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Con trampa y cartel: Sánchez expulsará a Gómez de la Ejecutiva
Gómez: «Sánchez puede estar tranquilo, no voy a competir por ningún puesto»
Después de apartarle de la dirección y de sus responsabilidades al frente del PSM, el PSOE de Pedro Sánchez da un paso más y expulsará también de la Ejecutiva federal del partido a Tomás Gómez.
Después de apartarle de la dirección y de sus responsabilidades al frente del PSM, el PSOE de Pedro Sánchez da un paso más y expulsará también de la Ejecutiva federal del partido a Tomás Gómez. Quien fuera el alcalde más votado de España abandonará en los próximos días sus puestos como vocal y como presidente de la Comisión General de Garantías.
«Hay intención de renovar esa presidencia», señalaron fuentes del PSOE consultadas por LA RAZÓN sobre la continuidad del ex gestor madrileño al frente del organismo encargado de supervisar las primarias de julio, a las que pretende presentar su candidatura el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
Desde Ferraz han comenzado ya a estudiar los procedimientos a aplicar para remover a Gómez de sus responsabilidades en clave federal, aunque confían en que sea él quien las abandone por voluntad propia. «Lo razonable es que él dimita. Si no lo hace los órganos competentes tomarán las decisiones y las medidas oportunas», destacan estas mismas fuentes.
El PSOE considera que la expulsión de la Ejecutiva federal es consecuencia de la decisión de apartarle del PSM, ya que no consideran razonable que mantenga una vocalía en el órgano que decidió su suspensión de funciones en Madrid. La falta de confianza en su gestión local se haría extensiva también al ámbito federal. En el caso de la presidencia de la Comisión de Garantías Electorales, será la propia comisión la encargada de nombrar un sustituto, mientras que en el caso de la Ejecutiva federal el procedimiento se complica. Los Estatutos del partido no prevén la posibilidad de echar de la misma a uno de sus miembros y sólo otorgan explícitamente al Comité Federal la potestad de cubrir las vacantes de este órgano.
El próximo Comité Federal –el máximo órgano de poder y decisión del PSOE entre Congresos– está previsto que se celebre a finales de marzo, pues de él deben salir las listas de las elecciones de mayo. Para remover a Tomás Gómez de su vocalía, Pedro Sánchez debería contar con el apoyo de federaciones como Andalucía y Valencia, que no se plegarán con facilidad a los deseos de Ferraz.
Con este escenario, el partido se vería obligado a interpretar el articulado existente, aplicando su competencia para «resolver conflictos», o recurrir a las medidas disciplinarias que le permiten la expulsión de cualquier afiliado que incurra en actuaciones irregulares, irresponsables o desleales.
En Ferraz reconocen que esta decisión de remover a Gómez de sus cargos en la dirección no se le ha comunicado al afectado, pero entienden que es un paso que «por su dilatada experiencia» debe esperar. Quizá en previsión del desarrollo de los acontecimientos, Tomás Gómez compareció ayer en rueda de prensa desde la Asamblea de Madrid, donde entregó su acta de diputado regional. En un tono mucho más rebajado que el empleado en la comparecencia del miércoles –tras su destitución del PSM–, Gómez señaló que, si bien renunciaba a su escaño autonómico, mantendría su puesto en la Ejecutiva federal, desde donde pretendía presentar batalla.
Ya no será así, el PSOE termina apartándole de Ferraz lo que comenzó el miércoles en Callao. Cuando las aguas no habían vuelto todavía a su cauce, se rompe un nuevo dique de contención. En la sede federal todavía no han hecho recuento de daños. «Cuando se tome la decisión, veremos la reacción de las bases», señalan expectantes.
Jugada trapera con retrato al fondo
No es que fueran a pasar a la historia del marketing político, con ese lema más propio de una compañía de venta de alarmas domésticas que de una campaña electoral, pero hay que imaginarse al equipo técnico en plena tormenta de ideas; a los fotógrafos, maquilladores, diseñadores gráficos, rotulistas... dando forma a unos carteles que, simplemente, ya no eran. Porque mientras el candidato socialista madrileño, sin rival en primarias, ensayaba sus mejores sonrisas, a unos cientos de metros, en la sede nacional del PSOE, el secretario general, Pedro Sánchez, bruñía en las sombras la defenestración de un compañero que nunca fue demasiado cómodo para el aparato y, lo que es peor, había desafiado con éxito a los dos secretarios generales que le precedieron. Dicen en el PSOE que Tomás Gómez iba a perder estrepitosamente y que no se daba por aludido ante las insinuaciones de que diera un paso atrás. Ya está hecho, y sin primarias.
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