Jose Luís Almeida, alcalde de Madrid durante una entrevista a La Razón

No me planteo presidir el PP de Madrid, pero estaré a disposición de lo que me pidan los afiliados y Casado

El alcalde lamenta, en una entrevista con LA RAZÓN, que Sánchez e Illa estén más preocupados en la propaganda y en castigar a Madrid que en la pandemia

Comenzó el año 2020 como alcalde y lo ha terminado, además, como portavoz nacional del PP. Pero ante todo, lo culmina siendo uno de los rostros del año: el hombre que ha gestionado, con éxito, una de las ciudades más castigadas por la pandemia en todo el mundo. José Luis Martínez-Almeida repasa el pasado más inmediato para LA RAZÓN, pero también resuelve varias incógnitas que se abren a partir de este 2021 que acaba de nacer.

–¿Cuál ha sido el momento más duro que ha vivido en este último año por la pandemia?

–Desde un punto de vista emocional, sin lugar a dudas, la visita al Palacio de Hielo. Fue estremecedor, terrible. Sabíamos que se estaban produciendo cientos de muertes a diario... Pero allí, de repente, es donde visibilizas cada tragedia: una vida truncada, unos familiares destrozados que no se podían despedir... Era la realidad, el drama.

–¿Hay alguna imagen que se le venga a la cabeza de forma recurrente?

–El silencio. Acostumbrados a una ciudad viva, abierta las 24 horas, aquel silencio era atronador. Ibas por la calle, en la moto o andando y no oías un solo ruido. Te dolía el silencio porque reflejaba la magnitud del drama. Está también la imagen de las calles vacías... Me acuerdo de los trabajadores de la EMT. Cada vez que me cruzaba con un autobús, era el conductor el que me animaba a mí. También me acuerdo cuando íbamos con la banda de la Policía Municipal a los hospitales a las ocho de la tarde. La ilusión que le hacía a los pacientes y al personal sanitario... Pero si tuviera que elegir uno de esos momentos, sería el silencio. El silencio dolía.

–Le vimos pateándose la ciudad. ¿Cómo era el final de aquellas jornadas, cuando llegaba a casa? ¿Se emocionaba?

–Sin duda. Llegabas a casa y analizabas el día: las imágenes, la situación, las decisiones que habías tenido que tomar, las personas con las que habías hablado y lo que te estaban contando, las necesidades de material que teníamos... Llegabas a casa y no desconectabas. Esas emociones las tenías. Había que saber gestionarlas. Pero siempre que me desanimaba o tenía un cierto bajón, me pasó lo mismo: alguna persona con la que me cruzaba me decía: «Adelante. Mucho ánimo». Y con eso, se te pasaba. Te decías: «Venga, hay que tirar, seguir para adelante y superar esto». Gracias a eso te volvías a recargar. Pero yo vivo solo y hubo días en los que fue complicado.

Jose Luís Martinez-Almeida, alcalde de Madrid durante la entrevista a La Razón
Jose Luís Martinez-Almeida, alcalde de Madrid durante la entrevista a La Razón©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–¿Recuerda a alguien en especial que le subiera el ánimo?

–(Piensa) La cajera del supermercado al que iba. Una persona, también en una situación muy complicada y que me animaba: «Venga, alcalde, tira para adelante».

–Se le ha elogiado mucho. ¿Qué cree que ha hecho bien y en qué cree que se ha equivocado?

–Lo que hemos hecho bien es entender que la cercanía con el ciudadano era fundamental. Y esa cercanía requería en primer lugar que el ciudadano confiara en nosotros. Teníamos que transmitir la información de la que disponíamos. En segundo lugar, esa cercanía requería que los grupos municipales diéramos la imagen que supimos dar: estar a la altura porque ellos nos exigían esa unidad. Respecto a lo que me he equivocado, creo que no supimos transmitir a la gente de forma adecuada que, después de la primera, venía la segunda ola. Los mensajes que enviamos no fueron contundentes ni eficaces.

–En los primeros días de la pandemia, dijo que no se le estaba hablando a la gente como personas adultas. ¿Cree que ha sido otro fallo?

–Sí, ha sido un error. Por parte del Gobierno de la nación, se ha entendido la gestión de la pandemia más desde el punto de vista de la propaganda que de comunicarles a los ciudadanos lo que estaba sucediendo. Un ejemplo es cuando el presidente dijo en junio: «Salid y disfrutad. Hemos vencido la pandemia». No era cierto. Todos sabíamos que era así. Pero esa forma de transmitir la información minusvaloraba la madurez de la sociedad para aceptar la gravedad de la situación y el drama al que nos enfrentábamos.

–Los profesionales sanitarios han sido un símbolo de la pandemia. ¿Considera que la clase política ha estado a su altura?

–Considero que los ciudadanos no perciben en general que los políticos hayamos estado a la altura. Ahí están las encuestas. Si después de la pandemia, el CIS dice que los políticos somos uno de los grandes problemas de los españoles, es algo sobre lo que deberíamos reflexionar.

–Y el presidente Sánchez, ¿ha estado a la altura?

