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Transición energética: por un futuro y limpio y justo

La estrategia de transformación no puede limitarse únicamente al cierre de centrales de carbón y apuesta por las renovables, sino que debe haber un cambio total de paradigma

El proceso de abandono del carbón debe producirse de forma "social y ambientalmente justa".
El proceso de abandono del carbón debe producirse de forma "social y ambientalmente justa".PexelsLa Razón

Los líderes del G7 se reunieron antes de verano con el fin de poner en firme el compromiso no solo de trabajar a favor de la neutralidad climática, sino también de acelerar este proceso para poder aspirar a un futuro próximo limpio, justo y seguro desde un punto de vista energético. Los mandatarios de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón, Italia, Francia y Alemania (anfitriona de la cumbre), acordaron poner el foco en las reformas de la política energética que aceleren la descarbonización de la economías, además de garantizar el acceso universal a una energía asequible y sostenible. Además, dejaron constancia de su intención de tratar los “potenciales efectos negativos” y de facilitar la creación de nuevos puestos de trabajo relacionados con las energías limpias.

Cambio climático y modelo energético

El Acuerdo de París de 2015 supuso un hito histórico a nivel mundial en la lucha contra el cambio climático. Los países firmantes se comprometieron a contener el incremento de la temperatura de la Tierra a través de este green deal en el que se plantea una nueva estrategia que compagina el crecimiento económico con la reducción de emisiones y la justicia social. Esta estrategia global implica hacer un uso responsable y sostenible de la energía, así como establecer una serie de directrices en cuanto a eficiencia energética.

Si bien uno de los retos es abandonar de una vez por todas los combustibles fósiles, la transición energética contempla más acciones que se añaden a esta descarbonización: la reducción de emisiones utilizando, por ejemplo, utilizando combustibles sintéticos o biocombustibles, impulsar la generación eléctrica baja en carbono y mejorar las construcciones - tanto para empresas como para uso doméstico - a fin de que sean más eficientes.

Trabajar juntos, clave para lograr el objetivo

El G7 volvió a reunirse a principios de diciembre para revisar sus acuerdos y decidieron crear el Club Internacional del Clima, un impulso más hacia la transición energética mundial al que espera que se sumen todos los estados interesados. “Con el Club del Clima y la transición socialmente justa de nuestras industrias hacia la neutralidad climática, estamos haciendo una importante contribución a la consecución de los objetivos climáticos mundiales”, dijo en el comunicado el canciller alemán, Olaf Scholz. En un difícil contexto climático al que se suma el conflicto de Rusia contra Ucrania y las consecuencias de esta guerra, las potencias económicas que forman parte del G7 quieren introducir en el mercado de manera más rápida las materias primas más respetuosas con el medio ambiente.

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