Política

Educación

Tres años de polémica: del cierre de las capillas al depósito de cadáveres

JOSÉ CARRILLO / RECTOR DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
JOSÉ CARRILLO / RECTOR DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSElarazon

Al margen de sus intentos por ajustar las cuentas a un contexto de crisis, los tres años que José Carrillo cumple ahora como rector de la Complutense han estado marcados, sin duda, por su facilidad para verse envuelto, de forma recurrente, en polémicas. Algunas, relacionadas con su perfil ideológico, como la que le llevó a instalar en el campus un monolito de homenaje a las Brigadas Internacionales. La Justicia, hasta en dos ocasiones, declaró ilegal el monumento. «La Universidad era consciente de la necesidad de obtener licencia y, sin embargo, la omitió», sentenció el TSJM. Pese a la contundencia de los fallos judiciales, el rector todavía no ha cumplido el dictamen que le obliga a retirar el monolito. También fue polémico su propósito de cerrar algunas de las ocho capillas instaladas en las facultades de la Complutense. Su fijación laicista –no dudó incluso en proponer «salas multiconfesionales» como reemplazo de las capillas «sólo» para católicos– fue calificada como un «ejercicio de intolerancia» por los responsables pastorales en la universidad. Al margen de sus choques con la Consejería de Educación, Carrillo ha tenido también que lidiar con problemas de puertas para dentro, huelgas de algunos servicios, como por ejemplo el de limpieza, y un creciente desafecto entre su propio equipo de Gobierno, como el que llevó, en octubre del pasado año, a presentar la renuncia a seis vicerrectores. También en 2013, la decisión de retirar, en plenos exámenes, el apoyo a los alumnos con discapacidad puso al rector en el centro de las críticas y tuvo que echar marcha atrás. La permisividad que algunos le achacan hacia grupos antisistema y el escándalo del depósito de cadáveres de la Facultad de Medicina han sido los últimos episodios de su controvertida trayectoria.