–Insisto, el presidente del Gobierno, más que la gestión de una pandemia, lo que ha hecho es un ejercicio de propaganda. El ejemplo es el estado de alarma, cuando dijo que eran las comunidades autónomas las que se tenían que encargar de todo; y, sin embargo, con la vacuna, él es el protagonista absoluto. Sánchez no ha entendido lo que la sociedad española le estaba demandando como presidente.

–Tanto usted como Isabel Díaz Ayuso han lanzado mensajes que parecen indicar que Sánchez tiene algo contra Madrid y los madrileños...

–En esta crisis, Sánchez no ha tenido ni la empatía ni la cercanía que merecía la ciudad de Madrid. Fue concejal de este Ayuntamiento, él vive en la ciudad y no se ha interesado por Madrid en ningún momento. No ha llamado ni una vez al Ayuntamiento a lo largo de estos meses, no ha transmitido un solo mensaje de apoyo y afecto a la ciudad. Y desde un punto de vista político, Sánchez es perfectamente consciente de que Madrid es un modelo que le contrapone frente a sus propias miserias y su forma de entender la política. En ese sentido, él no ayuda a Madrid.

Jose Luís Martinez-Almeida, alcalde de Madrid
Jose Luís Martinez-Almeida, alcalde de Madrid©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–En el Consistorio se firmaron los Pactos de la Villa entre todos los grupos, desde Más Madrid a Vox. ¿Por qué cree que no se ha podido implantar algo así a nivel nacional?

–Por dos cuestiones: el liderazgo del Gobierno y la generosidad de la oposición. Si un Gobierno debe ejercer el liderazgo, estamos obligados a decirle a la oposición: «Aquí estamos, vamos a daros todas las explicaciones, vamos a aceptar todas las críticas». No entendemos que la lealtad consista en decir que «sí» a todo. A nivel nacional, no ha habido liderazgo por parte del Gobierno. Generosidad por parte de la oposición y del PP sí ha habido. Se votaron la mayor parte de los estados de alarma, el Real Decreto de la «nueva normalidad», el ingreso mínimo vital, las conclusiones de la Comisión de Reconstrucción. El comportamiento del PP ha sido de apoyo en general al Gobierno. Lo que ha faltado es el liderazgo de Sánchez. Debemos preguntarnos cómo es posible que Sánchez no llamara durante 55 días, en medio de la pandemia, al líder de la oposición. No quería compartir ningún tipo de protagonismo. Se lo quería arrogar exclusivamente.

–Cincuenta y cinco días sin llamar a Pablo Casado. ¿Cuántos sin llamar al alcalde?

–Al alcalde no le llamó en ningún momento. Pretendió visitar el Hospital de La Paz sin avisarle. Tuvo que ser el alcalde el que se personara allí por una cuestión de cortesía institucional. Si el presidente del Gobierno visita la ciudad de Madrid, el alcalde considera que debe estar con él, al margen de mi opinión. ¿Alguien cree que, el presidente, en cualquier otra ciudad que hubiera visitado, no habría avisado al alcalde? Nadie.

–Sobre el reparto de fondos europeos, ¿considera que Madrid sale maltratada?

–Desde luego, ahí están los datos. Y por eso, Madrid ha enviado una carta pidiendo explicaciones. Esperemos que sean capaces de explicar a los madrileños por qué los Presupuestos del Estado castigan a Madrid, pero también por qué se produce esa diferencia con respecto a Cataluña en la asignación de fondos. Desde el punto de vista municipal, hay que decir una cosa: aquí no han discriminado a nadie, ni siquiera a sus ayuntamientos. No hay fondo adicional alguno y estamos en primera línea. ¿Cómo es posible que el Gobierno no le dé ni un euro a los Ayuntamientos? Me parece preocupante.

–Se han quejado de las vacunas asignadas a Madrid y, sin embargo, el reparto es proporcional a la población de Madrid y al número de mayores de 65 años.

–Aquí hay dos cuestiones. Una previa: a Madrid le dicen que va a recibir un número concreto de vacunas. Y Madrid recibe menos de las que dijeron. Lo único que ha hecho la Comunidad es pedir que le expliquen el porqué de esa diferencia. Pero no creo que sean capaces de hacerlo. Y en segundo lugar: no debe tenerse únicamente en cuenta el factor poblacional; también las características de Madrid. Desde el punto de vista de configuración territorial y demográfica, y de densidad de población, es obvio que la población de Madrid corre más riesgo que otros lugares donde hay una mayor dispersión. Donde hay más posibilidad de un rebrote, habrá que concentrar más vacunas.

–Hay quien podría pensar que cualquier decisión de Sánchez es criticada inmediatamente por Madrid. ¿Qué les diría?

–Les diría que quien tiene la capacidad de despejar esa duda es el Gobierno de Pedro Sánchez. Si el Gobierno responde a lo de las vacunas, puede despejarlo. O si el Gobierno justifica el reparto de fondos y el castigo a Madrid. No es una cuestión de que la Comunidad de Madrid critique sin fundamento; lo hace aportando los datos. Quien lo puede desmentir es el Gobierno de Sánchez.

–¿Cree que Sánchez y el ministro Illa han hecho algo bien a lo largo de esta crisis?

