Opinión
La desconfianza en Marlaska
Cuando Pedro Sánchez anunció su Gobierno por goteo y de forma irregular –sin haberlo comunicado previamente a SM El Rey– uno de los anuncios estrella fue la designación del juez Grande-Marlaska como ministro del Interior.
El nombramiento de Grande-Marlaska fue, en general, bien acogido, porque en el ejercicio de sus responsabilidades judiciales se había ganado la simpatía de una parte importante de la población española, cosa que, sin duda, fue aprovechada por Pedro Sánchez.
No obstante, en estos casos de nombramientos estrella siempre me acuerdo de la paremia de origen bíblico: «Por sus frutos los conoceréis» (San Lucas 6.43-44). Además, como es bien sabido, una cosa es ser buen jugador de fútbol y, otra muy distinta, ser buen entrenador. Poca gente es válida para cualquier puesto que se le asigne. Ser buen juez no tiene por qué conllevar necesariamente ser un buen ministro del Interior o de cualquier otra cosa, incluso de Justicia.
No ha tardado Marlaska en demostrarnos lo acertado de las anteriores afirmaciones. En efecto, el ministro-juez ha cesado al coronel de la Guardia Civil, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), Manuel Sánchez Corbi, por «pérdida de confianza». La causa esgrimida –ciertamente pueril e inconsistente– ha sido la orden dada a través de un correo electrónico a sus subordinados, que se ha filtrado suspendiendo toda actividad de la UCO que requiriera gastos contra la partida «Fondos de Gastos Reservados» por haberse agotado los mismos.
No se puede entender qué tipo de desconfianza le ha podido producir al ministro tal orden. Resulta obligado el cese de actividades que precisen de fondos reservados, una vez agotados éstos. No se pueden realizar actividades sin los fondos necesarios previstos para ello. El coronel no podía permitir que sus subordinados incurriesen en gastos sin la dotación de los fondos necesarios, porque eso sería una conducta delictiva, posiblemente prevaricación, malversación de caudales públicos o ambos, cuestión que con toda seguridad conoce el juez Marlaska y que con toda probabilidad habrá perseguido alguna vez en su dilatada carrera profesional. Por tanto, la orden del coronel no sólo es correcta, sino, además, necesaria, y eso lo sabe el ministro. ¿Dónde está la desconfianza en alguien que actúa correctamente ? Puede que a Marlaska le haya molestado la difusión de la orden del coronel, pero no se entiende bien por qué, ya que es la consecuencia de una decisión política del Gobierno o del ministro de no dotar temporalmente de más fondos reservados a la UCO. Sin embargo, si ello es así, de quien habría que desconfiar es del ministro, del Gobierno o de ambos, y no del coronel quien ha actuado correctamente. Se desconoce el origen de la filtración porque, según parece, la decisión del cese del coronel se tomó antes de la conclusión de la información interna abierta al efecto. Posiblemente la filtración del correo electrónico no haya sido del coronel jefe de la UCO, en cuyo caso, su cese está del todo injustificado. Pero aún en el hipotético caso de que el coronel haya sido el responsable de la filtración –cosa no acreditada– tampoco se entiende demasiado la desconfianza en él, porque, en este caso, le habría dado publicidad a una situación altamente irregular en la UCO, que puede afectar gravemente a sus funciones, a su operatividad y a la investigación de hechos criminales, incluso de políticos corruptos o imputados por rebelión. Esta información, Marlaska, como juez, sin duda, la hubiera agradecido, pero como ministro la sanciona y condena. En resumen, ¿se puede desconfiar de alguien que, diciendo la verdad, actúa correctamente ? No parece.
Me temo que hay razones para desconfiar del ministro y del Gobierno, y no del coronel, porque al cese del mismo –denostado por los etarras y su entorno– hay que sumarle la autorización acordada en el Consejo de Ministros para desistirse del recurso de inconstitucionalidad sobre la llamada Ley vasca de víctimas de abusos policiales a pesar de haber sido declarada inconstitucional la equivalente navarra. ¿Son hechos relacionados? Me temo que hay razones para desconfiar de un ministro y de un Gobierno que no dotan de presupuestos a la UCO y, además, censuran que se conozca. Incluso si tal decisión política es correcta, resulta censurable por falta de transparencia. Es pues el ministro quien tiene que dar explicaciones de por qué suspendió la dotación de gastos reservados a la UCO y en que afectó a su operatividad. Es el ministro quien tiene que explicar las líneas de investigación que quedan suspendidas por falta de gastos reservados. ¿Estuvieron afectadas las investigaciones de los políticos catalanes investigados por rebelión? Es el ministro quien tiene que dar explicaciones de por qué cesa a un coronel que cumple escrupulosamente con sus funciones al suspender operaciones sin dotación presupuestaria. ¿Pretendía Marlaska que no se conociese que la UCO carecía de fondos reservados y que se suspendían determinadas investigaciones? Entonces el ministro no sólo tiene que dar explicaciones, sino dimitir, porque la desconfianza hacia su persona se vuelve insoportable.
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