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Un concentrado único de elegancia y deportividad
El Abarth 595 Rivale es una edición limitada del Cincuecento
De la colaboración de Riva y Abarth ha nacido este 595 Rivale, alimentado por un brillante motor de 180 caballos para mover 1.120 kilos de peso. Sus prestaciones son brillantes, con una velocidad punta de 225 por hora y una aceleración de 0 a 100 por hora en sólo 6,7s. Sólo se han hecho 350 Rivale numerados para todo el mundo.
Un estilo elegante y retro, alimentado por un motor 1,4 potente y brillante. El conjunto es de lo más deportivo que se puede adquirir, aunque su precio no es un regalo: 28.000 euros por este 500 Abarth muy especial. Se trata de la versión Rivale. Una edición realizada por la división más deportiva del grupo FCA en colaboración con los astilleros Riva que fabrica las lanchas más famosas y sofisticadas del mundo. Desde sus «cantieri» situados en el lago de Garda, Riva fabricó durante décadas las barcas de madera apreciadas por la «jet-set» de todo el mundo. Este estilo es el que ha inspirado todos los detalles de acabado de este 595, como el salpicadero de madera firmado, las placas numeradas de identificación, la cuidada carrocería bitono, la lona del techo en el caso de las versiones descapotables o los asientos de cuero tipo «baquet» que aseguran el cuerpo en las curvas.
Su parte mecánica no defrauda frente a toda esta sofisticación externa. Al poner el contacto, en la pantalla central el coche sale de su garaje. Y al girar la llave, los 180 caballos de su motor 1,4 con 16 válvulas se dejan sentir en el sonido. Estamos ante un Abart 595. Un verdadero coche de carreras para andar por la calle, con caja automática y manual si queremos usar las levas en el volante. Frenos, estabilidad, dirección... todos los elementos están a la altura de que lo esperamos y resulta especialmente brillante en zonas de curvas, terreno en donde puede poner literalmente en ridículo a coches de mayores prestaciones y que cuadruplican su precio.
Y si pedimos algo más, este Rivale tiene otro as en la manga. Pulsamos el botón «sport» en el salpicadero y empieza de verdad la emoción. El velocímetro se tiñe de rojo, las relaciones de cambio se han más cortas y el motor empuja desee más abajo , mientras que el régimen se mantiene hasta llegar el límite de vueltas antes de que el cambio automático engrane la velocidad superior. Ahora el coche hay que pilotarlo, más que conducirlo. Este 595 Rivale es sólo para minorías ya que se trata de una edición muy limitada. Sólo se han hecho 175 ejemplares cerrados y otros tantos descapotables para todo el mundo. Ya es un coche de colección.
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