Opinión

Algo bueno de Pablo

Tras ser elegido presidente del Gobierno, Pedro Sánchez se pasó meses sin hacer declaraciones, dar ruedas de prensa o conceder entrevistas. A algunos aquello les pareció el colmo de la irresponsabilidad. Debía contestar a muchas preguntas y explicar sus planes de gobierno. Nada le sacó de aquel silencio. Yo lo interpretaba de dos maneras: no tenía ningún proyecto que explicar y su estrategia, que sin duda tenía, se iría adaptando a las circunstancias coyunturales. Y así fue.

Cuando Pablo Casado fue elegido presidente del PP surgieron las mismas voces, más insistentes, pidiendo que explicara sus planes para un partido al que le quedaban pocos meses para su próxima cita electoral. Pero Pablo también calló. Algunos lo atribuyeron a la sentencia sobre su currículum pendiente en el Supremo, pero, por primera vez, parecía que la derecha tenía una estrategia diferente a los señuelos socialistas: Franco y las comisiones de la verdad. Y eso era algo bueno en Pablo. Otro recién nombrado vendería su alma al diablo con tal de aparecer en cualquier medio o diciendo cualquier cosa. Pero ha esperado. ¿A qué? A tener las listas.

Casado tiene previsto cerrar las candidaturas a las autonómicas y municipales este mes de septiembre para luego ir presentándolas entre octubre y noviembre. Una de las dudas afecta a la ex vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Pero en la reunión que tiene hoy Casado con su grupo parlamentario –a la que también asistirán la portavoz Dolors Montserrat, y el «número dos» del partido, Teodoro García Egea– se hablará de estrategia y de futuro. El PSOE se lo está poniendo fácil y Ciudadanos, si deja de apoyar a Susana Díaz, quizá también.