Novelistas españoles
Nativel Preciado: «No se puede vivir al margen de la realidad on-line»
Lleva cuarenta años de vida profesional y todos ellos al pie del cañón, tratando de ser ejemplar y no designada, peleando con las medias verdades para que se dejen ver completamente enteras, como realmente son, huyendo de la banalidad y, sobre todo, intentando «seguir en la brecha cuando el mundo se mueve bajo tus pies». Ahora Nativel Preciado, finalista del premio Planeta en 1999 con la novela «El egoísta», acaba de escribir un nuevo libro, el decimocuarto en su cuenta particular, que lleva por título «Si yo tuviera 100.000 seguidores», de Editorial Planeta, un texto lleno de humor y sabios consejos sobre las nuevas tecnologías y los cambios que éstas suponen para un escritor, pero también sobre la fama, los premios y el éxito, con el que al parecer no se lleva nada bien, pues el trabajo y el esfuerzo deben prevalecer siempre en la condición humana al golpe de suerte, que puede llegar una o más veces o no llegar nunca.
-Demasiados cambios en muy poco tiempo... ¿Cómo lo lleva?
-Pues es cierto. He vivido más cambios en los diez últimos años que en los 40 que llevo de profesión, y eso lo que ha hecho en el mundo de la comunicación es justamente lo que hace toda revolución, que es descolocarnos, forzarnos a buscar nuevas ideas y dejar en el camino muchas cosas que con el tiempo resultan obsoletas.
-¿Entonces es verdad eso de que el mundo se mueve bajo sus pies?
-Bajo mis pies y bajos los pies de todo el planeta. Estamos en un momento de incertidumbre, de incertidumbre profesional que se une, además, a la incertidumbre de cada uno en lo personal y en todo aquello que circunstancialmente le rodea...
-Ya que aborda el asunto comunicativo ¿podemos entender el periodismo actual y el que aceleradamente se nos viene encima sin un pleno dominio de estas nuevas herramientas, de esta nueva tecnología?
-En realidad ya no es tan nueva. Es como si a mediados del siglo pasado hubiésemos prescindido del teléfono. Hemos de adaptarnos a ello con mayor o menor velocidad. Hoy no se puede vivir al margen de la realidad «on line», y menos tratándose de medios de comunicación. Años atrás siendo enviada especial a numerosos lugares del mundo recuerdo que para enviar una crónica tenía que pasar por seis o siete intermediarios. Eso ahora mismo es impensable y absurdo, por eso se han destruido tantos puestos de trabajo.
-Cuenta en el libro que se iba a lugares donde no había cobertura para desengancharse del trabajo... ¿Cómo fue eso?
-Conocía una playa con muchas dificultades para los móviles, y allí que me iba para poder descansar. Pero eso duró poco, porque ahora mismo estás conectada allá donde te encuentres, aunque sea Australia.
-¿Estamos tan controlados como en Gran Hermano?
-Mucho más. Hace pocos días hablaba con un viejo conocido de estos que dominan los servicios de información y, especialmente, la telefonía móvil, y me comentaba que saben todo de nosotros las 24 horas del día. Por eso cuando detienen a un terrorista y le cogen su teléfono móvil saben todo lo que ha hecho, dónde y en qué momento. Ellos (los terroristas) lo saben y le tienen pánico
-¿Es cierto que el libro es fruto de una apuesta que perdió con sus hijos?
-No. Lo que perdí es que ellos me dijeron que hablaría de la Transición y yo les dije que no, pero al final, resulta que una habla de las cosas que le han ocurrido y de sus experiencias y la Transición está en todo ello.
-¿Quién es y qué pinta Jonás en este libro?
-Es una experiencia que tuve que conocí algo que me aportaba ideas que parecían de otro mundo y uso ese mecanismo para aportar aquello que aún estando entre nosotros lo extrapolo con el personaje para que parezca de otra dimensión.
-Dice que antes se rodeaba de mayores y ahora de jóvenes... ¿cómo es eso?
-En la era digital quien domina de verdad son los jóvenes, por eso me relaciono ahora mucho con ellos. Son nativos digitales, no como nosotros que nos tenemos que adaptar. Eso ellos lo llevan dentro y nosotros hemos de ir aprendiéndolo. Esa es la diferencia.
-¿Vamos a mayor velocidad?
-Sin duda. Hay quien divide ya el mundo entre rápidos y lentos en función de las herramientas que usa y eso provoca que estés en onda o quedes marginado de la misma. Yo misma a veces me apunto al mundo de la lentitud y me relajo.
-¿El nuevo periodismo tiene que ver con la velocidad?
-Hay que ser veloces, pero creo que lo importante de verdad es saber seleccionar dentro de ese volumen tan enorme de información que nos llega por todas partes. En nuestro oficio la selección es la clave, como también lo es la veracidad y el contrastar las noticias.
✕
Accede a tu cuenta para comentar