Empresas
Cargill planea el cierre de la factoría sevillana pero invierte en otra en Rusia
Los trabajadores de Cargill, empresa que ha anunciado el cierre de la planta de Sevilla así como los silos en Córdoba, mantuvieron ayer una reunión con la compañía en la que reclamaron la documentación que acredita la no rentabilidad de la fábrica, ya que se temen que tras el cierre haya «algo más». El encuentro se celebró en un hotel sevillano y no en la sede de Cargill, como sí fue en la primera reunión, y en ella, los trabajadores insistieron en la viabilidad de la planta y reclamaron la apertura de la refinería que «está ahí intacta», pero que se cerró en 2010.
Si bien, según señalaron fuentes del comité, la empresa muestra el cierre como una decisión irreversible y, además, apuntan que el pasado miércoles llegó un e-mail de la compañía a nivel europeo con el anuncio del cierre de una planta similar a la sevillana en Rumanía, al tiempo que invierten en una «superplanta» en Rusia, lo que, a su juicio, «deja muy claro que es una deslocalización».
Por último, los empleados recordaron que llevarán a cabo una manifestación mañana por las calles de Sevilla, que irá desde la Diputación hasta la Plaza de España, donde esperan que participe «la mayoría de los ciudadanos», y volverán a reunirse el próximo miércoles con la empresa.
Por otro lado, la delegada provincial de Economía, Aurora Cosano, mantuvo recientemente una reunión con la compañía. La Administración andaluza, de esta manera, va a defender los puestos de trabajo y planteó varias vías alternativas a la dirección.
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