Gastrochic

Begoístas: las hermanas que han ideado cinco planes de nutrición con "recetas medicina"

Bizcocho de cítricos, brownie de coco, palomitas de queso, crema alcalinizante de zanahoria y jengibre: los platos llegan envasados al vacío y, al ser tantos, según el plan cada día posee un color

Begoístas, Cuchita y Begoña Lluch
Begoístas, Cuchita y Begoña LluchBegoístas

Bizcocho de cítricos, brownie de coco, palomitas de queso, crema alcalinizante de zanahoria y jengibre, sopa de tomates asados, crema de almendras… También, mojito de granada, bloody mary de ajo negro y limonada negra o de cúrcuma. Estas son solo algunas de las elaboraciones de Begoístas (www.begoistas.com), la propuesta de nutrición saludable de las hermanas Cuchita y Begoña Lluch, que nace bajo la filosofía «placer based». Es decir, todas son de rebañar el plato. Cuenta con una tienda «on line» en la que hacerse con los productos sueltos para llenar una despensa saludable y con la plataforma en la que adquirir alguno de los cinco planes de alimentación a domicilio: Probar, de un día (69 euros); Sentir, de 5, (309); Avanzar, de 9, (539); Resetear, de 21, (1.199) y Renacer, de 66, (3.419). Con el objetivo de que aprendamos a interiorizar que es posible comer riquísimo y sano, Cuchita, a quien conocemos desde hace años al ser miembro de la Real Academia de Gastronomía, nos abre la puerta de su casa. Allí, encontramos a su autora y nos recibe con un rico caldo de kombu, «que ayuda a limpiar, drenar y oxigenar la sangre al contener cuatro súper alimentos, como son el alga kombu, el shiitake, el nabo daikon y la remolacha», dice Begoña. Nos explica que las 150 recetas se hacen sin conservantes, ni azúcares, ni grasas procesadas, ni gluten y ni lácteos para crearlas con algas, frutos secos, verduras, crucíferas y cereales integrales. Parten de una cocina central, situada en Valencia, a cualquier punto de la península a través de Seur frío: «Cocino con muchas verduras, un 90 por ciento son plantas, en tres días comes más 100 diferentes, porque quiero vaciarte y nutrirte rápido. Y, en cuanto a las proteínas, apuesto por los pescados azules, los mariscos, las aves de corral y por el cordero. Nada de carne roja», afirma. Los platos envasados al vacío llegan a casa de sus comensales cada dos días. Y, como son tantos, para ordenarlos en la nevera cada día es de un color y cada momento, tiene un número. Begoña es Cordon Bleu. Empezó derecho, pero no le gustó, así que llamó a Juan Mari Arzak: «¡De esto hace 30 años! Le pedí que me aconsejara dónde estudiar cocina y pastelería, así que me fui a París, donde, además, trabajé en las cocinas del Ritz y del Plaza Athenee», relata. A su regreso, montó en Valencia La cocina de Begoña Lluch y un catering. Sin embargo, el proyecto que tiene entre manos se comienza a hornear cuando su padre enferma. Momento en que reflexiona sobre que, de verdad, lo que comes puede sanarte o enfermarte, lo que le lleva a formarse en el Institute for Integrative Nutrition, de Nueva York, y a dirigir el senior living MorseLife: «Mi objetivo era y es que la cocina sana esté deliciosa. Tenía que ofrecer a personas de 84 años alimentos que digirieran bien y les hiciera tener mucha energía», añade. Después de ocho años al otro lado del charco, vuelve a España para dirigir el catering de Quique Dacosta. Llega la pandemia y apaga los fogones.

Kuzu, chía y ruibarbo

Y, entonces, ¿cómo surge Begoístas? Preguntamos: «Me rompí del estrés. Creía que tenía algo neurológico, pero en el hospital me confirmaron que no tenía nada más que estrés. Para curarme, supe que debía coger todo lo aprendido sobre alimentación anti edad, anti cáncer, sobre la microbiota, sobre cómo se genera el sistema inmunitario y sobre lo que pasa dentro de tu estómago». Y así comenzó a hornear el proyecto de su vida: «A los cinco días, no tenía ojeras, ni estaba hinchada. Me encontraba fenomenal, tan bien que Cuchita y Juan (Echanove) se unieron a mí», recuerda, al tiempo que Cuchita insiste en que «entendimos que dar a conocer este plan de alimentación era nuestra misión en esta vida». Ya en la mesa, abrimos boca con una mini socca provenzal: «No te imaginas el poder que guarda un puñadito de hierbas provenzales. Son antiinflamatorias, antibacterianas y antiparasitarias naturales», explica Begoña. Y con un hummus de edamame y guisante, «un snack lleno de ácido fólico. Además de la cremosidad del tahín y la potencia de la proteína vegetal del edamame, no falta un alegre toque picante con ajo confitado». De beber, probamos algunos mocktails, como Broncéate, un trago refrescante de pomelo y zanahoria, cuyo nombre se debe a que contiene licopeno, que ayuda a proteger la piel, además de «Citrus energy», una riquísima infusión de mandarina, hibiscus y jengibre, que limpia, purifica, es antioxidante y un anti estresante natural. Como platos fuertes, nos entusiasmó la corvina con un puré cítrico, mojo de jengibre con mango y quinoa. La degustamos con limonada de cúrcuma. «¿Habéis oído hablar del jamu?» Nos preguntan: «Es una bebida tradicional de Indonesia, que se considera medicinal. En esencia, se hace con cúrcuma fresca, lima y miel. La raíz de la cúrcuma bien licuada se combina con la pimienta negra para garantizar su perfecta absorción. Nosotras, la adaptamos a Valencia y le añadimos la naranja». Como valencianas que son, optan por un arroz integral ecológico rojo de bacalao y coliflor preparado en paella. El ruibarbo, el kuzu, la chía y la curcumina son solo algunos de los ingredientes de los postres. Nos decantamos por el kanten de ruibarbo y naranja y por el «banana bread», en el que fulmina la harina y el azúcar refinado e incluye semillas y frutos secos. Tomen nota, porque Begoña nos da un consejo para ese día que queremos dar un toque al mocktail La poesía verde: incluir un amontillado con 20 años, de González Byass. Un gran trago.