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Rebelión en el metro

Imagen twitter Antena3
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Lo que podía haber sido un viaje en Metro normal y corriente terminó ayer con avería, rebelión en un tren y con alrededor de 500 viajeros llegando hasta el andén más próximo a pie caminando por las vías de la línea 5 de Metro en su extremo oeste. Todo comenzó unos minutos antes de las ocho de la mañana cuando, según explicaron algunos de los viajeros afectados, el conductor comunicaba por megafonía que el tren había sufrido una avería que tratarían de arreglar. Después se fueron las luces durante un minuto. Dentro del convoy los usuarios se impacientaban en plena hora punta de la mañana, pero aún recibirían peores noticias. El problema técnico no tenía tan sencilla solución: «Nos dijeron que debido a una avería el tren no podía subir la cuesta entre Pirámides y Acacias, al rato que pondrían un tren al lado para que pudiéramos cambiarnos pero al final nada», explicó una afectada. La explicación más concreta de lo que estaba ocurriendo la conocerían más tarde, la avería de su tren había provocado un tapón en su vía y los trenes de la dirección contraria tampoco podrían circular con normalidad como consecuencia de este incidente.

Ya había pasado más de media hora y, cada minuto, el número de viajeros que comenzaba a impacientarse aumentaba. Muchos de ellos no evitaron expresar sus quejas en las redes sociales. «Atascazo en linea 5 @metro_madrid no da explicaciones. En ambos sentidos», escribió Mariló García. «Odio el metro de Madrid, la línea 5 me va a hacer llegar tarde el primer día de trabajo. Es increíble», escribía en Twitter Nerea.

«Al final nos han dicho que fuéramos caminando, que nos abrían las puertas de los vagones», relató la testigo. Fuentes de Metro de Madrid precisaron, sin embargo, que ningún responsable de la compañía invitó a los viajeros a cometer la temeridad que se produciría unos minutos después puesto que el tren estaba a punto de reanudar la marcha.

Tras 50 minutos de espera, presionaron las palancas de emergencia que provocan la apertura inmediata de las puertas y, uno a uno, comenzaban a apearse de sus vagones para llegar a la vía. Una de las viajeras, embarazada de seis meses, explicaría que había bajado la escalerilla del coche a oscuras. Poco después, tras alumbrarse con la luz de sus teléfonos móviles, llegaban al andén donde les esperaban agentes de la Policía Nacional y efectivos del Samur. La versión de los afectados es que los trabajadores de Metro habían puesto las escalerillas para llevar a cabo la evacuación, que en ningún momento ellos quisieron caminar por las vías. Pero lo cierto es que hasta ponerse a salvo habían invadido los raíles provocando el corte de la línea 5 de Metro en ambos sentidos poniendo en peligro su vida. Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún herido. Desde la compañía explicaron que la suspensión del servicio en la línea 5 durante un cuarto de hora se había debido a la «imprudencia» de un grupo reducido de viajeros que «por su cuenta y riesgo» decidieron apearse del convoy, informa Ep. «Metro ha garantizado en todo momento la seguridad de todos los usuarios de Metro suspendiendo el servicio inmediatamente entre las estaciones de Ópera y Marqués de Vadillo, de tal modo que ningún tren pudiera circular mientras este pequeño grupo de personas se encontraba en el túnel», explicó el presidente de la compañía, Ignacio González Velayos.

Esta no es la primera «rebelión» de viajeros que se produce en las instalaciones de la compañía madrileña. Una situación similar se se vivió ya en 2007, cuando varias decenas de viajeros sufrieron en plena línea 6 una avería . Estas personas creyeron que todo se debía a una huelga encubierta de los sindicatos y, a pesar de las advertencias de la Policía Nacional y de los empleados de seguridad del suburbano se negaron a abandonar el convoy. Otros, como ocurrió ayer, optaron por invadir las vías y acceder al desalojo. El balance final del incidente fue de un detenido por desobediencia y decenas de reclamaciones en bloque en las ventanillas de información.

Fuentes de la Consejería de Infraestructuras y Transportes consideraron que la incidencia de ayer «cabe dentro de lo normal» en el servicio habitual de Metro. Desde 2008, precisaron, el número de incidencias registradas en el servicio del metro madrileño se ha reducido un 40 por ciento.