Región de Murcia
Agricultura investiga el origen de la muerte de abejas en un apiario de Mazarrón
Los apicultores afectados de la zona denunciaron los hechos ante el Seprona
Los apicultores afectados de la zona denunciaron los hechos ante el Seprona
No es la primera vez que los apicultores murcianos denuncian las altas tasas de mortandad de sus abejas, especialmente en las épocas de floración de los frutales. En numerosas ocasiones han hecho referencia a la posible mala utilización de los plaguicidas que afectan a la vida de los insectos y las graves consecuencias que ello conlleva en la naturaleza. Ahora, la Consejería de Agricultura ha iniciado una investigación para averiguar el motivo de la muerte masiva de abejas en una apiario situado en la pedanía de Cañada de Gallego, en el término municipal de Mazarrón.
Antes, los apicultores de la zona afectada realizaron una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Creen que sus abejas han sido intoxicadas por los residuos de plaguicidas originado por el tratamiento fitosanitario de una explotación de frutales tempranos. Desde que empezó a detectarse la mortalidad masiva de este insecto, los productores de miel hicieron un llamamiento a los agricultores para que controlasen la utilización de productos químicos en sus árboles y alertaron de que la muerte de las abejas también es perjudicial para el desarrollo de sus frutales.
Según la Consejería de Agricultura, el tratamiento fitosanitario para la lucha contra el trips al comienzo de la floración en frutales, es una práctica permitida para algunos productos registrados, que debe aplicarse con determinadas precauciones para evitar que afecte a los polinizadores en general y en particular a las abejas. Los técnicos de los servicios de Sanidad Animal y Sanidad Vegetal de Agricultura están trabajando conjuntamente para averiguar si los productos utilizados en esta ocasión en la zona mencionada cumplen la normativa.
Las inspecciones realizadas a través del Plan de Vigilancia en el Uso de Productos Fitosanitarios, que la Consejería realiza de forma continuada, señala que el 98 por ciento de las muestras analizadas están dentro de los límites legales. En cuanto a las muestras tomadas en floración, todos los plaguicidas detectados eran productos autorizados para este uso, a excepción de una explotación donde se detectó el uso de un plaguicida del tipo neonicotinoide, y que supuso la apertura de un expediente sancionador por parte de la Administración.
Los análisis se realizan en el laboratorio Agroalimentario y de Sanidad Animal de la Consejería, un centro acreditado para la determinación de residuos de plaguicidas que sigue las directrices de los laboratorios de referencia europeo y nacional, según sus técnicos. En 2016 también se llevaron a cabo inspecciones específicas en la época de floración.
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