Cine
Los vampiros «Hansel y Gretel»
Hollywood sigue «tuneando» los cuentos clásicos con la estética de moda
Se reproducen como setas. Los cuentos de hadas, queremos decir. Hollywood se inspira en la idea, probablemente extendida a partir de «focus groups», «test screenings» y otras felices expresiones cocidas en los departamentos de «marketing», de que los relatos de los hermanos Grimm aún pueden encontrar su público –que se sitúa entre los seis y los 25 años como mucho- siempre y cuando se les maquille con una buena capa de colorete de fantasía y de mamporros en 3D. Esta versión de «Hansel y Gretel» firmada por Tommy Wirkola («Zombis nazis») se inscribe en la línea de adaptaciones recientes de Blancanieves (especialmente «Blancanieves y la leyenda del cazador») o Caperucita Roja («Caperucita Roja: ¿a quién tienes miedo?»), e incluso de desviaciones como «Abraham Lincoln, cazador de vampiros» o la misma saga «Crepúsculo», que, sin ser cuentos infantiles, se nutren de su imaginería oscuramente gótica. Ni Jeremy Renner ni Gemma Arterton, que son Hansel y Gretel quince años después de escaparse de la casa de chocolate, conocían la agresiva, enloquecida versión del cuento que filmó François Ozon bajo el título de «Los amantes criminales». Sería demasiado pedir para dos estrellas de bolsillo que presentaron la película en Berlín con la abulia profesional (en el caso de Renner) y el entusiasmo atolondrado (en el caso de Arterton) de dos personas que están pensando en otra cosa.
-¿Les leían cuentos de los Grimm de pequeños?
-Jeremy Renner: Creo que siempre han sido más populares en Europa que en América. Yo era más del doctor Seuss... O incluso de «El mago de Oz».
-Gemma Arterton: Tengo que confesar que «Hansel y Gretel» no era de mis preferidos. Me parecía demasiado siniestro. Mejor «La cenicienta». Las princesas eran lo mío...
-¿No les da la impresión de que su cinta llega en un momento en que el filón de los cuentos infantiles modernizados está agotándose?
-J.R.: Personalmente intento no engañarme, es una película de entretenimiento. Todos sabemos cómo funciona Hollywood. Es una industria, un negocio que saca punta a la rentabilidad de una idea hasta que deja el lápiz inservible para volver a escribir, y entonces pasa página. Mi intención era divertirme mientras la rodábamos.
-G.A.: Creo que «Hansel y Gretel» aporta algo nuevo a toda esta ristra de cuentos reimaginados, y es la dinámica de la relación entre hermanos. Hay un vínculo muy fuerte entre ellos que está más allá del amor romántico, y que precisamente libera a la película de tener que caer en los tópicos del romance clásico. Por eso a Tommy le resultó tan fácil derivar la historia hacia las aventuras y la acción.
-J.R.: En general, los cuentos infantiles tienen finales muy cerrados. Es difícil pensar un futuro para sus personajes. Y es lo que hace la película: completar la mitología, hacerla más compleja y juguetona de un modo bastante original.
-Después de la nominación al Oscar por «En tierra hostil», resulta sorprendente que su carrera lo haya convertido en el nuevo paradigma del cine de acción, con personajes tan emblemáticos como Bourne, el compañero de Ethan Hunt en «Misión Imposible: Protocolo Fantasma» o este aguerrido Hansel. ¿Tiene la intención de seguir en la misma línea?
-J. R.: Ahora mismo lo que quiero es tomarme un tiempo sabático y dedicarme a mis hobbies. Pronto voy a protagonizar la nueva película de David O. Russell. He comprado una vieja casa en Los Ángeles que reformaré de arriba abajo, voy a continuar con el proyecto de mi grupo musical... Es importante tener los pies en el suelo, no olvidaré que, mientras trabajaba en «Dahmer», me cortaron la luz por no pagar.
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