Córdoba

El Ayuntamiento de Sevilla, firme pese a la huelga de basuras que divide a la ciudad

La Razón
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¿Merece un peón de Lipasam cobrar entre 1.100 y 1.700 euros al mes, teniendo en cuenta que el máximo responde a un empleado con 25 años de antigüedad, que trabaja siete días seguidos de noche? ¿Cuánto gana un político «sin hacer nada» y en horario de oficina? ¿Qué es más ético: negarse a trabajar más por lo mismo o perder poder aquisitivo en solidaridad con la situación económica actual? ¿Es lógico cobrar menos y trabajar más para que 400 eventuales pierdan sus contratos? Son preguntas con muchos matices que han terminado por dividir a los sevillanos con la recién iniciada huelga de basuras. Se trata de una primera consecuencia, porque la primera jornada de paro no tuvo demasiado impacto.

La frase «divide y vencerás» se atribuye a Nicolás Maquiavelo. Según los trabajadores, es lo que ha pretendido el alcalde Juan Ignacio Zoido al hacer públicos los sueldos. En cambio, el Gobierno local habla de respuesta al «chantaje» y de «irresponsabilidad» de la plantilla. Para los ciudadanos, es motivo de división y, cada vez más, se decantan del lado del Ayuntamiento. Sobre todo, tras ofrecer el sábado la posibilidad de combinar la reducción salarial directa y «una aplicación más eficiente de la jornada laboral» –echar más horas–, de forma que la reducción de la partida de gastos de la empresa se ajuste en 3,3 millones. El comité de empresa se negó.

Por su parte, la oposición reprocha al alcalde que no tome las riendas de la negociación. Ayer, Zoido ejerció de líder del PP-A en Córdoba y hoy se traslada a Madrid.