Opinión

El camino a la Tercera República

Si hay algo que ha quedado demostrado es que la Justicia actúa con absoluta independencia y que no ha existido ningún trato de favor con el principal partido de la oposición, sino más bien todo lo contrario.

No han tardado demasiado en concretar el chantaje para que el PP acepte una renovación del CGPJ de acorde a los intereses del gobierno socialista-comunista. Es verdad que los wiki-juristas tienen una idea clara sobre la cuestión y aplauden con un fervor inusitado la ofensiva de la izquierda para controlar el Poder Judicial. Les pareció muy bien que colocara a Lola Delgado al frente de la Fiscalía General del Estado. Por ello, les parecerá normal que llene el Supremo y otras instancias con jueces devotos del uso alternativo del Derecho. Y, por supuesto, que los independentistas entren en el CGPJ. Por otra parte, se han vuelto tan sanchistas que quieren a Sánchez más, dicho irónicamente, que los de su propia familia e incluso que él a sí mismo. El fervor es lo que más gusta de los conversos. El presidente del Gobierno tiene una situación complicada y el antaño defensor del bipartidismo imperfecto ahora tiene que comulgar con el incómodo multipartidismo y mostrar su complacencia hacia Podemos, así como su aquiescencia por el apoyo de los independentistas y los herederos de ETA. Lo más sensato sería un Consejo despolitizado y con juristas independientes.

Los problemas que ha tenido el PP con la corrupción demuestran que no controla nada, algo que es lo razonable en un Estado de Derecho, por lo que no entiendo el empecinamiento de la izquierda y los periodistas afines en sus ataques a esta formación. Si hay algo que ha quedado demostrado es que la Justicia actúa con absoluta independencia y que no ha existido ningún trato de favor con el principal partido de la oposición, sino más bien todo lo contrario. Por tanto, una vez constatada esta evidencia y recordando que una sentencia sirvió para provocar la caída de un gobierno, lo que se dirime es algo mucho más transcendente como es la mutación del régimen constitucional como quieren los comunistas e independentistas. Lo que se persigue es la demolición de la Constitución y sentar las bases de un tránsito a la Tercera República.

Es cierto que no es a corto plazo, pero sí en un par de legislaturas. Las bases de este proceso se están construyendo con la debilidad frente al independentismo, la aceptación de las exigencias de Podemos, el control férreo de la Fiscalía y la cesión de la instrucción con la reforma de la Lecrim, la manipulación de RTVE, los futuros indultos, los ataques contra la Corona y, finalmente, el control de los jueces. Esto es lo que nos jugamos los españoles con la renovación del CGPJ.