Madrid
Registros y máxima seguridad en la primera cabalgata blindada
El dispositivo especial que prohíbe la circulación de camiones cerca de los recorridos arrancó ayer con el desfile en Chamartín. Hubo transportistas con cambio forzoso de itinerario y controles de alcoholemia sorpresa a los conductores de las carrozas
El dispositivo especial que prohíbe la circulación de camiones cerca de los recorridos arrancó ayer con el desfile en Chamartín. Hubo transportistas con cambio forzoso de itinerario y controles de alcoholemia sorpresa a los conductores de las carrozas
«Negativo. Negativo. Le dices que es por seguridad. Que no, que se dé la vuelta. Que me da igual». Las órdenes que daba a través de la emisora el responsable de Policía Municipal encargado del dispositivo de seguridad de la cabalgata de Reyes de Chamartín eran ayer taxativas: ningún camión de más de 3.500 kilos de peso podía acercarse al perímetro por el que discurría esta cabalgata de distrito, la primera que se celebra en la capital y que ayer estrenó estas exhaustivas medidas de seguridad que se extenderán hoy y mañana al resto de cabalgatas de barrios y a la principal, la que termina en Cibeles. La alerta antiterrorista que dentro de tres días cumple dos años en nivel 4 (a sólo un paso del máximo) y la cercanía de los últimos atentados de Berlín, donde un camión de gran tonelaje irrumpió en un mercadillo navideño y mató a 12 personas, ha empujado a duplicar la seguridad de cara a las masificaciones que se dan estos días en torno a la visita de los tres magos de Oriente. Y, aunque la seguridad total no existe, al menos, toca ponerlo lo más dificil posible. Así, para evitar las tragedias de la capital alemana o Niza, este año el punto de mira de la seguridad estaba puesto en los camiones de gran tonelaje y en la prohibición de su circulación estos días cerca de las 16 cabalgatas que discurren por la capital. La principal, que atraviesa tres distritos y termina con la visita de la alcaldesa, es la que contará con más agentes: 800 policías pendientes a lo largo de todo el recorrido y el perímetro exterior.
En la prohibición de la circulación de camiones se basaba la resolución emitida el pasado viernes por el Área de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid. En ella se restringía la circulación a todos los vehículos de más de 3.500 kilos de masa máxima autorizada (M. M. A.) en las horas concretas de cada recorrido por los diferentes barrios. Por ejemplo, en la de ayer, se prohibía de 16:00 a 21:00 horas, aunque la cabalgata comenzara a las 17:30 horas. Tampoco se ceñía esta prohibición al itinerario de las carrozas, sino a un perímetro mucho más amplio que abarcaba un par de rotondas más antes del comienzo en la avenida de Pío XXII.
Y, evidentemente, muchos afectados no se habían enterado de la medida, por lo que ayer se sorprendieron cuando las decenas de agentes policiales (hubo refuerzo de otros distritos) repartidos estratégicamente en un anillo exterior bastante generoso con respecto al recorrido del desfile, les prohibían el paso. «A todos los grandes se les para y se les pide la documentación para comprobarlo y salir de dudas. Si son de 3.500 kilos, no pueden pasar», explicaron. A no ser que mostraran la autorización expresa de la Dirección General de la Policía Municipal tras haber enviado un correo electrónico motivando la exención.
La medida afecta a todos los vehículos que superen esa masa autorizada, por lo que también se incluyen autobuses privados. Mejor dicho, sólo están exentos los autobuses de la EMT, de transporte turístico de concesión municipal, servicio especial de transporte urbano de viajeros para contemplar la iluminación navideña, autobuses urbanos de línea regular con inicio o final de trayecto en las zonas de prohibición y las unidades móviles de retransmisión audiovisual.
Filiación de conductores
Pero no sólo a los transportistas se les tenía controlados. Los conductores de las carrozas también pasaron ayer más controles que otros años. En la Avenida Pío XXII, donde estaban aparcadas las cinco carrozas que salieron ayer en Chamartín, los agentes solicitaron a estos conductores el permiso de circulación, la ITV, el seguro del vehículo y el DNI del conductor para comprobar que todo está en regla. «Sólo en caso de sospecha razonable se mirarían antecedentes policiales», explicó ayer un mando policial.
Eso sí, insistió en que tampoco esto garantizaría nada. Otra novedad de este año ha sido someter a estos conductores a un control de alcoholemia, en el que todos dieron 0,0. A pesar de que fue un control «sorpresa» (el resto de documentación se la piden todos los años), a todos les pareció una buena medida.
Miguel y Fernando llevan tres ediciones como conductores de sendas carrozas y coincidieron en que «todo lo que sea por estar más seguros nos parece bien», tras dar negativo y justo antes de subirse a las carrozas. Eran las 17:30 horas y comenzaba la primera de las cabalgatas de Reyes en Madrid, entre más policías de lo habitual y sin camiones ni autobuses privados, pero con los mismos kilos de caramelos y de ilusión que cada año.
Aunque la seguridad se garantizará de la misma manera en todos los distritos, la que aglutina a miles de madrileños es la principal, que recorre Castellana para terminar en Cibeles. La dificultad es mayor porque abarca tres distritos y, a los cortes al tráfico habituales hay que sumarle el nuevo cinturón extra de seguridad «anticamiones». Éste contará, como novedad, con el cierre total (a tráfico y peatones) del puente de Eduardo Dato, que cruza sobre el paseo de la Castellana a la altura de Rubén Darío. Es la primera vez que se toma esta medida para garantizar la seguridad durante la cabalgada de Reyes. Así lo anunció ayer el coordinador general de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Daniel Vázquez. El objetivo, explicó, es facilitar el trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para garantizar la seguridad de los espectadores.
En esta cabalgata será más complicado el control de camiones, por lo que se emplearán muchos más efectivos, ya que el perímetro de seguridad es muy amplio. Eso sí, los transportistas deberían ir buscando vías alternativas para cruzar la capital.
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