–En este momento, desde el punto de vista de la gestión epidemiológica, la salida del ministro Illa como candidato a la Generalitat de Cataluña no puede considerarse desacertada desde un punto de vista de la gestión sanitaria. Vista su gestión, quizá es mejor que deje de ser ministro de Sanidad lo antes posible.

–El otro día se refirió a Isabel Díaz Ayuso como «mi presidenta». No nos quedó claro si lo hacía como presidenta autonómica o presidenta del PP de Madrid.

–Es mi presidenta autonómica. Presidenta del PP... eso todavía no toca. Queda tiempo para el Congreso regional. Yo nunca he ocultado cuál es mi opinión, el esquema con el que yo me siento cómodo. Para mí no es una novedad hablar de esto. Pero creo que distraernos con este debate, cuando el Congreso se celebrará en el último trimestre de 2021... Los ciudadanos se pueden preguntar: «¿Qué hace éste hablando del PP en lugar de hablar de nosotros?».

–¿Ese esquema que menciona sería el de un presidente o presidenta sin una responsabilidad institucional?

–Por ejemplo, en este sistema, con Pío García-Escudero de presidente y Ana Camins de secretaria general, me siento muy cómodo. El partido está funcionando. Después de años complicados, ha recobrado la ilusión con Isabel de presidenta y, más modestamente, conmigo de alcalde. Es un buen momento para reforzar las estructuras del partido y transmitir los mensajes de lo que se está haciendo desde el Gobierno autonómico y desde el Gobierno municipal. Ese esquema está demostrando que funciona. Dicho lo cual, que los afiliados elijan lo que quieran. Esto será a través de primarias, y lo que elijan los afiliados, estará bien decidido.

–En contraposición con ese modelo, está el de otras comunidades del PP. ¿Cree que es mejor?

–No creo que sea mejor un modelo que otro. No es ése el debate. La cuestión es que en Madrid, por sus propias peculiaridades, hay un esquema que funciona muy bien. Lo que funciona hay que tratar de mantenerlo. Pero eso no quiere decir que se esté tratando de frenar o taponar a Isabel Díaz Ayuso. Lo digo por activa y por pasiva: cuanto mejor le vaya a Isabel Díaz Ayuso, mejor le irá a Pablo Casado, a José Luis Martínez-Almeida y al PP. Lo tengo clarísimo.

Jose Luís Almeida, alcalde de Madrid
Jose Luís Almeida, alcalde de Madrid©Gonzalo Pérez MataLa Razón

–A día de hoy, ¿tiene pensado presentar su candidatura a presidir el PP regional?

-Ni me lo he planteado... Aparte de que sería un poco incoherente defender este esquema y plantearme una candidatura. Nunca se sabe lo que puede pasar en política, pero no entra dentro de mis planes en estos momentos, aunque en todo caso estaré a disposición de lo que me pidan los afiliados y Pablo Casado.

–Hablando de Casado, no parece que Casado y Abascal tengan la misma sintonía que usted con Ortega Smith.

–No diría que no tienen sintonía. Diría que PP y Vox somos dos partidos diferentes, con planteamientos distintos en multitud de temas, y en otros parecidos. Lo que se vio durante la moción de censura es que ésta no fue contra Pedro Sánchez, sino contra Pablo Casado. Y que Casado pronunció el discurso que los españoles reclamaban, el de un partido centrado en ellos y no en la política de bloques. Sánchez y Abascal se necesitan mutuamente para seguir azuzando esa política de trincheras, mientras que el PP dio un paso adelante, diciéndole a los españoles: «No me voy a fijar ni en Sánchez ni Abascal. Me voy a fijar en vosotros».

–¿Echar a Sánchez e Iglesias de la Moncloa pasa por el entendimiento con Vox?

–Pasa por el entendimiento del PP con los españoles. Somos el único partido en estos momentos en España que podemos agrupar una clara transversalidad de votantes, preocupados por la estabilidad institucional, puesta en peligro por el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Y, al mismo tiempo, saben que tenemos que afrontar la crisis económica y social más grave de nuestra historia contemporánea. Y ahí van a encontrar al PP, en la consolidación del marco institucional y constitucional, amenazado ahora por el Gobierno, y en la profundización de los valores de nuestra democracia.

-¿Cree que hay una estrategia de derribo a la Monarquía por parte del Gobierno de Pedro Sánchez?

–Sin lugar a dudas, forma parte de su Gobierno un partido que pretende acabar con la Monarquía. Pedro Sánchez no puede, con una mano, decir que apoyamos a la Corona y que es clave en la arquitectura institucional; y con la otra, mantener acuerdos con un partido que, abiertamente, quiere acabar con la Corona. Y, al mismo tiempo, pactar los presupuestos e incorporar a la dirección política del Estado a partidos que quieren acabar con la Corona y, de paso, con lo que denominan el «régimen del 78». Pedro Sánchez no puede vivir con eso. No puede estar mandando ese mensaje equívoco a los españoles en un momento de tanta trascendencia histórica como el que estamos viviendo. No puede decir «somos un partido de Estado» y llegar a acuerdos con partidos que son todo, menos de Estado.