Castiza
“Cachito de Cielo” sobre Madrid, la capilla más sorprendente de la capital
Ética y estética se dan la mano: a la belleza del templo se une la obra social de las religiosas, que atienden a los más necesitados, a los que reparten alimentos
Ahora que se acerca la Navidad toca subrayar el valor de uno de los espacios más castizos de Madrid. Nada parece indicar, a la vista de la fachada, extremadamente recogida y discreta, un tesoro arquitectónico y religioso de esta relevancia. Un lugar de recogimiento en medio de un Madrid trepidante.
Este espacio pertenece a las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada. La capilla se sitúa en los bajos de un edificio del siglo XIX y su origen lo encontramos en 1911. Entonces, la fundadora de la orden religiosa, la beata María Emilia Riquelme y Zayas, consiguió que le cedieran en el edificio un espacio para su construcción, dado que por aquel entonces, a causa de la Ley Canalejas, no estaba permitido levantar edificios religiosos de nueva planta.
Ahora, con el paso del tiempo, se ha convertido en un “imprescindible” para todo aquel que busque el “cielo” en la tierra de Madrid. Deberá dirigirse al número uno de la Travesía de Belén. Allí, este espacio, conocido como “Cachito de Cielo” será para muchos una revelación. Su nombre le viene dado por las nubes de yeso que decoran el presbiterio, todo un alarde decorativo, casi escenográfico. Tonos azules, blancos y angelotes. Cabe destacar que esta Iglesia está abierta las 24 horas del día y concede cada día desayunos a los más necesitados. Una conjunción entre la estética y la ética que ha logrado el reconocimiento de los vecinos y de todos aquellos que se han visto ayudados por la acción de esta capilla. La obra social de las Misioneras comenzó hace años: empezaron atendiendo a 15 personas al día, y ahora vienen 300. La pandemia del Covid no hizo más que aumentar las cifras de necesitados. Ahora, con la Navidad a la vuelta de la esquina, es un lugar mágico que invita a la meditación y el recogimiento.
Entre Chueca y Salesas, a cualquier hora del día o de la noche, se puede encontrar abierto este lugar. Un refugio para el cuerpo y el alma. El cielo en Madrid.
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