Ayuntamientos

«Somos legales y pagamos autónomos pero Carmena no nos recibe»

Los comerciantes y artistas callejeros se quejan de que ellos son las «verdaderas víctimas» del top manta y sin embargo en el Ayuntamiento no les tienen en cuenta.

Un artista callejero
Un artista callejerolarazon

Los comerciantes y artistas callejeros se quejan de que ellos son las «verdaderas víctimas» del top manta y sin embargo en el Ayuntamiento no les tienen en cuenta.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, mostró esta semana su total disposición a ayudar a los manteros a salir de la calle. La regidora recibió en el Ayuntamiento a asociaciones que representan a los integrantes del top manta levantando ampollas en la Policía Municipal. Los agentes exigieron una reunión urgente con la alcaldesa y criticaron que ésta se pusiera del lado de los manteros en el «conflicto» que se ha creado después de que dos agentes denunciaran la semana pasada una agresión por parte de dos vendedores ilegales.

Pero hay otros sujetos implicados en las consecuencias de la venta callejera ilegal que se sienten desamparados por el equipo de Ahora Madrid: los comerciantes. Se quejan de que ellos son las verdaderas víctimas del top manta, puesto que la venta ilegal merma su recaudación e impiden la entrada en sus negocios, y critican la actitud de la regidora, que en lo que llevamos de mes ha anunciado para solucionar este conflicto va a anteponer la respuesta social a la policial.

El alcance de la reunión de Carmena con los manteros se sentía ayer en las zonas más transitadas del centro de la ciudad. No se veía a los vendedores callejeros ilegales que habitualmente atestan el centro. La presencia del top manta en Sol, Preciados, Arenal y Gran Vía brillaba por su ausencia. Entre los comerciantes de la zona e incluso entre algunos agentes de Policía Municipal se comentaba «a título personal» que quizas en el encuentro, del que apenas trascendió de qué hablaron, las asociaciones de manteros podrían haber pactado con la alcadesa alguna prestación o ayuda a la regularización a cambio de retirarse de la calle.

Es por ello que la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM) estudia pedir a la regidora madrileña una reunión para tratar las consecuencias de la venta callejera ilegal. También quieren que el Ayuntamiento les tenga en cuenta. «El top manta nos está perjudicando y parece que somos nosotros los malos», se quejan desde la organización empresarial y recuerda que «nosotros sí pagamos impuestos y nuestra actividad sí es legal».

No se trata de enfrentarse ni al consistorio ni a los propios manteros, pero los comerciantes del centro tampoco quieren que se les deje al margen. Quieren que se recuerde que las víctimas del top manta son ellos. No quieren perjudicar a los que cargan con la manta, pero también quieren que el Ayuntamiento sea consciente del daño que la venta ilegal hace tanto a sus negocios como a la propia imagen de la ciudad.

«No se han quejado directamente, pero los turistas se asustan cuando salen corriendo con las mantas. Les tenemos que explicar que no son ladrones», explica una guía turística en la Plaza Mayor. «Me parece bien que les ayuden, porque si no tienen otra alternativa pueden acabar delinquiendo por las calles, pero tiene que haber moderación», señalaba Ángel, encargado de una tienda de souvenirs en la calle Postas, que confesaba que «como comerciante no nos conviene, pero como ciudadano creo que si no venden estarían robando».

Regulados

Los empresarios recuerdan que son ellos quienes generan empleo y pagan sus impuestos, necesarios para desarrollar las políticas sociales que quiere aplicar Carmena con los manteros. «Nosotros somos autónomos y legales. Está bien que se les busque una salida, pero nosotros pagamos por estar aquí», recuerdan dos pintores que ofrecen su arte en la Plaza Mayor pero con autorización municipal. La duda para ellos, como para Esther, otra de las artistas callejeras reguladas, es dónde situarlos. «Para que no se corrompa la iniciativa debería de estar regulado y ver a quién benefician y a quién perjudican», consideran.

En cambio, son muchos los comerciantes que prefieren no comentar el conflicto y tan sólo señalan que se han quejado al Ayuntamiento porque se ponen en la puerta de los locales y les impiden entrar. «Si quiere darles trabajo, hay mucho campo para sembrar», bromea Carlos en un puesto de loterías de la Puerta del Sol, atestada de gente. «De momento, la Policía les sigue echando, que es lo importante», apuntan en una tienda de ropa en la calle Preciados, donde prefieren remitirse a la opinión de la asociación de comerciantes antes de valorar la política de Carmena para con los manteros. El comentario más habitual es que entienden que deben ayudarles a buscar una alternativa para que no estén en la calle, pero «cuanto antes», dicen, puesto que no dejan de ser un problema para sus negocios. Nadie quiere, en cambio, que se establezca un mercadillo estable, con horarios y en el que los manteros abonen las correspondientes tasas municipales.

A nadie se le escapa el temido «efecto llamada» que la «mano blanda» de Carmena puede provocar entre los manteros. «Uno de los problemas es que se toman demasiadas confianzas y acaban casi echándote del sitio», se queja una de las artistas de la Plaza Mayor, donde los hosteleros tienen que echarles de las terrazas puesto que no se conforman con presentar el género en la manta sino que recorren las mesas para intentar vender sus artículos a los clientes.

Al respecto, la Asociación de Hosteleros de la Plaza Mayor ya ha elevado quejas formales al Ayuntamiento de Madrid puesto que ante los eventos de Navidad –aseguran que el mercadillo es un foco de atracción de manteros venidos de todo el mundo– y la conmemoración el próximo año del IV centenario del enclave, los manteros acaben «tomando» la plaza y empañando las celebraciones y los eventos programados.