Prueba
A110 R: el Alpine más radical
Gracias a su ligereza es aún más ágil en curva y exprime mejor los 300 CV de su motor central turboalimentado. Acelera de 0 a 100 en apenas 3,9 segundos
La filosofía del Alpine A110 R se resume en esta frase: creado para la pista, usable en la carretera. Justo lo contrario que su predecesor, el A110 S, que ya tenía aspiraciones de “track day”. Lo cierto es que el “R” es más deportivo en todos los aspectos y, por tanto, también más rápido en cualquier terreno. Si los circuitos son su ámbito natural (hasta existe una versión limitada puesta a punto por el propio Fernando Alonso), en carretera virada es el rey, haciendo honor a su legendaria nomenclatura: A110.
Es difícil –y fácil a la vez- clasificar al Alpine A110 R: va bien en pista, pero también en carretera y hasta en tráfico urbano. Es un biplaza estricto con poca capacidad de maletero y asientos de fibra de carbono apenas almohadillados, pero tampoco incómodo ni angosto para viajar. En resumen: es un coche para auténticos aficionados al automóvil. Por estética, tecnología y prestaciones, un auténtico capricho que permite muchos kilómetros de disfrute. Claro, que el A110 R cuesta unos 30.000 euros más que el A110 S y supera la barrera de los 100.000.
Alpine, que deliberadamente no ha querido modificar en esta ocasión el conjunto motor-cambio en posición central-trasera, ha concentrado el trabajo de sus ingenieros en la evolución del modelo como si de un coche de competición se tratase. Afinando la aerodinámica, rebajando el peso y mejorando el bastidor se han conseguido prestaciones muy superiores, además de un aspecto exterior mucho más “racing”, reforzado por el color azul exclusivo, el mismo del monoplaza de Fórmula 1.
La profusión de piezas de fibra de carbono (spoiler, capó delantero, asientos, difusor trasero, estribos, recubrimiento del motor… ¡hasta las llantas!) han conseguido el milagro de restar 34 Kg al ya ligero biplaza, que ahora marca en báscula sólo 1.082 Kg. Muchos de estos elementos también tienen función aerodinámica. Por ejemplo, el capó divide el flujo de aire y libera de carga al parabrisas. O la combinación entre spoiler frontal, nuevo extractor trasero y alerón reposicionado más alto y más atrás permiten mantener los 285 Km/h de velocidad punta, pero mayor carga vertical en ambos ejes (31 y 110 Kg respectivamente).
Hasta las livianas llantas completamente de carbono (fabricadas por el especialista Duqueine) poseen tapacubos aerodinámicos combinados con los nuevos conductos de refrigeración de frenos. Sumando el techo de fibra de carbono (ya existente) a la nueva cúpula que cubre el motor (en lugar de la luna de cristal) se elimina gran parte del peso más elevado, a la vez que se mejora la alimentación y ventilación del vano-motor. El único inconveniente para el conductor es que ya no dispone de retrovisor interior, ya que el tabique posterior es ciego, aunque también más ligero que el cristal.
Todo el bastidor ha sido actualizado, con nuevos conjuntos “muelle-amortiguador” hasta 20 mm más cortos, ajustables manualmente (a gusto del conductor) y con estabilizadoras más gruesas. Eso aporta el A110 R una estabilidad muy superior en carretera y circuito, sin hacerlo seco de reacciones ni tampoco demasiado duro sobre asfalto irregular. Se ha conseguido un estupendo compromiso. La serie limitada de 32 unidades “Fernando Alonso” posee además un sistema para rebajar la altura del chasis rápidamente y darle configuración de pista en pocos minutos.
El habitáculo del A110 R no difiere demasiado de sus hermanos de gama, aunque dentro prima la ligereza. Los tiradores de las puertas ahora son de tela, todos los tapizados de tejido alcántara negro… la deportividad rezuma por todos lados. Especialmente en los asientos, que son ligerísimos bacquets deportivos (- 5 Kg entre los dos) apenas recubiertos de gomaespuma de alta densidad y dotados de cinturones de arnés de seis puntos. La posición de conducción es ideal, una vez que se ajusta el volante, aunque los arneses dificultan bastante la movilidad en su uso por carretera. Tras los asientos aún queda espacio para una guantera y para abrigos, maletines o pequeños objetos.
Contra lo que pueda parecer, el habitáculo es suficientemente espacioso para dos personas, con perfecta visibilidad hacia delante, aunque con unas ventanillas un poco altas dada la cintura del coche. Los retrovisores son pequeños (solo exteriores) y enfrente quedan el cuadro y la pantalla digitales. Todos los controles se centran en la consola central o alrededor del volante, donde un pulsador permite elegir el modo de conducción: Normal, Sport y Track. En este último el cambio de siete velocidades pasa a operarse de forma manual con las levas.
En el interior hay una magnífica sonoridad del motor (especialmente conseguida) sin ser molesta. Y el volante de piel vuelta se agarra mejor usando guantes de competición que con las manos desnudas. El A110 R permite que su conductor se sienta piloto con sólo con sentarse y atarse el arnés. Entre las mejoras de bastidor y los excepcionales neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 (“semi-slicks” pero homologados para carretera) podrá comprobarlo en cuanto se ponga en marcha…
✕
Accede a tu cuenta para comentar