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Formación
“La inteligencia emocional es la responsable del 80% del éxito de un empresario, directivo, líder o profesional”
A la hora de tomar decisiones, los líderes y directivos tienen muchas veces que optar por la mejor de las opciones para todos, y la inteligencia emocional es una habilidad cada vez más y más revalorizada. Entre los autores que destacan en el ámbito de las publicaciones de empresa, se encuentra Ignacio Campoy Aguilar
La inteligencia emocional es el pegamento que permite conectar y crear relaciones sanas entre personas. Hoy en día es prácticamente imposible negar su papel en la gestión positiva de los conflictos y de las diferencias entre personas, así como su función como guía eficaz en la toma de decisiones, evitando esos sesgos limitantes que muchas veces usamos como atajos. Para ‘entender’ al otro, primero hay que ‘entenderse’ uno mismo, es decir, hay que reconocer las emociones que acompañan a una creencia, un pensamiento, una valoración... y a las que muchas veces no sabemos ni siquiera poner nombre. Y es que la clave de la convivencia tiene que ver con integrar los diferentes puntos de vista, y no sólo el propio. A la hora de tomar decisiones, y esto es especialmente significativo en el mundo de las empresas y organizaciones, los líderes y directivos tienen muchas veces que optar por la mejor de las opciones para todos, y la inteligencia emocional es una habilidad cada vez más y más revalorizada.
Entre los autores que destacan en el ámbito de las publicaciones de empresa, se encuentra Ignacio Campoy Aguilar. El enfoque práctico que Campoy trabaja en sus libros invita a reflexionar sobre problemas reales, y así sucede ahora con su último libro, donde la protagonista es precisamente la Inteligencia Emocional en las organizaciones. Campoy hace un análisis sobre el papel.
El enfoque tradicional de la inteligencia medía, la inteligencia cognitiva o el coeficiente intelectual mediante pruebas psicométricas, puntuaciones… Nos daban el Coeficiente Intelectual, pero dejaba fuera de alguna manera a la Inteligencia Emocional, ¿verdad?
Efectivamente, será a partir de los años 80, y concretamente en el año 83, cuando Howard Gardner publicó su libro abordando la teoría de las inteligencias múltiples. Con este planteamiento Gardner se refiere a inteligencias distintas entre sí y relacionadas a la vez. La inteligencia empieza a considerarse como una capacidad que se puede desarrollar en las personas y la emocional entraría dentro de este enfoque. Yo la defino cómo el conjunto de habilidades emocionales y sociales que establecen cómo nos percibimos y nos expresamos, cómo desarrollarnos y mantenernos nuestras relaciones sociales, cómo tomamos decisiones y cómo afrontamos las circunstancias difíciles o adversas.
Tendemos a confundir la inteligencia emocional con la inteligencia cognitiva, ¿es importante conocer sus diferencias?
Sí, si es muy importante conocer y tener en cuenta sus diferencias. La inteligencia cognitiva está relacionada con diversas capacidades del profesional, como su memoria, su lenguaje, su atención, etc. La inteligencia emocional tiene que ver con la percepción y expresión de sí mismo, las relaciones interpersonales, la toma de decisiones y el manejo del estrés. Desde este punto de vista es cuando empezaríamos a plantearnos cuestiones como, ¿por qué algunos profesionales gozan de mayor bienestar psicológico que otros?, ¿por qué unos tienen más éxito, independientemente de sus capacidades cognitivas? o ¿cómo influye la inteligencia emocional en los profesionales y en el entorno organizacional?, entre otras.
¿Tiene entonces que ver el grado de inteligencia emocional con el porcentaje de éxito en la gestión de un empresario directivo?
Está directamente relacionada, diría yo. La inteligencia emocional es la responsable del 80% del éxito de un empresario, directivo, líder o profesional, mientras que el 20% restante está influido por la inteligencia cognitiva. Si aplicáramos la Ley de Pareto, se puede decir que el 20% de los factores que determinan el éxito están relacionados con la inteligencia cognitiva, y el 80% restante está influido por aspectos relacionados directamente con la inteligencia emocional.
