoy que sería legal la actuación de la sociedad estatal Tragsa en la huelga de basuras, si bien ha considerado que los términos "lógicos"para resolver el conflicto sería que se alcanzase un acuerdo entre trabajadores y empresas.

En la undécima jornada de huelga, el sindicato CGT ha llamado a los jardineros de parques históricos de Madrid -como el Retiro o los Jardines de Sabatini- a unirse a la huelga de limpieza viaria y mantenimiento de jardines por "miedo"a ser despedidos ante la próxima subrogación del servicio.