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Un fondo de inversión para solucionar los problemas de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid aportará 30 millones a fondos de inversión en impacto social para financiar empresas que solucionen problemas de la ciudad

Bluemove fue una de las empresas que se benefició de esta inversión
Bluemove fue una de las empresas que se benefició de esta inversiónlarazon

El Consistorio aportará 30 millones a fondos de inversión para financiar empresas que solucionen problemas de la ciudad, como hizo con Bluemove, una empresa de alquiler de coches por minutos

A la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, le gusta ser original en sus propuestas para la ciudad, con mayor o menor acierto -ahí están los ceniceros de bolsillo que ya nadie recuerda-, pero procura buscar soluciones imaginativas para resolver los problemas de la capital. La última de ellas tiene el farragoso encabezado de “inversión de impacto social” y es, tal y como suena, una aportación económica desde el Ayuntamiento de Madrid a fondos de inversión que tienen como destino mejorar problemas urbanos.

Aunque resulte extraño mezclar “fondo de inversión” e “impacto social”, lo cierto es que muy recientemente han aparecido una serie de gestores de fondos que tienen unas características muy concretas, reguladas por la Unión Europea, para que el dinero que manejan termine en soluciones tangibles y mesurables para “retos”, como lo calificó ayer el concejal de Economía y Hacienda, Jorge García Castaño, en Madrid.

Como todos los fondos de inversión, los de impacto social, recogen el capital que aportan los inversores, en este caso el consistorio madrileño, y lo invierten a su vez en empresas incipientes o en emprendedores para hacer realidad una solución original a un problema que hayan detectado. Un ejemplo claro es Bluemove. Antes de que llegara car2go y otras empresas de “carsharing”, los del símbolo de la liebre azul ya “repartían” coches en aparcamientos de la capital en alquiler por minutos. Esta empresa comenzó con la ayuda de un fondo de inversión y, cuando se consolidó, el fondo recuperó sus participaciones y ganó dinero con ello.

Es decir, el Ayuntamiento de Madrid no va a invertir directamente en emprendedores que tengan una idea para solucionar algún problema de la ciudad, ya sea una nueva tecnología para detectar los residuos que facilite su separación o una pulsera para monitorizar a las personas que tienen teleasistencia, por poner dos ejemplos que sí se han llevado a cabo. En su lugar, el equipo de Gobierno de Manuela Carmena abre un concurso público, que se publicará la próxima semana en el BOE, para que los fondos de inversión de impacto social –como Creas, Magallanes Impacto o La Bolsa Social-, presenten sus propuestas y, entre ellos, distribuir 30 millones de euros. Cada uno de estos fondos repartirá a su vez la cantidad recibida en distintos proyectos que, si triunfan, supondrán un retorno económico para el fondo y, posteriormente, en los siguientes 10 años, al Ayuntamiento.

Como todos los fondos, tiene un riesgo y es que las empresas no lleguen a buen término, si bien la jefa de gabinete de Economía y Hacienda, Sara Labra, comentó que precisamente por diversificar a través de gestores especializados, suele recuperarse el capital inicial. En cualquier caso el consistorio, que es pionero en este tipo de inversión junto con la Diputación Foral de Bizkaia, ha impuesto varias condiciones para garantizar que el dinero de los madrileños queda a buen recaudo.

Así, sólo podrán acceder al concurso público entidades autorizadas y registradas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), domiciliadas en España, con sede en Madrid y denominadas en euros. Todas las participaciones del Ayuntamiento se deben destinar a proyectos o empresas sociales domiciliadas en Madrid y/o que tengan impacto social en la misma. También tienen que tener una metodología e indicadores de medición e impacto social, es decir, “en el caso de Bluemove no es sólo haber puesto en marcha el servicio de carsharing sino también medir cuántos coches se han retirado de la circulación gracias a ello y el impacto de emisiones que ha supuesto”, detalló García Castaño.

Como mayor garantía, además, desde Economía y Hacienda exigen a los fondos que participen a su vez con capital propio en cada uno de los proyectos que inviertan, de modo que tengan más interés en que sean exitosos puesto que serían beneficiarios directos. Igualmente, en cada proyecto que inviertan deben acompañar el capital con asesoramiento, tutelaje y mentorización, facilitando así que la empresa triunfe. Por último, el equipo de Carmena exige que se invierta en empresas de naturaleza no inmobiliaria ni financiera, que no coticen en ningún mercado de valores y que tengan como prioridad generar un impacto social positivo, cuantificable y medible allí donde operen.

“El objetivo es contribuir a consolidar un ecosistema de inversión de impacto social que, a través de instrumentos de financiación y asesoramiento, impulse un tejido empresarial innovador y generador de impacto social positivo en la ciudad de Madrid”, explicó García Castaño, y añadió que el Fondo Europeo de Inversión y el Instituto de Crédito Oficial (ICO), también están apostando por este tipo de inversiones de impacto social.