Rayo Vallecano
Vallecas, el barrio que quiere «desterrar» a Zozulya
Los vecinos del distrito más emblemático del «antifascismo» boicotean el fichaje del jugador ucraniano por el Rayo: «Antes bajar a 2ªB que salvarnos con el gol de un nazi».
Los vecinos del distrito más emblemático del «antifascismo» boicotean el fichaje del jugador ucraniano por el Rayo: «Antes bajar a 2ªB que salvarnos con el gol de un nazi».
Si la hinchada del Rayo Vallecano es de corte antisistema no es por casualidad. Vallecas es conocido también en otras provincias fuera de Madrid por ser un barrio obrero, que se escribe con «k», con míticos garitos punk-rock como el Hebe o el Jimmy Jazz, de gente que ha votado mayoritariamente a la izquierda y emblema, en definitiva, de la clase trabajadora y su lucha en las calles. Tanto Puente como Villa de Vallecas han sido los únicos distritos de la capital, junto con Centro, en los que Podemos ganó en las últimas elecciones generales de junio de 2016. Y, aunque el deporte debería estar por encima de las ideologías, lo cierto es que las hinchadas son, sobre todo cuando hablamos de clubes pequeños, un reflejo de lo que se masca en los alrededores de los estadios. «Igual que en el Athletic de Bilbao siempre van a querer a un vasco o muchos ultras fachas siempre van a insultar a un negro en el campo, en Vallecas no queremos a un nazi», sostiene un seguidor. Así ha recibido la mayor parte de la hinchada franjirroja el traspaso del jugador ucraniano Román Zozulya, un fichaje lleno de polémica por su supuesto pasado neonazi. A las pegatinas y carteles antifascistas que siempre han forrado estas calles se unen ahora las que piden prácticamente la «extradición» de Zozulya del barrio, aunque otros hablan de un «malentendido» y que realmente no defiende esa ideología. Pero parece que poco puede hacer ya para cambiar la opinión de los vallecanos. «Para darte cuenta de eso, sólo tienes que mirar las fotos que ha publicado él mismo en sus redes sociales, vestido con el uniforme militar ucraniano y las numerosas donaciones que ha dado al ejercito de su país», asegura otro vecino.
Y es que, para muchos de sus seguidores, el Rayo no es sólo un equipo de fútbol, sino una serie de valores. «Sus ideales no nos representan, no merece llevar la camiseta de nuestro equipo», zanjan frente al estadio de Vallecas. Así lo explican también desde un comunicado difundido estos días por la Plataforma ADRV, una asociación que agrupa varias peñas rayistas, en la que lamentan la «tremenda hipocresía que manifiestan los clubes y organismos oficiales que propugnan la Ley contra la Violencia y la Xenofobia en el Deporte y sus palabras vacías». «Fomentar y luchar contra la xenofobia es hacer cosas como las que estamos haciendo», señalan. Porque admiten que «si fuésemos una afición sumisa, si no existiese un vínculo tan fuerte entre Vallecas y el Rayo, el jugador ucraniano ya estaría entrenando». Una persona que, según ellos, «ha hecho gala de un pensamiento, una acción y una exposición de unas ideas nazis que son absolutamente intolerables para el rayismo». «Creemos en el fútbol de valores y defendemos unos principios básicos y una dignidad cuando nos oponemos a que un jugador neonazi vista la franjirroja». Y es que, aseguran que «desde Vallecas nunca se ha pedido el carné de ningún partido a nadie pero lo singular de este caso ha sido su militancia activa lo que nos obliga a posicionarnos». «Preferimos bajar a Segunda B a salvarnos por un gol de un nazi», concluye un bukanero. También se muestran muy descontentos en el barrio con la gestión del presidente del Rayo, Raúl Martín Presa. «Otra mala decisión, una de tantas, que llevamos aguantando en los seis años que lleva como presidente de nuestro equipo», comenta otro aficionado. Una veintena de ellos, los más activistas, se acercaron esta semana a la Ciudad Deportiva del Ensanche de Vallecas para protestar contra el traspaso del ucraniano. El presidente de la Liga, Javier Tebas, estudia querellarse por ello al poderse calificar como coacciones y amenazas.
