PSOE
«Que me echen», el último eslogan de Tomás Gómez
El Partido Socialista de Madrid ha cambiado en las últimas semanas su estrategia publicitaria. Tras los resultados cosechados antes de las autonómicas y municipales de 2011 con los carteles de películas –entre ellos el popular «Invictus»– en la fachada del Palacio de la Prensa, parece que ahora quieren convertir el pleno de la Asamblea de Madrid en el nuevo escenario para su promoción regional. Esto es al menos lo que se tradujo ayer de la actitud de los parlamentarios del PSOE que optaron por hacer el máximo ruido en sus comparecencias. Una bronca que, según denunciaron los parlamentarios del PP, llevan a cabo amparándose en «la inviolabilidad parlamentaria para difamar» al Gobierno regional. En las filas de Tomás Gómez el eslogan estaba claro: Uno tras otro hasta siete diputados repitieron la palabra «corrupto» dirigiéndose al presidente de la Comunidad. Cinco de ellos fueron expulsados por el presidente del hemiciclo, José Ignacio Echeverría, quien ya desde sus primeros minutos preveía un pleno «delicado».
Todos estaban imitando a una compañera. La semana pasada la «número dos» de Tomás Gómez, Maru Menéndez, perdió la oportunidad de los socialistas de preguntar por la privatización de la Sanidad metiendo su particular «cuña» en una pregunta al consejero Javier Fernández-Lassquety y concluyó su intervención con la famosa palabra, «corrupto», dirigida a Ignacio González, y recordando al ex consejero Alberto López-Viejo al que se refirió como «el responsable de los contratos de la trama Gürtel». Estas palabras provocaron una acción disciplinaria y presidente de la Cámara ordenó su suspensión de toda actividad parlamentaria durante un mes. Una decisión por la que los socialistas han solicitado un recurso de amparo en el Consititucional.
Ayer el primero en seguir los pasos de la secretaria de Organización del PSM fue José Quintana quien, amparándose en un informe de la Intervención General del Estado, aseguró que «el presidente de la Comunidad es un corrupto». La mecha estaba encendida y minutos después de que el presidente de la Cámara ordenara la segunda sanción. En esta ocasión fue el socialista Antonio Fernández Gordillo quien repitió la palabra y se negó a retirarla para continuar con la sesión. Para entonces en las filas del PP ya habían descubierto la estrategia socialista y su portavoz, Iñigo Henríquez de Luna, pedía permiso para intervenir y que constara en acta que lo que acababa de decir el diputado socialista es lo que «no se atreve a hacer» su homólogo del PSOE en la bancada de la oposición, un Gómez al que el «popular» tildó de «cobarde».
Palabras «vetadas»
A pesar de que Echeverría solicitó a las taquígrafas que retiraran el adjetivo del boletín de sesiones, la campaña socialista no había concluido. Las diputadas Laura Oliva, Teresa González Ausín y Carla Antonelli (esta pasadas las 22:00 horas) mostraron su apoyo con Maru Menéndez y al resto de compañeros amonestados. Corrieron la misma suerte puesto que también fueron invitadas a salir del pleno. Pero este particular «club de la comedia» no había acabado todavía: «No diré las palabras corrupto, ático, ni Gürtel», inició con cierta sorna sus palabras la diputada de IU, Laura Espinosa. El portavoz del Gobierno regional anunció ayer que estudia si existen responsabilidades penales en esta «estrategia» de la oposición.
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