Crítica de cine
Miedo para principiantes
Dirección y guión: Álex y David Pastor. Intérpretes: Quim Gutiérrez. José Coronado, Marta Etura, Leticia Dolera. España, 2013. Drama apocalíptico.
Es curioso que un cineasta como M. Night Shyamalan, que a estas alturas ha sido castigado por sus excentricidades por las altas esferas de Hollywood, siga influyendo tanto a los cineastas españoles que cultivan el género fantástico. Los hermanos Pastor ya habían coqueteado con el celuloide apocalíptico en su ópera prima, «Infectados», poniendo el acento en los efectos psicológicos del desastre en una relación fraternal. La humildad del resultado final, sobre todo teniendo en cuenta que estaba rodada en Estados Unidos con cuatro dólares, despertaba una inmediata simpatía por ella. En «Los últimos días» también quieren hacer una película de personajes, aunque el modelo («El incidente»), pasado por el filtro de la crisis económica, pesa demasiado en el diseño del conflicto.
Existe, como en «Infectados», un viaje, esta vez subterráneo –la agorafobia es el origen del caos– y casi propio de una novela de caballerías, un Tristán e Isolda post-apocalíptico en el que un informático enamorado (Quim Gutiérrez) y su jefe, director de recursos humanos con alma de tiburón (José Coronado), cruzan las catacumbas de la Ciudad Condal para que se produzca un reencuentro amoroso que se intuye imposible. La película acierta en localizar el Armaggeddon en el reino de la oscuridad y saca buen provecho de las localizaciones –estaciones de metro abandonadas, alcantarillas, una iglesia sombría, un hipermercado clausurado por un muro de carritos– de una Barcelona irreconocible, pero fracasa donde más esfuerzos invierte, en la caracterización emocional de los personajes, puro cliché, y en los puntos de giro –maldita expresión– de un guión demasiado manido, que parece escrito con un manual de principiante en la mano.
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