Por ello los establecimientos y comercios de la zona, que lucen orgullosos el escudo del club en las paredes, con todo lo que ello conlleva, prefieren no hacer declaraciones, pero afirman que el rechazo hacia este jugador es generalizado. «No es algo que piensen los bukaneros, todas las peñas y aficionados están en contra del fichaje», afirma el propietario de un bar de la zona. Por su parte, la Plataforma ADRV ha convocado para las 14:45 una rueda de prensa, en la calle Payaso Fofó en la que se posicionarán sobre la polémica. En lo deportivo, el problema que se le plantea al Rayo es que ya es el tercer fichaje de Zozulya esta temporada y la normativa no le dejaría fichar ya por otro equipo por lo que, si no puede ni entrenar en Vallecas, podría denunciar por no poder ejercer su derecho al trabajo. De momento sigue entrenando con el Betis. Allí los «supporters» (hinchas de derechas) sí le recibieron bien a su llegada.
Bukaneros, algo más que una hinchada «antisistema»
No toda la afición de Rayo pertenece a Bukaneros pero sí es esta peña la que más ruido hace y la que «manda» en la grada. De marcado carácter «antifascista», los bukaneros se crearon en 1992 por un pequeño grupo de aficionados que quería dejar claro en los partidos quiénes eran los hinchas de Vallecas, un barrio marcado por el movimiento antifascista y antirracista. Pero 25 años después de su creación, estos aficionados han llevado fuera del estadio sus proclamas y han protagonizado sonados altercados en las calles. Su estética, su ideología, la música que escuchan, los valores que defienden y las manifestaciones a las que acuden, les han hecho inconfundibles y más conocidos fuera que dentro del campo. Muchos de sus miembros están fichados por la Brigada Provincial de Información como radicales de extrema izquierda y sus detenciones policiales son luego defendidas y justificadas en la grada con banderas de apoyo al miembro arrestado o encarcelado. Así funciona la familia «antifascista» madrileña y esa lealtad ciega al compañero víctima de lo que ellos consideran represión policial, es una de sus señas de identidad. «Es muy habitual hacer identificaciones en cualquier concentración impulsada por la Coordinadora Antifascista y sacar unos cuantos carnés de bukaneros», explican fuentes policiales. Según éstas, Bukaneros lleva protagonizando incidentes prácticamente desde su origen pero las más destacadas ha sido en la última década. Por ejemplo, la quema de un vehículo de Policía Municipal de Madrid en 2011 en la previa de un partido Rayo Vallecano-Betis y el ataque posterior al autocar del equipo bético. También fue sonada la detención de 13 miembros de esta hinchada radical y el registro de su sede con motivo del supuesto sabotaje eléctrico previo a la celebración de otro partido, el Rayo-Real Madrid, en 2012.
Pero el altercado más famoso para este colectivo fue a raíz detención de uno de sus miembros en el marco de la huelga general del 14 de noviembre de 2012. Alfonso Fernández, más conocido como «Alfon», fue arrestado por portar un artefacto explosivo. Por ello cumple una condena de prisión de cuatro años (ratificada por el Supremo en 2015) y eso le ha convertido en héroe y motivo orgullo bukanero, ya que ellos interpretan que está encarcelado por ejercer la «lucha obrera».
En el posterior registro de la sede del grupo, en la calle Dolores Folguera (se reunían en un garaje) los agentes se incautaron de escudos fabricados con tapas de contenedor, bengalas, bates de béisbol, martillos o palos afilados a modo de lanza. Unos utensilios que no parecen necesarios para animar en la grada. Una grada llena de pancartas de corte político, de apoyo a distintos militantes del antifascismo o causas siempre de este estilo.
50 detenidos
En varias operaciones policiales relacionadas con agresiones del colectivo «antifa» a jóvenes que eran identificados como de ideología contraria o bien seguidores de otros equipos de la capital se han producido detenciones de individuos de esta peña radical. El año pasado, en el marco de la operación Flor de Loto de la Policía Nacional se produjeron 15 detenciones tras atacar en la calle Téllez de la capital a tres individuos que identificaron como «pijos». Todos los detenidos pertenecían a Bukaneros. Así, las detenciones a estos hinchas por alteraciones del orden público o agresiones no son un hecho aislado. En los últimos años, según fuentes policiales, son en torno al medio centenar.
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