Madrid Arena

Viñals hijo dice que no tenía experiencia en reanimar

Asegura que aprendió a través de vídeos, mientras que su padre declara ahora que no dio a las chicas por muertas desde el principio.

Los médicos Simón (c) y Viñals, padre e hijo y responsables del equipo sanitario contratado para la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid Arena
Los médicos Simón (c) y Viñals, padre e hijo y responsables del equipo sanitario contratado para la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid Arenalarazon

Asegura que aprendió a través de vídeos, mientras que su padre declara ahora que no dio a las chicas por muertas desde el principio.

Los doctores Simón y Carlos Viñals, encargados del servicio médico en la macrofiesta del Madrid Arena, declaron ayer durante la séptima jornada del juicio, en el que están acusados de homicidio por imprudencia grave profesional. Y lo hicieron para defender su profesionalidad y atacar a los servicios médicos del Samur, que acudieron después al pabellón.

Padre e hijo respondieron sólo a las preguntas de la fiscal y de su defensa, a quien la presidenta del tribunal reprochó en reiteradas ocasiones la manera de interrogar a sus clientes, informa Efe.

Tanto Simón como su hijo Carlos –visiblemente nervioso durante todo el interrogatorio–, negaron que dieran por muertas a las tres jóvenes, que llegaron a la enfermería del recinto a las 04:00 de la madrugada, puesto que todas ellas fueron diagnosticadas con «parada cardiorrespiratoria de difícil recuperación».

Ambos acusados descargaron toda la responsabilidad en los servicios médicos del Samur, a los cuales atacaron y acusaron varias veces por no haber continuado con las maniobras de reanimación que ellos practicaron previamente durante 15 minutos, cuando «al menos hay que continuar con ellas 30 minutos», aseguraron.

«No vi desfibrilar ni aplicar adrenalina ni nada de nada a San Juan», dijo Viñals padre en alusión a este médico del Samur. Y añadió que «el médico del Samur sólo se acerca a las víctimas, simplemente las observa, sale inmediatamente y tarda un minuto en volver con su técnico. Un minuto parece muy poco pero, cuando uno está esperando y anhelando la parada del Samur, es muy largo», añadió Simón Viñals.

También declaró que la primera unidad del Samur llegó a las 04:15, pero «nadie hizo desfibrilación alguna», y que la UVI móvil lo hizo a las 04:19. A partir de ese instante, el Samur asumió la atención.

De esta forma se han defendido los Viñals de las acusaciones de la Fiscalía, que afirma que, al atender a tres de las menores víctimas de los hechos, ni padre ni hijo fueron capaces de reconocer que, al menos dos de ellas, estaban en parada cardiorrespiratoria y «enseguida diagnosticaron erróneamente que estaban fallecidas».

Tanto es así que Simón Viñals destacó ayer que no se expresó adecuadamente cuando, en fase de instrucción, dio por fallecidas a las tres chicas porque «es absurdo decir que una persona está fallecida e iniciar maniobras de reanimación». «Mi instrucción en voz alta fue masaje cardíaco ininterrumpido», matizó ayer.

Viñals asegura que él y su hijo hicieron maniobras de reanimación a Cristina Arce, Rocío Oña y Katia Esteban, aunque sólo aplicó tres descargas con el desfibrilador a las dos primeras, porque con Katia no se pudo al no tener el ritmo necesario.

Su hijo Carlos, que no se salió del guión marcado por el padre, reconoció que nunca antes había hecho maniobras de reanimación cardiopulmonar, pero que sabía cómo hacerlas porque adquirió la formación viendo vídeos. Y, aunque ambos declaran que suministraron adrenalina a las tres víctimas, Carlos admite que no las pinchó en el mejor sitio posible, porque lo hizo de manera intramuscular en vez de intraósea o intravenosa, al no tener la aguja necesaria para ello.

El padre añadió que disponía de «material suficiente» para la reanimación cardiopulmonar de «tres personas a la vez», pero sólo de un desfibrilador.

Auxiliares, no vigilantes

También declaró Carlos Manzanares, socio mayoritario de Kontrol 34, la firma contratada para la seguridad interior del Madrid Arena. Manzanares explicó que cedió «auxiliares» y no vigilantes de seguridad al promotor Miguel Ángel Flores, con quien planificó el número y distribución «en un croquis» unos días antes del evento. E insistió en que Kontrol 34 «no es una empresa de seguridad», por lo que apunta a Seguriber, contratada por la empresa municipal Madridec, como la encargada de la misma en el pabellón.

Está previsto que hoy terminen los interrogatorios con el ex jefe de la Policía Municipal Emilio Monteagudo, que sólo está acusado por las acusaciones particulares, pero no por la Fiscalía.