Papel
«Vuelva usted mañana»
La medida estrella de Carmena deja sin ayuda a Alina, una madre de dos niños con una orden de desalojo. Los motivos: ir sin cita previa y que su proceso ya está en el juzgado
La historia de Alina tiene desamor, violencia y una deuda ajena que ahora amenaza con dejarla en la calle. Atendida desde hace años por los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Madrid, como otras tantas personas desesperadas ante un inminente desahucio escuchó que la nueva alcaldesa, Manuela Carmena, había puesto en marcha una oficina para parar los alzamientos. Y allí se encaminó, esperanzada, buscando ayuda. Pero no. La Oficina de Intermediación Hipotecaria no es para ella. No atiende a quienes tienen ya hora para abandonar sus hogares, ni a aquellos que contrajeron deudas con prestamistas sin escrúpulos o a los afectados por los «fondos buitre». Es decir, el caso de Alina: madre de dos niños, maltratada y con una orden de desahucio dictada para hoy, no lo va a solucionar la oficina de Carmena.
Ha tenido que ser la saturación de los juzgados la que dé un balón de oxígeno a esta vecina vallecana, que ayer supo que su desalojo se ha aplazado hasta septiembre por falta de medios judiciales. Un aplazamiento que Alina celebraba pero que todavía no tenía claro cómo había sucedido, porque lo primero que ha tenido que explicarle a la trabajadora social que la atiende fue «¿qué es eso de que no te atendemos?». Confusa, Alina no sabía que su caso se había hecho famoso porque la Plataforma de Afectados por la Hipoteca del barrio (PAHVallecas) denunció en Twitter el desplante de la Oficina de Intermediación Bancaria del Ayuntamiento de Madrid con la etiqueta #Alinasequeda. Al reflejar LA RAZÓN esta denuncia, los servicios sociales del Consistorio, que dirige Ahora Madrid, se pusieron a rectificar ayer a toda velocidad la versión de Alina. Primero pidieron explicaciones a la mujer de origen rumano y, después, insistieron a la PAH en que la mujer está atendida por la Junta de Distrito de Villa de Vallecas. Preocupada por el revuelo, Alina insistía ayer en que su trabajadora social siempre la ha atendido muy bien.
No así en la nueva sede donde le vinieron a decir el clásico «vuelva usted mañana». «Fui a la oficina antidesahucios a ver si me podían ayudar, pero me dijeron que no me recibían sin cita previa», explica, y cuenta que su trabajadora social le ha dicho ahora que intentará buscarle hueco en la oficina, porque ahora aseguran que tienen todas las citas cogidas. Pero lo cierto es que si en la oficina antidesahucios de Carmena no la atienden no es sólo porque no lo pidió con antelación. A Alina no la escucharán allí porque su caso, pese a ser un desahucio inminente, no está dentro de lo que la oficina abarca.
Según explicaron fuentes municipales, al tener una orden de desahucio dictada por un juzgado no se le dará cita previa en la Oficina de Intermediación Bancaria, porque llega muy tarde. «El trabajo de la Oficina se realiza antes de que llegue el alzamiento, negociando con los bancos y, a la vez, haciendo un trabajo social con las familias que tienen dificultad para pagar su hipoteca», puntualizan fuentes municipales. Así, cuando ya existe una orden judicial de desahucio, como en el caso de Alina, no es la oficina antidahucios la que actúa sino los servicios sociales del distrito quienes ponen en marcha el protocolo de actuación municipal que ya existía con la ex alcaldesa Ana Botella.
Como ocurrió el pasado otoño con Carmen, la anciana de 85 años cuyas imágenes durante el desahucio provocaron una oleada de solidaridad en el Rayo Vallecano, en el alzamiento de Alina también está involucrado un prestamista particular, contra los que hay pocas herramientas legales. Al ser víctima de violencia de género y estar su caso gestionado por los servicios sociales municipales, Alina confía en conseguir un alquiler social, «ya sea negociando con el propietario o gracias al Ayuntamiento».
Con todo y desconfiada por los golpes que ya le ha dado la vida, asegura que no se va a quedar «parada» esperando a ver qué hace el consistorio. «Busqué a la Plataforma de Afectados a las Hipotecas, incluso llamando a Barcelona, cuando me enteré de que existían, hace tres semanas, para pedir ayuda e hice lo mismo cuando escuché que Carmena había hecho una oficina antidesahucios», señala, y cuenta que, cuando llegó a la sede de la medida estrella de la alcaldesa había mucha gente en la cola en la misma situación que ella. «Todos están buscando lo mismo que yo: una solución para que no les echen de sus casas», indica. Según datos del Ayuntamiento de Madrid, el pasado martes la oficina atendió, con cita previa, a 22 personas. Las cifras aumentan día a día desde su apertura la semana pasada.
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