Por ejemplo, la capacidad para utilizar los pensamientos, las emociones, los sentimientos, los comportamientos de forma inteligente, así como de desarrollar nuestras habilidades sociales para influenciar o guiar a otras personas de manera positiva, todo esto forma parte de la inteligencia emocional de una persona, y no tiene nada que ver con sus capacidades cognitivas en absoluto.
“La expresión y la percepción de uno mismo, el manejo del estrés, la toma de decisiones y la parte interpersonal, son las cinco escalas que miden nuestra inteligencia emocional en el EQ-I 2.0”
“La expresión y la percepción de uno mismo, el manejo del estrés, la toma de decisiones y la parte interpersonal, son las cinco escalas que miden nuestra inteligencia emocional en el EQ-I 2.0”
¿Se pueden concretar los diferentes componentes de la inteligencia emocional?
En mi libro precisamente desarrollo el modelo EQ-I 2.0, que es la referencia precisamente para analizar estos componentes. Este modelo se concreta en 5 escalas (percepción de sí mismo, expresión de sí mismo, interpersonal, toma de decisiones y manejo del estrés), y en 15 subescalas.
La primera de dichas escalas está diseñada para evaluar nuestra confianza y fortaleza interior, en la búsqueda y consecución de objetivos y en la comprensión de cómo nuestros pensamientos, emociones y sentimientos influyen en nuestros comportamientos. Un buen nivel de autoconcepto, autorrealización y autoconciencia emocional es totalmente determinante para tener una buena percepción de nosotros mismos.
La segunda escala se refiere a la expresión de sí mismo. Es una extensión de la escala anterior y comprende la expresión exterior o el componente de acción de la percepción interna de uno mismo. Abarca la expresión emocional, la asertividad, la independencia.
La tercera escala del modelo EQI 2.0 se centra en la parte interpersonal. Se trata de evaluar si somos capaces de entender los pensamientos, las emociones, los sentimientos, los comportamientos de otros y actuar de forma inteligente a nivel emocional. Esta tercera escala está, a su vez, integrada por subescalas (las relaciones interpersonales, la empatía y la responsabilidad social)
La cuarta escala se centra en qué medida se comprenden bien los pensamientos, emociones, sentimientos y comportamientos en la toma de decisiones. Esta escala incluye la resolución de problemas, la evaluación de la realidad y el control de los impulsos.
Me gustaría que nos parásemos en la quinta y última escala, la que aborda nuestra flexibilidad y tolerancia al estrés y optimismo, ¿se puede conseguir una alta tolerancia al estrés?
Todos sabemos lo complicado que es enfrentarse a situaciones de estrés, pero es posible manejarlas e influir en ellas de manera positiva. La tolerancia al estrés está muy relacionada con la resiliencia, y cuando se une al optimismo, es una combinación muy potente que nos permite salir fortalecidos. Si esa tolerancia es baja, se produce ansiedad, con efectos negativos sobre el bienestar, la concentración y, en última instancia, sobre el desempeño profesional y personal. El propio Daniel Goleman en su libro Liderazgo Resonante se refería al papel contagioso de las emociones del líder en el entorno profesional.
Entonces, y hablando en términos de rentabilidad empresarial, parece mucho más interesante contar con una empresa llena de optimistas más que de pesimistas…
El optimismo es un indicador de como afrontamos la vida. El optimismo representa una apuesta por la fe, por la esperanza en un afán de confiar en superar las dificultades o adversidades. Trabajar con profesionales optimistas da un valor añadido a la empresa. Una empresa optimista busca y buscará activamente mejores resultados viendo el lado positivo de todas las situaciones adversas, de dificultad o retadoras.
Y para poner un broche a esta conversación, algo que a muchos empresarios y directivos les encantaría saber: ¿cómo pueden alcanzar ese estado deseable de bienestar y felicidad organizacional en sus corporaciones?
Mediante el equilibrio en esas 5 escalas que hemos comentado antes y las 15 subescalas del modelo EQ-I 2.0. Con este modelo se puede evaluar y hacer un informe tanto del liderazgo como de grupos y equipos de trabajo. Un análisis para tomar el pulso a las organizaciones e ir implementando las medidas oportunas.
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