Opinión

Pablo, humildad

Pablo Casado le va a decir a Pedro Sánchez que con el dinero de los españoles no se juega, le va a chafar la ampliación del techo de gasto y la gente lo va a aplaudir, porque ya está bien de tonterías. La crisis ha sido horrible y no queremos dos tazas. Pero si el socialista no suelta pasta y riega sus satrapías, los secuaces que lo han aupado van a asfixiarlo. Así que tiene poco margen. Ha de aprovechar un momento favorable para dar un golpe de mano y convocar elecciones y puede que la ocasión sean las andaluzas de octubre, donde Susana Díaz triunfará y Juanma Moreno quedará anulado. Por otro lado, a Sánchez no le interesa dejar madurar a Pablo Casado. Sabe bien que, a pesar de la moción de censura y la salida del poder, el PP no está acabado. No hay rencillas intestinas imposibles, de las que disuelven los partidos, ni falta de talento ni ideas. Quedan ministros de prestigio intachable, como Fátima Báñez, y hay mucha gente madura dispuesta a acompañar y asesorar. Le faltaba un revulsivo y las elecciones internas lo han sido. El futuro está difícil para todos los partidos desde que se acabó el bipartidismo. El PSOE puede haber recuperado algo de su base (ya veremos en las urnas), pero Podemos sigue existiendo. Ciudadanos perdió su oportunidad de oro de ganar una hipotéticas elecciones a Mariano Rajoy, pero continúa muy vivo. Así que a Pablo Casado, que acaba de asestar un golpe muy rotundo al ascenso de Vox por su derecha, le falta hacerse con el inmenso centro español, el de la gente descreída e indiferente políticamente que sólo quiere soluciones prácticas y nada tendenciosas. Ahí tiene que pescar Casado.

Para ese camino es su gran enemigo la juventud, una gran baza para otras cosas, entre ellas la indispensable ilusión. La bisoñez mezclada con mucho poder es explosivo que fabrica estúpidos arrogantes. No hablo de tontos, entiéndaseme, sino de engreídos que siembran desafección y se equivocan por falta de humildad. En España somos envidiosos y muy observadores, cúrese el nuevo dirigente en sencillez y tendrá mucho camino recorrido. Ponga a los mejores alrededor, no a los aduladores. Potencie a los capaces y aleje a los tóxicos, que ellos se arruinarán solos. Escuche, escuche, escuche. Y no se crezca con los triunfos, no vayan a ser anticipo de desgracias.

A las personas ahora nos interesan básicamente dos cosas, la economía y Cataluña. Las recetas no son difíciles para el PP. Sabe cómo tirar del carro de la subsistencia, lo ha demostrado, y sólo tiene que imitar a Ciudadanos en claridad y contundencia frente a los independentistas. Aunque el PP en Cataluña prácticamente no existe, Cataluña sí existe en el alma del resto de los españoles.

Vaya Pablo Casado a Zara (no sé si hay Zara de señores), como hizo Esperanza Aguirre. Descarte los zapatos de ante y las corbatas de lujo. Deje los barrios caros y viva a ras de tierra, sin exagerar, con normalidad. Y póngase junto a gente buena y alejada de toda superioridad, que le moleste con sus correcciones. Y le garantizo el éxito.