Opinión
El último catálogo de IKEA
Los periodistas de papel, los dinosaurios y los románticos estamos ya curtidos en este tipo de noticias que auguran que ya nada será igual que antes.
Que es el fin de una era ya lo habíamos asumido los periodistas. No hacía falta que llegara el maldito coronavirus. Cada vez que veo una película en la que aparece un reportero de papel, me fijo en sus plazos de entrega. O mejor dicho, envidio sus fechas de entrega. Ya sea por cuestiones narrativas o por realismo mágico, siempre tienen hueco para quedar con sus fuentes. Incluso emborracharse con ellas. Y eso que, como el roce hace el cariño, a veces surgen peligrosas y/o éticamente comprometidas relaciones amorosas. Porque los periodistas no solo hacemos preguntas, también sabemos escuchar (a un amplio abanico de personas). En The Paperboy, por ejemplo, Matthew McConaughey y David Oyelowo, en el papel de dos reporteros de «The Miami Times», se quejan de lo exigente que es su editor. Cuando éste les llama veinte días después de que se hubieran marchado, con sus máquinas de escribir, al pueblo de Florida donde supuestamente se ha condenado a muerte a un hombre por un asesinato racista. Repito, veinte días, no veinte minutos después. Y encima McConaughey y Oyelowo, que han ido dos del mismo medio a cubrirlo y aún no han enviado ni una palabra, están indignados con las presiones del jefe. Este tipo de situaciones, que existían, ya no se dan, pero siempre nos quedará el cine, la literatura y la hemeroteca.
Por eso, el anuncio de que IKEA dejará de imprimir su icónico catálogo después de 70 años, un punto de inflexión para muchos, no ha sentado en todos los sectores por igual. Los periodistas de papel, los dinosaurios y los románticos estamos ya curtidos en este tipo de noticias que auguran que ya nada será igual que antes. Anestesiados hace tiempo ante la desaparición de cabeceras importantes en todo el mundo, somos casi inmunes al final del anuario de muebles suecos. Con una tirada de más de 200 millones en 2016, se decía que este catálogo de la compañía sueca competía con los libros más leídos de la historia como la Biblia, el Corán o Harry Potter. Sin embargo, el comportamiento de los seres humanos ha cambiado y ya no esperan con expectación el catálogo. O, lo que es peor para una empresa, no les incita a gastar de modo inmediato en sus enormes almacenes. De ahí que, después de 70 años de historia, el catálogo 2021 será el último ejemplar en papel. Su primera edición fue en 1951. La portada estaba dedicada a su mítica butaca MK Wing Chair y se publicaron 285.000 copias para el sur de Suecia. Para el último número, vigente hasta agosto de 2021, han sido «sólo» 40 millones de ejemplares.
«El número de copias ha bajado, pero también hemos visto que la gente ha utilizado mucho más nuestro sitio web, nuestras aplicaciones y redes sociales. El catálogo se volvió cada vez menos importante», ha explicado a Reuters Konrad Grüss, director general de Inter IKEA Systems. Lo dicho, el fin de una era.
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