Opinión

El apoyo radical a los Presupuestos

Hay que partir de la base de que los nacionalistas consideran a España como una vaca a exprimir.

En Europa sería llamativo que un partido socialdemócrata sacara adelante los Presupuesto con el apoyo de los comunistas, los antisistema, los independentistas y los herederos del terrorismo. Nadie podría entender semejante despropósito y muchos se preguntarían cuál era el fundamento de una amalgama ideológica tan estrafalaria. La realidad es que ninguno, salvo el oportunismo y oscuros intereses político. Y, sobre todo, qué buscan aquellos que hace poco protagonizaron un intento de ruptura constitucional, dividieron Cataluña y proclamaron unilateralmente la independencia. En España no pasa nada e incluso los dirigentes del PSOE se mostraron ayer muy orgullosos ofreciéndose un homenaje de aplausos en el Congreso de los Diputados para celebrar que el engendro superaba este trámite con el voto de los aliados habituales. No me sirve el inconsistente argumento de que lo hacen por responsabilidad. Sería para partirse de risa, sino fuera algo tan importante. Es cierto que los Presupuestos se aprueban para no cumplirse, pero es un instrumento imprescindible y no podíamos seguir prorrogando los de Montoro. Nadie se toma en serio el cuadro macroeconómico y los ingresos tributarios previstos no son más que una animosa fantasía.

Es interesante observar el esfuerzo propagandístico del gobierno socialista-comunista para convencernos de que se trata de unos presupuestos moderados y que por ello es incomprensible que no sean apoyados por el PP y Cs. Es habitual que insistan en que todo es muy «happy flower», porque como casi nadie se los estudia estamos ante una «batalla» de mensajes. Las posiciones están previamente prefijadas, como es habitual desde la Transición hasta nuestros días, y ningún gobierno espera conseguir el apoyo de la oposición. La primera razón para rechazarlos está en las enormes concesiones conseguidas por los que han dado su voto favorable. Hay que partir de la base de que los nacionalistas consideran a España como una vaca a exprimir y es lo que han hecho. Por otra parte, los independentistas logran legitimarse políticamente, además, al convertirse en los socios de un agradecido PSOE. Es lógico que Otegi los vote con gran fervor. Sánchez consigue un gran éxito, porque en breve superarán los últimos escollos y se consolida la legislatura. La verdad es que nunca estuvo en riesgo y no me tomé en serio la opción de Ciudadanos, aunque le fue útil en su negociación. Iglesias le hizo el trabajo sucio con los aliados más incómodos y el fuego de artificio monclovita elaboró un relato ficticio que todos compraron. Incluso hicieron creer que había discrepancias entre los socios de la coalición. Todo teatrillo.